• Se exhibe la exposición más exhaustiva del artista plástico, que se ha realizado en un museo en México
CIUDAD DE MÉXICO.- Cuando
Germán Venegas (La Magdalena Tlatlauquitepec, Puebla, 1959) comenzó a conocer
el éxito, también se sintió perdido. Transcurrían los años 90 y su trabajo de
relieves había alcanzado notoriedad. “Fueron muy bien aceptados y personalmente
me sentía muy orgulloso de haberlo logrado en los primeros diez años de trabajo
y, además, a la gente le empezó a interesar mucho”, recuerda.
Después comenzaron las dudas.
“¿Qué pasa?, ¿qué sigue a partir de esto? Me dije: ‘lo único que necesito es
explotar este trabajo y pasármela bien con una buena fama’. El trabajo empezaba
a salir de México, pero había algo que no me tenía contento del todo y era
precisamente esa supuesta libertad que tenemos los que nos dedicamos a esto
para dirigirnos caprichosamente hacia donde nos lleva la intuición; en ese
momento no sabía si abandonar ese trabajo, que ya estaba muy sólido, o si
seguir con él era lo correcto”, confiesa.
Y entonces, un día apareció el
budismo zen y Venegas se transformó. Ya nada volvió a ser igual. “Empecé la
práctica a finales de los 90 y la empecé porque por alguna casualidad supe de ella,
en esos años que cargaba una crisis, después de haber terminado con los
relieves y haber iniciado un trabajo nuevo que en ese momento no sabía si era
el paso que tenía que dar, ¿qué seguía? o si me estaba equivocado. En esos
momentos de duda, de confusión, me encontré con la práctica del zen y casi
desde el principio me empezó a dar claridad sobre lo que estaba haciendo y me
tomó completamente”, explica.
Más de 20 años después, el
artista poblano hace un nuevo alto en su carrera para presentar el resultado de
todos esos años de búsqueda. Bajo la curaduría de Juan Gaytán, presenta la
exposición Todo el otro, una reunión de 350 piezas, entre dibujos, talla en
madera, esculturas, temples y óleos, que a partir de hoy se exhibe en el Museo
Tamayo. Se trata, anuncian los organizadores, de “la muestra más exhaustiva que
se ha realizado en un museo en México de la obra de Venegas”.
Él prefiere hablar del acierto
del curador a la hora de sacar “todo el amontonadero de cosas que se estaban
acumulando en mi taller” y que encuentran cierto orden a partir de tres
vertientes que claramente han estado presentes en el trabajo de Venegas: los
temas y representaciones de la historia del arte, el budismo zen y la mitología
prehispánica o las raíces mexicanas, siempre presentes en su obra.
Desde el principio que iba a mi taller, Juan
sentía interés por mi trabajo y cómo ha venido creciendo la exposición, fue
algo que me sorprendió mucho. Pareciera que hay de chile, de mole y de manteca,
sin embargo Juan ha sido tan perceptivo que ha creado un hilo conductor”,
agrega.
La exposición ha quedado
conformada con diferentes series, las primeras incluyen Encuentro en el bosque
de 1996, Decapitación y lección de 1995 y Dogmáticos de 1996; con las que
aborda el paso a lo espiritual y divino por medio de la sabiduría, la
meditación y el ascetismo.
Un buda policromado de más de
cinco metros de altura también forma parte de la muestra, que incluye además
las series El violin y la flauta (2004-2008), Autorretratos de 2006, Desnudos
eróticos del 2005, Tlatoanis de 2018 y Monos, de 2016-2015.
En todo caso, la muestra es
para él un regalo. “La pintura y el arte para mí han sido como un regalo en mi
vida desde el principio, porque siempre he estado sostenido a partir de esto,
vivo a partir de esto, respiro a partir de esto, como y todo lo que hago tiene
que ver con la práctica del arte, de la pintura”, añade.
Es un regalo pero también
agradecimiento. “Algo que me enseñó mi maestro Javier Anzures Torres, quien
trabajó en las dos escuelas importantes en Mexico, fue la cuestión de no caer
en cosas fáciles, de no irnos con la primera cosa que se nos ponga enfrente y
pensar que ahí está todo.
Fue una educación de algunos
años, en la que era batallar, luchar, aprender, insistir e insistir, todos los
días, hasta que pasado el tiempo tuve la experiencia de decir: ‘había mucho que
no sabía y que he aprendido en todos estos años” y todo gracias a un buen
guía”, concluye el artista.