· La ONU alerta que una grave sequía en Afganistán, aunada a una situación humanitaria catastrófica, obliga a cada vez más padres a vender a sus hijas para casarlas y poder pagar deudas o comprar alimentos
GINEBRA.- La peor sequía que
ha sufrido Afganistán en décadas, aunada a una situación humanitaria catastrófica,
obliga a cada vez más padres a "vender" a sus hijas para casarlas y
poder pagar deudas o comprar alimentos, alertó la ONU.
Estimamos que 3.6 millones de
personas están en el nivel 4 de inseguridad alimentaria, que representa el paso
previo a la hambruna. Esto revela cuán fuerte ha golpeado la sequía en
2018", declaró hoy el coordinador de la ONU para la asistencia humanitaria
a Afganistán, Toby Lanzer.
De manera más general, se
estima que 10.6 millones de personas, o la mitad de la población rural afgana,
tienen dificultades para alimentarse o cubrir sus necesidades nutricionales.
La sequía ha agudizado la
práctica del matrimonio infantil implicando, por lo menos, a 155 niñas y a 6
niños de poblaciones afectadas en dos provincias", declaró a la prensa la
portavoz de Unicef en Afganistán, Alison Parker, durante una conferencia
internacional sobre Afganistán en Ginebra.
En comentarios al margen de la
conferencia sobre Afganistán, Parker explicó que la pérdida masiva de ganado y
otros activos ha forzado a muchas familias a contraer deudas para sobrevivir y
que ahora están "ante la disyuntiva de someter a toda la familia al hambre
o entregar a uno o más niños para un matrimonio o para el servicio del
acreedor".
Lamentablemente, la situación
empeora. Los niños pagan el precio del conflicto y de la sequía", comentó
Parker.
El matrimonio infantil es una
práctica aún muy extendida en Afganistán y que afecta a hasta el 35 por ciento
de niños en un país que es eminentemente joven, con 17.5 millones de habitantes
-de un total de 30 millones- que tienen menos de 18 años.