· Para un cierre de semana les comparto un texto que habla de un castigo que se le propina a un periodista · Conversaciones con el diablo
Me pase un alto. Y por poco
arrollo a un despachador de combustible. No lo vi. Esos cuatro altos de la
Isabel La Católica, no están bien ubicados. No los registra mi cerebro. Voy
cansado. Me quede trabajando hasta altas horas de la noche en el periódico. Voy
a descansar.
Cuando menos acuerdo ya estoy
en casa. Mi perra me recibe con un intenso movimiento de cola. Me acompaña a
cenar. Es mi compañera. Soy viudo. Y solo. Este diciembre cumpliré 70 años. Soy
periodista y pastor de la iglesia “Luces de Jehová”. No tuvimos hijos Alondra
Betzabe, mi esposa y yo. Nos regocijábamos con mascotas y con la palabra del
señor.
Después de leer varios
capítulos de la biblia me acuesto. Por lo cansado el sueño llega pronto. Estoy
dormido. Todo silencio en casa.
De pronto escucho un murmullo.
Es casi inaudible. Como un arrastre de láminas, proviene de mi oficina. Pasa
pronto. Otra vez la calma. Y otra vez a dormir.
Creo que no pasan cuarenta
minutos. Y otra vez ese ruido. Ahora suena como un golpeteo de martillos sobre
madera. Ahora son más intensos. Y el ruido es muy fuerte. Inclinó la cabeza.
Prendo la luz y lo que veo me
deja totalmente asustado y desconcertado. No doy crédito a lo que veo...
Seguirá mañana.
Soy Jheu Isaías Monroy y narro
un pasaje de mi vida, acaecido anoche. Estoy despierto y frente a mi cama veo
tres botargas. Representan plumas de escribir. Los tres son altos. El más
grande de color negro trae una lanza. Y con ella me pica el cuerpo. Y me grita
“Despiértate, impostor”. Sorprendido y con dolor en el estómago por el piquete,
me levanto y quedo en el borde de la cama, sentado y expresó un ¡ayyy! Y recibo
como respuesta.
Un golpe seco en el rostro con
la vara de acero. ¡Cállate, blasfemo! No llores, como puerco. ¡Siento un hilo
de sangre que recorre mi rostro. No entiendo nada. No sé de qué se trata. Tengo
miedo. Veo atrás de estas figuras, en un charco de sangre a mi perra. Y me
animo a preguntarles ¿por qué la mataron?
El de en medio, vestido de
rojo ocre responde- por escandalosa. Estaba haciendo mucho ruido. Y esto te
pasará a ti, viejo estúpido.
Otra vez el temor me recorre
el cuerpo. La sangre de la herida me llega al cuello. Y ahí están: tres
verdugos, que tras sus disfraces aprecio en sus ojos miradas de odio. De
muerte. Y mi interrogante es ¿por qué?
¿Por qué? Me pregunto. Hago un
repaso mental de mis acciones recientes y atrasadas. No he matado. No tengo
enemigos. No soy mal cristiano, ni mal ciudadano. Mi empresa periodística es
fuente de empleo para 40 familias. ¿Por qué? Otra vez les pregunto a los tres
monigotes. Y la respuesta de los tres. ¡Cállate! Obedezco. Me duelen los pies.
Y un dolor me recorre la espalda. Y aquí estoy. Solo frente a esta gente que
entro y mancillo mi hogar. Veo con el rabillo del ojo y alcanzo a ver que todo
está revuelto en mi oficina. Mi colección de plumas, medallas y hasta mi título
universitario está en el piso. Se me revuelve el estómago de miedo y coraje. El
olor que se desprende del cuerpo de mi perra, me marea. Verla así, me desgarra
el alma. Y recuerdo cuando llego a casa. Era una mirruña. Se la regalaron a
Betzabé los vecinos de al lado. En diez y siete años pario tres veces. Y era
generosa en cada camada entre once y trece cachorros. Hoy ha muerto en manos de
estos locos y desgraciados.
Otra vez me armo de valor y
les grito. Si vienen a robar les doy las ofrendas del último culto y ¡váyanse!
De pronto el tercer sujeto
cuyo disfraz es color plateado da un paso al frente y queda a unos centímetros
de mí. Y responde tranquilo y sin prisas.
—No venimos a robarte. Venimos
a juzgarte. Y a matarte. No nos interesa tu dinero y de tus aleluyas. Y no te
preocupes por nosotros. Nos vamos a ir cuando estés juzgado y muerto.
La certeza de este personaje
hace que me dé un vuelco en el corazón.
—¿Juzgarme ?
