• La cantante mexicana debutará con la Ópera de San Diego en marzo próximo; pero antes se presentará en Bellas Artes
CIUDAD DE MÉXICO.- La
mezzosoprano Guadalupe Paz (Tijuana, 1982) realizará su debut operístico en
Estados Unidos el 30 de marzo de 2019 en la Ópera de San Diego, dando vida a la
gitana Mercedes en la ópera Carmen; completará funciones los días 2, 5 y 7 de
abril, bajo la batuta de Yves Abel.
Así lo adelantó a Excélsior
vía telefónica a unos días de que vuelva a la Sala Principal del Palacio de
Bellas Artes, donde debutará como el Príncipe Orlofsky, acompañada del barítono
José Adán Pérez y las sopranos Marcela Chacón y Claudia Cota, en la ópera El
murciélago, bajo la dirección concertadora de Srba Dinić, que coincide con la
celebración por sus primeros 10 años como cantante.
Sobre su debut en San Diego,
la soprano expresó que este papel no sólo es importante porque significará un
cambio en su repertorio, que pasará del periodo romántico de Rossini al
repertorio lírico, sino porque será un reto escénico que le abrirá las puertas
a nuevas oportunidades en EU.
Y también porque, como en
Tijuana estamos fuera del centro del país, llega muy poca ópera o se produce
poco; así que para mí la referencia en cuestión de títulos operísticos siempre
fue San Diego o Los Ángeles, como cuando asistí al montaje de La hija de
Rappaccini, de Daniel Catán, quizá la primera ópera que vi a mediados de los
90”.
En San Diego estará acompañada
de la soprano italoamericana Ginger Costa-Jackson -una de las ganadoras de
Operalia 2016-, como Carmen, del tenor estadunidense Robert Watson (Don José) y
del bajo estadunidense Scott Conner (Escamillo).
Sobre la versión de Carmen que
será escenificada, la mezzo dijo que se mantendrá atenta a lo que la producción
le indique, aunque reconoció que sí le gustaría participar en un montaje
tradicional.
Estoy a lo que la producción
diga. Todavía no nos han compartido si se hará de forma tradicional. Creo que
sí se ubicará en el periodo, porque es una ópera tan hermosa y tan rica que
sería una pena que se pusiera en otro momento histórico, sobre todo para la
cultura sajona”, añadió.
Además, reconoció que su gusto
por Carmen nace de la libertad. “Lo que más me gusta de esta ópera es la
libertad de los gitanos. Creo que es algo que todos deberíamos tener, esa
libertad y ese desapego tanto al lugar en el que vivimos como a las cosas
materiales. Eso será padre de experimentar dentro del personaje, además de que
es la cómplice de Carmen”.
UN ARTE EFÍMERO
Paz adelantó que en febrero de
2019 cantará La resurrección, de Gustav Mahler, con la Orquesta Sinfónica
Nacional; aunque por ahora se concentra en su debut en el rol del Príncipe
Orlofsky en la opereta de J. Strauss, El Murciélago, para el 9 de diciembre en
el Palacio de Bellas Artes, que completará funciones los días 11, 13 y 16 del
mismo mes.
Este debut es especial porque
la música de Strauss es celebrativa y todo el libreto es muy divertido; además,
el personaje de Orlofsky tiene mucha gracia y, en mi caso, el reto principal
será personificar a un hombre; aunque lo que busco es que el personaje me deje
algo más allá de la superficie, como el hecho de que lo tiene todo, pero no
logra ser feliz”.
Debutó como mezzo en el Palacio
de Bellas Artes, en 2008, al interpretar Olga en la ópera Eugene Onegin, al
lado del tenor Arturo Chacón Cruz; participó en el estreno de El viaje a Reims,
en Bellas Artes, como la duquesa Melibea; y cantó con Javier Camarena en
Sudamérica y España a lo largo de 2017, así como numerosos oratorios con la
Orquesta Filarmónica de la UNAM.
A una década de su debut, Paz
reconoció que el Palacio de mármol ha sido el escenario que la ha visto crecer
como artista. Sin embargo, explicó que su mayor preocupación está en el
acercamiento de un mayor público a la ópera.
Creo que la ópera y la música
clásica de los siglos XVI al XX es actual y eso nos debe decir mucho. ¿Por qué
aún es vigente?, ¿por qué todavía se representa?, ¿por qué se sigue ejecutando?
Habríamos de preguntarnos qué
tiene esa música de interesante y qué comunica al público en pleno siglo XXI.
Para mí, en la ópera nunca habrá otro instrumento más completo como la voz.
Temo decirlo por los demás instrumentos, que pueden ser muy virtuosos, pero nunca
tendrán el lenguaje tan bello y específico que como lo es el lenguaje humano,
el de la voz cantada y educada, porque mueve fibras en los seres humanos y los
emociona como ningún otro instrumento en el mundo”, destacó.
Además, la ópera es un
espectáculo muy completo que incluye muchas artes; obviamente la dramaturgia,
el canto, los vestuarios, el diseño de escenografía y cómo la arquitectura
cobra importancia al ver diseños de algunos paisajes. La ópera aún es vigente y
considero que todas las personas deberían asistir, aunque sea una vez en su
vida, a un espectáculo en vivo, porque no es lo mismo escucharlo en un disco
que estar presente. La ópera es un arte efímero que sucede en el momento”,
concluyó.