• La bailarina mexicana considera que los niños y jóvenes no tienen opciones en nuestro país
BERLÍN.- En el México actual,
donde “es muy fácil” que a uno le paguen por matar, “no hay opciones” para
niños y jóvenes, abocados a un mundo de “oscuridad”, advierte la mexicana Elisa
Carrillo, estrella de la danza de su país.
Ahora es muy fácil en México
que te paguen para que vayas a matar a alguien o cosas así. Y creo que de
repente los niños y los jóvenes se ven perdidos en un mundo de oscuridad,
porque no hay otras opciones”, dice Carrillo en entrevista.
Primera Bailarina del
Staatsballett de Berlín, Carrillo (Estado de México, 1981) cree que “el cambio
no depende de una persona que esté al mando, sino que es algo que depende de
cada uno de nosotros, desde el respeto”.
Si podemos inculcar en mi país
que la cultura y el arte profundicen en todas las clases sociales podríamos
tener un mejor resultado”, estima Carrillo.
Creo que sería importante que
haya un gran apoyo, que haya proyectos grandes para el público”, agrega esta
bailarina que pide que la cultura desempeñe un mayor papel en la vida de los
mexicanos.
Creo que si va a haber un
cambio hay que echarle ganas y hay que pensar que van a salir las cosas”,
agrega Carrillo, quien piensa que todos los mexicanos tienen que poner de su
parte.
Debemos de inculcar a nuestra
familia, a nuestros seres queridos, otras cosas. Y creo que con la cultura
podemos hacer mucho”, asegura.
Y se pone a sí misma de
ejemplo de lo que puede hacerse cuando se pregunta qué pasó en su vida que le
hizo evitar caer en lo que para otros parece no ser una opción libre.
¿Cómo fue que yo, por ejemplo,
cuando fui a Londres, no me dediqué a beber, a drogarme, cosas así? Porque yo
recuerdo que desde pequeña tenía otra visión, quería bailar, escuchaba música”,
rememora, “a pesar de que yo vivía sola desde los 16 años y podía hacer lo que
quería”.
Dice que los niños deben estar
entretenidos “en otras cosas” y que, así, “automáticamente vas creando una
barrera para que tengas esa cápsula con la que te proteges, de cosas bellas, y
no te deja perderte en las cosas negativas”.
Sentencia que “el arte y la
cultura son un antídoto contra la violencia. Esto es un arma que no se está
utilizando al cien por ciento en México”.
Lo mismo opina del papel
atribuido a la mujer en la sociedad mexicana, cuestión que tiene que ver “con
la educación, es algo de familia”, como cuando se reservan ciertas tareas “para
la hermana”.
Carrillo está feliz de vivir
en Alemania, donde está con su marido, el también bailarín ruso Mikhail
Kaniskin, y su hija; pero no pierde de vista volver a México.
Me imagino (viviendo) en
México, porque me siento muy cercana a mi país a pesar de que llevo más de la
mitad de mi vida fuera”, confiesa.
Llegó a la capital alemana
procedente del ballet de Stuttgart, de donde le resultaba difícil marcharse
porque allí ya era solista; y a los tres años de estar en Berlín se convirtió
en Primera Bailarina del Staatsballett de la capital.
Aunque guarda en su recuerdo
como momento especial de su carrera la gala en el Palacio de Bellas Artes de la
Ciudad de México, en 2016, porque allí se dio cuenta del resultado de “tantos
años de lucha, de trabajo, de esfuerzo, de lágrimas, de momentos bellos”,
detalla.
Y considera otro momento
decisivo el bailar la Blancanieves de Angelin Preljocaj, uno de los “proyectos
más difíciles” de su carrera, que le hizo ser conocida del público y de los
“maestros”.
Entre éstos menciona al
español Nacho Duato, hasta hace unos meses director artístico del Staatsballett
berlinés y del que dice que le “pesa” no tenerle ya en Berlín. “Es una gran
persona y me dio muchas oportunidades”.
La bailarina tiene claro que
quiere que “México sea un país importante en el mundo de la danza, que se
escuche el nombre de México, porque es un país maravilloso, con mucho talento,
con mucha gente que quiere bailar; pero desgraciadamente no tenemos tantas
posibilidades”, lamenta.