· Posible renovación de dirigente de Morena con la inclusión de Alberto Rentería a la administración federal · Se augura nueva confrontación política entre Víctor Castro y Leonel Cota por el posible control de la franquicia morenista en Baja California Sur · Los alcaldes de Comondú y de La Paz, Walter Valenzuela y Rubén Muñoz, acumulan ocurrencias que se agregan a una indolencia enfermiza aparentemente de manera irremediable. Fórmula perfecta para alcanzar con rapidez el fracaso
El dirigente estatal de
Morena, Alberto Rentería, anunció que formará parte del gobierno federal que
inicia este sábado con la toma de posesión como presidente de Andrés Manuel
López Obrador, por lo que abre una nueva cancha de especulación política al
interior de este organismo político que hasta ahora parece tener problemas para
lograr que los alcaldes cumplan con sus respectivos acuerdos internos.
Efectivamente Alberto Rentería
ha expresado públicamente que los alcaldes no han cumplido cabalmente con
algunos acuerdos internos firmados durante la pasada campaña electoral,
principalmente con lo que tienen que ver con la reducción de sueldos.
Sin embargo, todo parece
indicar que ese tema quedará en segundo plano una vez que Rentería González, se
integre a la administración federal.
Si así sucede, como es lo más
probable, la brújula política estará dirigida sobre el futuro nuevo presidente
estatal de Morena.
Por supuesto que tanto el
senador Víctor Castro Cosío futuro delegado especial del gobierno federal en la
entidad tratará de colocar a alguien de su equipo, aunque está claro que
también Leonel Cota buscará instalar a uno de sus incondicionales.
Se augura pues una nueva
confrontación política entre Víctor Castro y Leonel Cota por el posible control
de la franquicia morenista en Baja California Sur.
La estrategia por supuesto
estará centrada en colocar a un nuevo dirigente que pueda fortalecer cualquiera
de estos dos grupos políticos que de manera evidente ya se mueven al interior
del Morena sudcaliforniano.
Todo estará enfocado, al igual
que el resto de los partidos, al trabajo político que se pueda realizar para
llegar fortalecidos y competitivos para la sucesión del 2021.
Vale decir que los morenistas
ya no tendrán el mismo nivel de competencia electoral que presentaron en las
pasadas elecciones y aunque es posible que en las boletas esté una vez más
López Obrador, el desgaste natural del ejercicio del poder le restará votos.
Sobre todo en los municipios
sudcalifornianos donde los alcaldes, como en el caso de La Paz, parecen haber
perdido el sentido común, estar molestos con las acciones de concordia y de
acuerdos indispensables para que una autoridad municipal, pueda transitar sin
mayores contratiempos las decisiones que se tienen que tomar.
Para el caso de La Paz, donde
el alcalde Rubén Muñoz, intenta burdamente emular a López Obrador, por cierto,
de manera patética, las cosas no han resultado como se ofreció en campaña.
Por ejemplo, no se ve claro de
dónde obtendrá el ayuntamiento paceño la cantidad millonaria de dinero que
requiere para solventar los compromisos decembrinos como el pago de quincenas,
aguinaldos, vacaciones, bonos y demás prestaciones que en esta fecha históricamente
los ayuntamientos han tenido que enfrentar.
Pero además de ello, el tema
político y su pésima relación con diversos sectores de la comunidad,
seguramente serán una bomba política que estallará con resultados adversos en
el 2021.
Rubén Muñoz parece que de
manera inevitable se enfila al terreno de la decepción política y del, fiasco
social que por supuesto será su partido el que pague las consecuencias
político-electorales.
Por supuesto, todo parece
indicar que esta situación la enfrentará una nueva dirigencia partidista que se
tendrá que establecer una vez que Rentería Santana se integre de lleno al
trabajo formal en alguna de las áreas estratégicas del gobierno federal aquí en
la entidad.
Está claro que de hacerse la
renovación de dirigencia estatal en Morena, esta se enfrentará en la contienda
principalmente con el PAN que acaba de renovar su presidencia estatal en la
persona de Carlos Rochín Álvarez quien por su parte, tendrá el principal reto
de reconquistar la mayor cantidad posible de espacios perdidos el pasado
primero de julio, pero sobre todo, de trabajar para conservar para el
blanquiazul la gubernatura que ahora ostenta.
Así que el cierre del año para
los partidos políticos locales, está perfilado ya desde ahora a lo que puede ser
el trabajo político con miras no solo al 2019 sino para dentro de tres años
donde se renovarán otra vez alcaldías, diputaciones federales y locales, y
sobre todo se elegirá un nuevo gobierno estatal.
Veremos qué decide Morena y
quién suple para bien o para mal el trabajo hecho hasta ahora por Rentería
Santana quien ya podrá contar dentro de su anecdotario que le tocó encabezar
los esfuerzos de s partido quizás en su momento histórico más importante.
Ya veremos qué sucede sobre
todo a partir de que López Obrador reciba la estafeta del gobierno federal.
Por lo pronto el nerviosismo
en los mercados y en el ámbito financiero en general está presente lo que se
suma a la serie de desaciertos y errores observados en la entidad
principalmente en las alcaldías de Comondú y de La Paz, donde se acumulan las
ocurrencias que se agregan a una indolencia enfermiza aparentemente de manera
irremediable.
Fórmula perfecta para alcanzar
con rapidez el fracaso.
Ya veremos qué sucede.