• El artista colombiano trae a México tres coreografías y el resultado del intercambio creativo con el Cenart
Ciudad de México.- La danza,
como el arte, es una herramienta potente para ‘‘recuperar el valor sagrado de
la vida” en ese lugar donde acontece: nuestro cuerpo; el tema tiene pertinencia
incontestable en un país como Colombia, que lo ha tratado con tanta violencia,
sostiene el coreógrafo Álvaro Restrepo.
El fundador del Colegio del
Cuerpo escenifica aquí su más reciente pieza: el oratorio coreográfico
Sacrifixio, en el teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque (Reforma
y Campo Marte, estación Auditorio del Metro), el 20 y 21 de octubre; propone
que ‘‘más allá del espectáculo, la cuestión estética o el entretenimiento, el
espectador se conecte con lo más sagrado que tiene el ser humano, pues el arte
es una forma de espiritualidad”.
El montaje reunirá, en la
edición 46 del Festival Internacional Cervantino, más de 20 bailarines y 28
voces en coro en una ‘‘ambiciosa propuesta por el tema: la búsqueda de la paz,
algo que nos toca profundamente en Colombia, México y el mundo”, destaca
Restrepo.
‘‘Ese anhelo legítimo de
nuestros dos pueblos por lograr la serenidad, la cordura y la fraternidad es
algo que nos une porque hemos sufrido mucho. Colombia trata de detener una
guerra fratricida de más de 50 años, una guerra civil no declarada y México
tiene otro problema pero hay un momento de esperanza con el nuevo gobierno.”
Oportunidades a los jóvenes
Restrepo adelanta que
Sacrifixio tiene importantes momentos musicales, dirigidos por Luis Díaz
Hérodier: el primero es un Stabat Mater del francés Marc-Antoine Charpentier,
‘‘especie de plegaria de la virgen al lado de la cruz frente a su hijo muerto y
es una metáfora de cómo nuestro país y nuestro mundo están sumidos en un
laberinto”; con la participación de la afrocolombiana Rosalba Martínez de
García, cantaora del género espiritual Alabados del Pacífico colombiano, y de
la actriz Rosario Jaramillo, quien leerá un texto de la afroestadunidense Maya
Angelou.
En la segunda parte, el coro
Harmonia Vocalis interpretará Hanac Pachap Cussicuinin, el primer ejemplo de
polifonía en el Nuevo Mundo: un canto a la Virgen en quechua. Para la tercera
parte se tocará la pieza compuesta ex profeso por el mexicano Samuel Zyman.
La obra de Zyman para coro y
percusiones ‘‘reúne dos frases: una especie de mantra con ‘Basta ya’, que
tituló el informe de memoria histórica sobre la guerra en Colombia; la frase
del segundo movimiento viene el pensamiento de los cherokees, que tenían una
sola palabra para las nociones de paz y de ley: la paz será la ley. También hay
un texto del poeta canadiense Leonard Cohen: Amén”.
Restrepo sintetiza: ‘‘Hay una
catarsis, algún tipo de fuerza ceremonial que se traduce en la obra que es
profundamente conmovedora. Tiene un gran trasfondo religioso en el sentido de
la búsqueda del amor y la reconciliación. La espiritualidad y el deseo de
trascendencia es lo que anima todas las imágenes de la pieza”.
El artista desarrolla una
agenda formativa y de intercambios con instituciones mexicanas. Hoy presenta el
resultado de una colaboración con el Centro Nacional de las Artes (Cenart), en
el teatro Raúl Flores Canelo (Río Churubusco, esquina calzada de Tlalpan,
colonia Country Club, estación General Anaya del Metro): monta a las 19 horas
Negra/Anger, homenaje escénico a la artista afroestadunidense Nina Simone, con
la participación de 21 bailarines mexicanos.
Los días 22 y 23, con apoyo
del Instituto Nacional de Bellas Artes, en el Foro La Caja (San Fernando 14,
colonia Guerrero), presentará una obra que está en proceso.
Las tres piezas tienen mucho
que ver con la naturaleza de El Colegio del Cuerpo, espacio cultural y
educativo fundado en 1997 en Cartagena de Indias por Álvaro Restrepo y Marie
France Delieuvin.
La finalidad es ‘‘ofrecer
oportunidades a chicos y chicas que carecen de éstas, aunque poseen gran
talento, sobre todo en el Caribe colombiano con su herencia afromestiza, y la
danza y la música son parte de la cultura. También, recordar a la sociedad que
no puede negar opciones a sus jóvenes’’, explica Restrepo en entrevista con La
Jornada.
‘‘El arte tiene el poder de
volvernos más creativos, intuitivos y perceptivos. Lucho mucho para que se
entienda que la educación necesita incluir el arte como área esencial del
conocimiento y no una actividad complementaria”, concluye.