Les pregunto a los invasores
de mi intimidad. Si, me responde el vestido de negro. - lo mereces, secunda el
vestido de color rojo ocre.- Y lo haremos, sentencia el tercero vestido de
color plata.
—¿Por qué?
—Por falso, hipócrita,
temeroso, traidor a los principios morales. Y por insensible. Somos los
ejecutores del Frente Nacional de la Recuperación y dignidad nacional.
—Locos. Eso es lo que son,
digo para mis adentros. Y creo que adivinan lo que pienso. El negro me arrima
otro barejonazo en la cara. Y otra vez, me brota sangre. Me duele. “No nos
juzgues”.
Ya no sé qué hacer. Creo que
ya son como las tres de la madrugada. A lo lejos escucho ruido de sirenas y
ululuar de ambulancias. Vivo en una ciudad violenta. Y esta agresión que sufro,
es una muestra.
Tres monstruos. Tres gigantes
disfrazados de plumas de escribir. Y uno de ellos armado con una lanza
puntiaguda me daña, me lacera mi rostro. Y ahora creo que si me van a matar. Y
todavía no entiendo porque.
—Mira —me dice mi agresor—.
Nos vamos a presentar para que no te lleves dudas al infierno. Yo soy el señor
Mont Blanc. Y soy el que te matará. Soy el sicario del trio. El que me sigue de
color rojo es Parker. Y el plateado es sheffer. Somos las plumas justicieras.
En otras condiciones hubiera
soltado la carcajada por estas ocurrencias. Pero el temor, el estupor me
obligan a la resignación. Oro en silencio y pido a mi Señor de señores que
acabe esta pesadilla. La sangre de ambos cachetes sigue estilando. Mi rostro es
rojo sangre.
Otra vez los sujetos vuelven a
la carga contra mí. Mont Blanc me chicotea con su lanza el cuerpo. Y grita “No
te duermas, falso profeta. El juicio comienza. Y de inmediato, Parker da un
paso adelante y Mont Blanc, retrocede. Parker, ataca” Se te acusa de corrupto.
Usas tu periódico, para lograr riquezas para tu Iglesia de ricachones. Tienes
una vida de lujos, de oropel. Viajas por el mundo, dizque para esparcir la fe.
Ja ja ja. ¿Cuál fe, fe de quién? No reportas diezmos ni otros ingresos. Te los
robas descaradamente. “Corrupto de mierda.”
Espérate todavía tengo más. Te
pregunto, ¿sabes el nombre del viejo que todos los días te saluda en la esquina
del periódico y en ocasiones te comparte un fresco jugo verde? Y al final te
regala una bendición. ¿Se la contestas? Claro que no. ¡Soberbio! ¿Cuándo murió
tu esposa, tuviste el valor de rehacer una familia? No, mojigato. Cobarde. Y
algo grave ¿Qué hiciste cuando en tu juventud descubrieron que tu bella esposa
no podía concebir? No hiciste nada. Se fueron a Europa a mitigar el dolor ¿Que
dolor? No pensaron en la adopción. No porque eran holgazanes y egoístas y
prefirieron perros, gatos y hasta una cobra que ilegalmente te trajiste de la
India, ¡desfachatado!
Sigue la andanada de
señalamientos. No para la voz pastosa de este enviado del Diablo.
Ahí te van otras culpas
pastorcete de lengua. “Desde cuando no te comes un plato de frijoles? ¿Cuándo
fue la última vez que predicaste en la sierra? ¿Desde hace treinta años que
cambias tu camionetota? Y en cada Navidad la estrenas e hipócritamente, das las
gracias al Señor. ¿Gracias por qué? Y por último desde cuando no escribes con
plumas o lápices. Ahora usas los I phones y IPad. Y escondiste tu modestia.
Ahora lees la Biblia en tu Lap Top. Hay que elegante ¿Y el olor a tinta?
Con esto concluyó. Y emito mi
voto a favor de la muerte de este cascajo.
Me revoluciona todo. Caigo en
un tobogán de culpas. Las verdades me hieren. Me siento raro, derrotado.
De pronto siento otro estacazo
en el cuerpo. Mont Blanc grita “No te duermas. Prepárate para el juicio final.”
La botarga de plata da un paso
al frente. Y expresa. Jehu Isaias, se te condena a morir en tu cama. No mereces
vivir. Fuiste en estos setenta años un hombre inútil. Hipócrita, deshonesto.
Sin fe. Eres un ser despreciable que ocupa un lugar en esta sociedad que no
mereces. Se te asesina de la manera más cruel. Tus sicarios somos los brazos de
esta rebelión de valores cancelados por ti. La fama, la vanidad, el confort, el
egoísmo. Y la falta de amor te condenan.
