• Con la idea de promover las nuevas voces de la narrativa mexicana, Penguin Random House lanzó hace dos años un sello que quiere funcionar como independiente
CIUDAD DE MÉXICO.- Si bien es
cierto que forma parte del grupo Penguin Random House, Caballo de Troya quiere
funcionar como una editorial independiente. El sello, lanzado en México en
2017, busca promover las nuevas voces de la narrativa mexicana. Con ocho
títulos hasta el momento en su catálogo, Caballo de Troya desea ampliar su
panorama de la literatura escrita con noveles autores por lo que cada año tiene
un editor invitado, quien ayuda en la elección de las obras a publicar.
En entrevista, Romeo Tello,
editor de Caballo de Troya, así como Rodrigo Castillo y Emiliano Monge,
editores invitados en 2017 y 2018, respectivamente, nos platican sobre su
experiencia en el proyecto y lo que puede aportar al país un esfuerzo como
este. “La personalidad y el espíritu de Caballo de Troya es el de una editorial
independiente inserta dentro de este gran grupo. La idea es apostar por autores
jóvenes, muchos de ellos que recién están publicando su ópera primera, a lo
mucho su segundo libro.
De alguna manera me parece que
junta lo mejor de dos mundos: por una parte, la osadía y riesgo de publicar a
los autores emergentes, y, por otra, todo el apoyo y el empuje que les puede
dar una editorial grande como Penguin Random House”, asegura Romeo Tello.
A Rodrigo Castillo formar
parte del sello lo dejó complacido. “Conformar la primera serie de novelas del
sello en México significó ir en contra de los moldes establecidos por el
mercado editorial, ir en contra de los premios que sólo arrojan escrituras
basura, ir en contra de los estímulos del Estado para ¡escribir libros!, y
siempre con el viento a favor de la literatura, de lo que me gusta leer y con
la guía de Ricardo Cayuela (director editorial de la transnacional)”.
Emiliano Monge, por su parte,
asevera que su labor fue, primordialmente, la de un lector. “Yo fui, por
decirlo de algún modo, su seleccionador. Leí cerca de 90 manuscritos. Desde mi
experiencia, que tuvo algunos problemas operativos, ser quien eligió los
títulos para 2018 me dejó realmente feliz y satisfecho, pues estoy convencido
de que se trata de cinco obras extraordinarias, cada una en su originalidad e
individualidad”, apunta.
Hasta el momento, son ocho los
libros publicados bajo este sello. En 2017 aparecieron Matagatos, de Raúl
Aníbal Sánchez, Mi abuelo y el dictador, de César Tejeda, El emisario o la
lección de los animales, de Alejandro Vázquez Ortiz, y Algunas margaritas y sus
fantasmas, de Paulette Jonguitud. Para 2018, Carolina y otras despedidas, de
Elvira Liceaga, Primera Silva de sombra, de Eduardo Ruiz Sosa, La ciudad antes
llamada Distrito, de Sandra Olguín, y Vertical, de Jorge Nores, finalista del
premio Mauricio Achar; para este mes se espera la publicación de una quinta
obra, Maten a Darwin, de Franco Félix.
Aunque en España Caballo de
Troya comenzó a operar en 2004, no fue sino hasta el año pasado que galopó en
nuestro país. Romeo Tello afirma que la inclusión de un editor invitado y el
diseño son dos de los grandes aciertos de esta editorial. “Una particularidad
del sello es que trabajar con un editor externo, ya que eso nos renueva
constantemente el panorama de la nueva literatura mexicana.
La curaduría, por llamarlo de
alguna manera, estuvo a cargo tanto de Rodrigo Castillo y Emiliano Monge, el
primero en 2017 y el segundo este año. Nadie como Castillo para conocer las
nuevas propuestas literarias debido al gran trabajo que hizo en Tierra Adentro
(el programa de la Secretaría de
Cultura). Emiliano, por su parte está muy involucrado con la creación joven en
México lo que sin duda nos dio una muestra representativa muy interesante de lo
que están haciendo los autores jóvenes de México”.
En cuanto al diseño, que cada
año tiene un color identitario para la colección, Tello axplica que le otorga
una dosis de singularidad y personalidad. “En México hemos hecho una labor
osada y atractiva en cuanto a diseño. Sin duda, hay que darle todo el mérito a
nuestro diseñador, Daniel Bolívar, por este trabajo que ha hecho. Tomó la pauta
de España de tomar un color rector, pero Daniel se involucró mucho en los
proyectos, se quedó encantado con cada uno de los libros y le metió mucha
personalidad a cada uno, hizo unas portadas atractivas, hilarantes”. Propuestas
divergentes
Sobre la posible publicación
de géneros que Penguin Random House no suele incluir en su catálogo, como la
poesía, Tello manifiesta que Caballo de Troya no descarta la probabilidad de
editar otros géneros. “Es cierto que el sello se está abriendo bastante. En sus
inicios, estaba concebida como una editorial sólo de novela, pero muy pronto,
en su segundo año, ya incluimos cuento y crónica, como es el caso de Carolina y
otras despedidas y Primera Silva de sombra, respectivamente.
No podría prometer nada en
este momento, pero no quiero descartar géneros menos acogidos por las grandes
editoriales, como la poesía, que, aunque es cierto que no es bien recibida por
los entornos comerciales, a mí en lo personal sí me gustaría poder incluirla en
una colección”.
Para Castillo, el sello anda
en contra de lo establecido. “El navajazo quirúrgico del neoliberalismo
económico pretende dominarlo todo, y una virtud de los cuatro libros que abren
el sello en nuestro país es que ninguno de ellos está bajo la seducción de las
propuestas formales experimentales más codiciadas por los programas académicos
norteamericanos, por el contrario, son escrituras que narran, cuentan cantando,
documentan, ficcionan, accionan y revelan situaciones cotidianas a partir del
trabajo con el lenguaje, básico, sin retruécanos”.