· Juana Reyes Melchor presentó problemas placentarios graves; la niña nació con 35 semanas de gestación y pesó 2.570 kilogramos
Ciudad de México. Médicos del
Hospital Rural IMSS-PROSPERA en Tlaxiaco, Oaxaca, salvaron la vida de una madre
y su bebé mediante una compleja cirugía, que implicó la extracción total del
útero con el feto dentro y el parto posterior. Ambas se encuentran bien y
fueron dadas de alta a los pocos días.
La paciente, de 30 años y
residente de una localidad de la Mixteca, fue intervenida de emergencia al
detectarse preclamsia severa, placenta previa total (placenta que cubre
totalmente el orificio cervical uterino) y placenta acreta (invasión placentaria
de la vejiga), por lo que se decidió la interrupción inmediata de su embarazo
de 35 semanas.
La placenta acreta es
considerada una urgencia obstétrica debido a su alta mortalidad materno fetal,
ya que es causa de hemorragia masiva durante la atención del parto y posterior,
así como lesiones a vejiga e intestinos.
Marco Antonio Martínez
Castellanos, director del Hospital Rural IMSS-PROSPERA No. 34, explicó que
Juana Reyes Melchor ingresó al nosocomio con un embarazo aparentemente sin
complicaciones y con datos de ultrasonido obstétrico que referían placenta
normal.
Sin embargo, ya internada
reportó intenso dolor púbico y sangrado escaso. A la exploración se le
diagnosticó preeclampsia con datos de severidad y en la sala de operación se le
detectó placenta previa total y placenta acreta.
Para evitar riesgos a la madre
y a la bebé se decidió realizar una histerectomía total abdominal con feto in
útero, es decir, la extirpación total del útero con el feto dentro y la
extracción posterior del bebé. En la intervención nació una niña de 2.570
kilogramos.
Una vez realizado el delicado
procedimiento, la madre y la niña fueron estabilizadas y no se requirieron
cuidados de terapia intensiva, por lo que ambas pudieron salir del Hospital
Rural IMSS-PROSPERA de Tlaxiaco a los pocos días.
El director de la unidad
médica señaló que con una oportuna intervención y los procedimientos
quirúrgicos adecuados y precisos, se dio como resultado una maternidad segura y
la preservación de la vida tanto para la madre como para su hija.
Martínez Castellanos expuso
que la evolución del caso fue favorable y que con esta modificación a la
técnica quirúrgica, se evitó una hemorragia obstétrica masiva, con posibles
alteraciones de la coagulación y daño a otros órganos que pudieron haberle
provocado la muerte.