• Un libro de reciente aparición reúne diez capítulos de la popular historieta mexicana
CIUDAD DE MÉXICO.- El escritor
y dibujante mexicano Bernardo Fernández Bef, eminente admirador de las
historietas nacionales, rememora así a Ángel Mora, fallecido el 28 de julio de
2017: “Era un hombre con mucha vitalidad, siempre sonriente. Ese temperamento,
producto de haber nacido en Tabasco, quizá, lo hacía parecer mucho más joven de
su edad. Se trataba de un apasionado del noveno arte [muchos conocen así al
arte del cómic], quien creció leyendo tiras como El príncipe Valiente, de Hal
Foster; Tarzán, de Burne Hogarth, en su segunda etapa, y Roldán, el Temerario
(Flash Gordon), de Alex Raymond, entre muchas otra tiras de periódico”.
Ese recuerdo de Bef forma
parte del prólogo que escribió para el libro antológico Chanoc. Aventuras de
mar y tierra, que el sello Porrúa acaba de lanzar al mercado editorial, en un
afán por rescatar, a través de diez capítulos (uno de ellos inédito), la saga
creada por Ángel Mora en 1959 y que se convirtió en una de las historietas
mexicanas más populares de todos los tiempos, llegando a tirar, en su mejor
época, un millón 200 mil ejemplares a la semana.
Como se sabe, Chanoc (“hombre
rojo” en maya) era un héroe cuyos cómplices eran el bribón anciano
Tsekub Baloyán, el farero Pata
Larga, los despistados antropófagos Suk y Puk, así como Merecumbé, el negro
Sobuca y El Baturro (el dueño del bar El Perico Marinero), entre otros. Y fue
tanto el éxito de esta peculiar batida de héroes nacionales que aparecían cada
semana en los puestos de periódicos para deleite de los lectores, que la
historieta fue llevada a la pantalla grande a inicios de los años 70, justo
cuando Ángel Mora decidió terminar su ciclo en Chanoc, cuyos primeros guiones
escribió Martín de Lucenay y continuó, tras la muerte de éste, el narrador
Pedro Zapiain.
En el cine, a través de ocho
películas (entre 1967 y 1981) Chanoc fue interpretado por Andrés García,
Gregorio Casal, Humberto Gurza, Alejandro Fuentes y Nelson Velázquez, en tanto
que a Tsekub le dieron vida Chano Urueta, Germán Valdés Tin Tan y su hermano
Ramón. Entre los directores que adaptaron Chanoc para cine están Rogelio A. González,
Gilberto Martínez Solares y Rafael Pérez Grovas.
Joven maestro
Mora, prosigue Bef, “se
integró al estudio del legendario Ramón Valdiosera a principios de los años 40.
En la siguiente década forjó un merecido prestigio como maestro dibujante, pese
a que era muy joven aún. En 1959, por invitación del escritor y guionista
Carlos Vigil, se convirtió en el artista titular de Chanoc, una propuesta del
creador y también guionista Ángel Martín de Lucenay a Publicaciones Herrerías,
basada en un guión cinematográfico que le habían rechazado”.
Pero, definitivamente, el
trazo de Mora fue una de las claves del éxito de Chanoc. Bef lo explica así:
“El dibujo de Mora se distinguió del estilo de sus colegas gracias a un trazo
prodigioso que integraba las influencias de sus lecturas infantiles, las tiras
dominicales y los historietistas europeos de la época. Su línea poseía un
desenfado que, a primera vista, parecería informal, hasta que una revisión
cuidadosa revela una gráfica de refinada síntesis, donde no sobra ni falta un
solo trazo; rasgos sofisticados con el aire innovador de esos años”.
Para el momento de esplendor
de Chanoc, entre 1960 y 1970, sentencia Bef, “el maestro Mora dibujó Aventuras
de mar y selva con una soltura que, traducida en música, sonaría al jazz latino
de Eddie Palmieri, con elegancia y cadencia tropical”.
En la última etapa de su vida,
“Mora planeaba la recuperación de Chanoc en formato de álbum, sueño que no
alcanzó a ver materializado”. Y remata Bef: “En un país desolado por la
desmemoria, donde nuestra cultura popular se ha diluido ante los embates
corporativos del pop gringo, la reimpresión de las aventuras de Chanoc es una
noticia extraordinaria. Aquellos que crecieron leyéndolas podrán recuperarlas,
y los que no las conocimos en su momento podremos deleitarnos con el refinado
oficio 'pictosecuencial' de uno de los grandes maestros de la narrativa gráfica
mexicana”.
Costeño
Chanoc se debió a la pluma de
Martín de Lucenay y de Pedro Zapiain, y los dibujos de Ángel Mora, quien era
oriundo de la costa del Golfo de México, por eso Chanoc representa a los
pescadores, al puerto y a la cultura que se desarrolla en esa región.
Debut
Chanoc apareció en los puestos
de periódicos el 15 de octubre de 1959. Costaba un peso el ejemplar con 32
páginas impresas a todo color, bajo el sello de Publicaciones Herrerías.