· El 2 de octubre no se olvida. A 50 años de la matanza estudiantil el nuevo gobierno en deuda moral para resolver dudas y hacer justicia · No basta hacer actos en plazas públicas y develar placas conmemorativas · El “Comité del 68 sudcaliforniano” no dejó pasar inadvertida esta fecha que aún molesta y ofende la memoria del país
Este martes se cumplieron 50
años de la matanza de estudiantes en la plaza de las tres culturas en la ciudad
de México, la famosa represión estudiantil de Tlatelolco que lejos de ser una
cicatriz en la historia contemporánea de nuestro país, es una verdadera herida
que aún supura necesidad de justicia.
Las cifras sobre la cantidad
exacta de jóvenes estudiantes asesinados a mansalva hasta ahora es incierta.
Algunas versiones hablan de
decenas otras de centenas de jóvenes que fueron acallados por balas enviadas
por un gobierno federal encabezado por el entonces presidente de México Gustavo
Díaz Ordaz y que contaba con Luis Echeverría Álvarez como secretario de
Gobernación.
Obviamente hablar y volver
hablar de esta cuestionable e imborrable huella en la ruta de México hacia su
democratización, no es suficiente.
Es necesario que jejos de
dejar esta fecha solo en una celebración de protesta o de acostumbrado
recordatorio anual, se trabaje a fondo para alcanzar la verdad de lo que pasó
aquella fatídica tarde del 2 de octubre de 1968 y además de encuentren a los
responsables, estén vivos o muertos.
La sociedad mexicana merece
conocer bien a bien qué fue lo que sucedió realmente.
A cuentagotas poco a poco
hemos conocido gráficas y videos de este imborrable agravio donde los
estudiantes capitalinos sufrieron la fuerza de las balas oficiales.
Ahora que estará un gobierno
federal, por primera vez en nuestro país, emanado de una fuerza política que se
autodenomina de izquierda, está más que obligado a dar respuesta a este tema
que aún mantiene agraviado a miles de mexicanos.
A propósito de la fecha, ayer
por la tarde en el jardín Velasco de esta ciudad de La Paz, se realizó un
evento convocado por el llamado “Comité del 68 sudcaliforniano” que no dejó
pasar inadvertida esta fecha que a 50 años de su registro aún molesta y ofende
la memoria de un país que desde entonces ha dejado su huella de sangre en la
lucha por llegar a ser un país realmente democrático y de libre pensamiento.
Por supuesto no bastará con
retirar de lugares públicos placas metálicas alusivas al expresidente Díaz
Ordaz o de plasmar con letras doradas esta fecha en los congresos de los
estados y el mismo Congreso de la Unión.
Sera necesario ir a fondo
ahora que se tienen los recursos necesarios para llegar a ello.
Desde luego que esta exigencia
ha sido latente prácticamente desde que se registró este lamentable suceso en
el corazón de la capital mexicana.
Ahora no habrá pretexto por
parte del gobierno federal que en gran medida será encabezado principalmente
por muchos simpatizantes de aquellas ideas y propuestas que en su momento
costaron la vida a estudiantes cuyo sacrificio se niega a quedar en el olvido.
Obviamente dejar pasar esta
fecha en el cincuentenario de la matanza de Tlatelolco, sería tanto como sumarse
a esa nube del olvido en la que durante décadas gobiernos de todos los niveles
emanados principalmente del PRI, han tratado de minimizar y dejarlo en el
olvido.
Desde luego que el México del
2018 no se puede comparar al México del 68, pero vale la pena mencionar que
mucho de lo que ahora se vive y nos permite condiciones de mayor libertad que
hace medio siglo, no ha sido concesión gratuita ni graciosa de los gobiernos
federales en turno.
Por el contrario, está claro
que como sociedad lo que se ha logrado son mayores conquistas a pesar de que es
evidente que aún hay demasiados rezagos y mucho por hacer
Por ello, la enorme
responsabilidad de las nuevas autoridades gubernamentales, será la de cumplir
con la altísima expectativa generada en la pasada campaña electoral que a la
postre les dio el voto mayoritario.
Por supuesto entre los temas
que el nuevo gobierno federal está legal y moralmente obligado a atender es
justamente el esclarecimiento total de lo sucedido en la matanza del 68 y
actuar con justicia.
No hacer nada al respecto,
sería una de las más grandes contradicciones del nuevo gobierno federal que por
primera vez en nuestro país será encabezado por una fuerza política emanada de
la llamada izquierda.
Una gran oportunidad para ser
congruentes.
¿No le parece así amable
lector?