· Cuestiona Juan Alberto Valdivia a su partido, “Tenemos una dirigencia estatal del PRI callada, totalmente omisa en el acontecer político, que no representa a la oposición” · ¿Qué se puede esperar de una Gabriela Cisneros que literalmente se encuentra echada en una zona de confort donde priva la pereza mental, la flojera política y una indolencia enfermiza que a casi cinco meses del pasado proceso electoral cada vez son más los priistas que abandonan su militancia? · Por su parte PAN y Morena están en el ánimo de la opinión pública justamente para informar sobre sus actividades internas y reaccionan a lo que hacen o dejan de hacer las autoridades de los tres niveles de gobierno
A pocas semanas de que
concluya el presente año y a casi cinco meses de realizadas las elecciones,
queda claro que las futuras confrontaciones políticas se realizarán entre el
PAN y Morena ya que el resto de los organismos políticos incluido el PRI están
ya desde ahora literalmente en la lona.
Está claro que esto podría
esperarse de organismos políticos que tradicionalmente se les ha considerado
como partidos políticos “chicos” pero en el caso del tricolor el asunto es
diferente.
Históricamente el
Revolucionario Institucional ha dado una y mil batallas, en la mayoría de las
cuales obtuvo la victoria electoral.
Pero para desgracia de los
pocos priistas que aún están convencidos de sus cuestionadas siglas, ahora
cuentan con una dirigencia que además de patética, está completamente ausente
de los actuales procesos sociales que se vive en el país y por supuesto en la
entidad.
Está claro que las dirigencias
estatales de Acción Nacional recién renovada y que ahora es encabezada por
Carlos Rochín Álvarez y de Morena que preside Alberto Rentería, están en el
ánimo de la opinión pública justamente para informar sobre sus actividades
internas de sus respectivos organismos y reaccionan a lo que hacen o dejan de
hacer las autoridades de los tres niveles de gobierno.
Pero en el caso del PRI, la
situación es muy diferente.
La ausencia es evidente.
Simplemente no hay trabajo, no
hay actividad y es evidente que tampoco existe la mínima intención de hacer
notar que el tricolor aún existe.
Por ello llama la atención la
postura que la semana pasada fijó el exdiputado, excandidato a senador y
exdirigente estatal del PRI, Juan Alberto Valdivia Alvarado, quien se lamentó
por las deplorables condiciones en que ahora se muestra el otrora poderoso
tricolor.
Valdivia Alvarado, integrante
de la llamada Comisión Política Permanente del PRI estatal, afirmó que su
partido no solamente ha soslayado temas trascendentes para los sudcalifornianos
como el IVA en la zona fronteriza, el ISR y la gasolina, o la batalla que se
avecina contra la minería, sino que además ignora la imposición presidencial de
lo que calificó como “delegados plenipotenciarios” en las 32 entidades
federativas.
Juan Alberto Valdivia
consideró que estas nuevas figuras estatales del gobierno federal, fueron
creadas para el control político y económico en los estados con miras a las
sucesiones gubernamentales, sin embargo, efectivamente la dirigencia priista ha
guardado un silencio que refleja las carencias de su presidenta estatal,
Gabriela Cisneros.
Es claro que a Gabriela
Cisneros no le preocupa en lo absoluto lo que suceda al interior del organismo
que encabeza y menos aún los temas que reclaman por lo menos una mínima
participación en la que por su parte están muy activos tanto el PAN como
Morena.
“Tenemos una dirigencia
estatal del PRI callada, totalmente omisa en el acontecer político, una
dirigencia que no representa a la oposición y que es crítica hacia al interior,
pero muy complaciente hacia afuera”, consideró Valdivia Alvarado en un intento
por sacudir el letargo en el que ahora se encuentra el partido que alguna vez
presidió.
Pero qué se puede esperar de
una Gabriela Cisneros que literalmente se encuentra echada en una zona de
confort donde priva la pereza mental, la flojera política y una indolencia
enfermiza que a casi cinco meses del pasado proceso electoral cada vez son más
los priistas que abandonan su militancia.
¿Será acaso necesario que voces
como la Juan Alberto Valdivia y la de Jesús Flores exregidor en Los Cabos y
también exdirigente estatal priista, (que en su momento hizo una autocrítica
pública de su partido), los que tengan que salir a rescatar literalmente lo que
resta del PRI?
Vaya ni Anita Beltrán, la
única diputada priista en el Congreso del Estado ha dicho algo sobre su
destronado partido político.
Ya casi se cierra el año,
dentro de una semana inicia el nuevo gobierno federal emanado de Morena en
medio de mucho ruido político, los ayuntamientos que en su mayoría en la
entidad también son morenistas que se desenvuelven tan accidentadamente
mientras que Gabriela Cisneros permanece pasmosamente callada.
Inactiva, con la boca cerrada
como reflejo de esa mediocridad política que raya en la desesperación de los
priistas que ven como su partido parece que jamás volverá a competir con
posibilidades reales de retornar a la senda del triunfo electoral.
Quizás para los militantes del
tricolor y por supuesto para la cuestionada y limitada líder estatal, sea
necesario atender la expresión de Juan Alberto Valdivia quien afirmó que “ya es
hora de rescatar el orgullo de ser priistas porque en la democracia ni las
victorias ni las derrotas son para siempre”.
¿No le parece así amable
lector?