Los tres se ponen más cerca de
mí. Y el arma de acero puntiaguda me mata. Caigo en un negro túnel.
Y afuera, en la calle ven mi
cuerpo desmembrado. Ambulancias, ruidos. Y una veintena de uniformados colocan
cintas amarillas. Y el Procurador de Mi Pueblo, anuncia que se hará justicia. Y
se abre una carpeta de investigación más.
Las ocho columnas del
demandante son “Muere en accidente de tránsito un gran pastor”.
·
Me
fascinan los cuentos
Desde niño me regocijaba
escuchando a mi padre Francisco, historias fascinantes. Antes de dormir me
recetaba uno, dos o tres. O !vaya, hasta que me quedaba dormido. Esa tradición
la seguí como padre. Y después como abuelo.
Es fascinante el ver como la
realidad se convierte en fantasía y viceversa. Ya de grande una tarde Mario
Santiago mi gran amigo, me contó uno. Se trataba de un rey europeo. Era un
tirano. Temido por sus súbditos. Era cruel. Y lo expresaba de manera cómoda y
fácil. Era subiendo los impuestos. Cada vez que se le pegaba la gana emitía el
decreto de aumento. Después de subirlos, mandaba a su personal de seguridad-
orejas- a semblatear el tema, escuchar las opiniones de la gente. Y después
escuchaba los reportes. Todos coinciden: todos repudian la medida. Esta
encolerizado el pueblo. Al escuchar esto el soberano se regocijaba. Gozaba. Y
otra vez, aumentos. Y otra vez los mismos reportes. Otra vez y otra vez.
Hasta que años después los
informes fueron diferentes: Majestad, los plebeyos se ríen. A carcajadas
reciben los aumentos. No lo crea pero hasta fiestas hacen en las plazas. Y se
les observa felices. Al escuchar esto, ese rey abusivo cambia de semblante. Y
expresó: ahora si está grave. Ahora no pagarán. Y tuvo razón. No solo se
sublevaron los ciudadanos sino que lo llevaron a la guillotina. Este cuento me
sirve para aderezar lo que a unos días de gobernar la comuna paceño Rubén Núñez
sigue empeñado en aplicarle al ciudadano más cargas impositivas.
La más nueva puntada es cobrar
el alumbrado público usando a la CFE, la misma que tiene sentenciada de
cobrarle el uso del suelo por los postes. En los recibos de esta vendrá el
cobro. Ignora Muñoz que el cobro de energía es en este estado el mayor suplicio
de la gente. Y ahora viene ese cobro. Pero no es el único. Hay una canasta
maldita de cobros y aumento que de la ocurrencia ha pasado a la propuesta de
ley de Hacienda del 2019. Esto está vistas de los Regidores que de ninguna
manera deben de aprobar estas puñaladas a la de por su pauperizada Economía
paceña. De salirse con la suya Rubén estaría representando a ese rey felón que
tendrá que aguantar las carcajadas de un pueblo ya cansado de tanto abuso de
sus autoridades.
·
Conversaciones
con el diablo
Raùl Zùñiga Meza un destacado
servidor público federal del ámbito electoral concluyó su desempeño Se retira.
Hoy fue su último dia. Nos dijo”Hoy me retiro del Servicio Público, dejo a un
gran equipo de trabajo, Muchas gracias al Personal del REGISTRO FEDERAL DE
ELECTORES, por siempre tendrán mi afecto y gratitud, les deseo que los tiempos
por venir sean mejores, que tengan salud, paz y prosperidad, les envío un
abrazo que abrace a todos. Hasta pronto..
Invariablemente” Suerte amigo.
Y felicidades...En un proceso que se llevó a cabo de manera pacífica,
transparente y democrática, estudiantes de la Universidad Autónoma de Baja
California Sur votaron a sus próximos representantes para el Honorable Consejo
General Universitario (H. CGU), máximo órgano de gobierno de la institución,
para el periodo 2018-2019. Acorde con la convocatoria emitida por el propio
Consejo, las votaciones se llevaron a cabo este 13 de noviembre, en un horario
que fue 13:00a las 10:00de las y a las 17:00de las 20:00 horas. El proceso se
llevó a cabo mediante voto directo y secreto en urnas, las cuales fueron
colocadas en las diferentes áreas académicas de la Máxima Casa de Estudios en
Baja n el bien. Y sean felices California Sur...Y con esto nos despedimos. No
olviden: hagan el bien y sean felices…