Las obras estuvieron a cargo del ingeniero Luis Manuel Reyes (+), quien con apoyo de 3 albañiles levantó la piedra de más de 13 toneladas, tras ser derribada por turistas en 1989
La Paz, Baja California Sur.- En enero de 2018 se cumplieron 24 años de la primera restauración de la piedra conocida como “el hongo” de la playa Balandra, un símbolo de La Paz, Baja California Sur (BCS).
Tras ser derribada por integrantes de un grupo musical en 1989, permaneció así por 3 años, hasta que el ingeniero Luis Manuel Reyes fue comisionado para devolverle su aspecto original.
Esto fue narrado por el ingeniero Ricardo Mancilla Rangel para Diario El Independiente, quien se desempeñó como director general de Asentamientos Humanos, Obras y Servicios Públicos en el VIII Ayuntamiento de La Paz (1993-1996).
“Cuando ganó la elección Adán Ruffo, me invitó a colaborar y el senador Pedro Macías de Lara, me invita a que abrace el reto de levantarla, lo acepto y el alcalde autorizó”, dijo el exfuncionario.
Se tuvo conocimiento que el gobierno de BCS, encabezado por Guillermo Mercado Romero, tenía un presupuesto de 2 millones de pesos para levantarla, “dinero que no se invirtió”, dijo.
El proyecto fue ideado por el arquitecto Gonzalo Theurel, quien había fallecido pero su familia “sin ningún egoísmo” proporcionó información y orientación; “a partir de ahí arrancamos”, dijo Mancilla.
El presidente municipal, Adán Ruffo Velarde, autorizó el inicio de las obras y un presupuesto para levantar la roca con apoyo del tesorero municipal, José Gómez.
“Después supimos que recibieron una administración totalmente precaria, con cero pesos y a las 3 semanas ya no teníamos presupuesto porque había cosas más importantes”, dijo Mancilla.
Fue entonces que a través de un reportaje del diario “The New York Times”, se dio a conocer la historia de la piedra derrumbada en La Paz y la escasez de recursos.
A raíz de la publicación, relató que un empresario maquilador norteamericano llamado Bob Gain, ofreció ayuda económica para la restauración.
“Hizo alusión que su madre adoraba la piedra de Balandra, en su lecho de muerte insistía que se contactara con la autoridad para financiar el levantamiento de esa piedra”, relató.
“Si la tiró el hombre que la levante el hombre y finalmente que la tire la naturaleza”, expuso que fueron las palabras de la madre de Gain, para quien solicitó una placa conmemorativa en el lugar.
Fue entonces nombrado como superintendente de obra el ingeniero Luis Manuel Reyes, quien con apoyo de 3 albañiles sindicalizados lograron poner en pie la roca de más de 13 toneladas de peso.
“Era un maestro prestigiado del Instituto Tecnológico de La Paz, en paz descanse. Murió de pancreatitis”, dijo Mancilla para este matutino.
Entre el periodo de julio de 1993 y enero de 1994 se llevaron a cabo estos trabajos, que culminaron con un acto de entrega encabezado por el presidente municipal.
“Asistieron miles de paceños y todos los medios de comunicación, fue un orgullo para La Paz y quedó colocada”, dijo el ingeniero.
El costo final del trabajo fue apenas superior a los 54 mil pesos, gracias a economías realizadas por el ingeniero, quien proyectó inicialmente 104 mil pesos.
El trabajo se realizó reutilizando vigas del rastro municipal para crear una estructura alrededor del área afectada, con el fin de crear una especie de “telaraña” de cordones o “puntales”.
“Ahí se colgaban tecles y polipastos para poder levantar la piedra, girarla, moverla y clavarla en el elemento metálico”, expuso Mancilla.
La base artificial de la piedra fue elaborada con “acero carbón”, una aleación que eleva su resistencia a la tracción y hace que disminuya la tenacidad y la ductilidad, ideal para el cometido.
“Fue una labor titánica, la piedra se había calculado en un peso de toneladas, finalmente parece que lo superaba con la densidad de las piedras internas”, dijo el ingeniero.
“Se empezaron a doblar las vigas, se reforzaron, fue una obra muy bonita […] todos los que participaron hasta la fecha se sienten orgullosos de haber sido parte de la mano de obra”, dijo.
Tras colocar la piedra en la base de acero, se cubrió con cemento y piedras del lugar para darle un toque similar al de la piedra original.
Mancilla presumió que dicha obra fue “plus perfecta”, no obstante recalcó que los 24 años de corrosión la hacen meritoria de un mantenimiento urgente.
“Hasta lo más perfecto necesita un mantenimiento, más cuando sufre el embate del tiempo, la naturaleza, las mareas, del agua, del propio hombre que a veces es destructivo”, aseguró.
En pleno mes de octubre de 2018, dijo importante poner atención en el asunto e invertir “el dinero que sea necesario” para reducir los daños ocasionados por el mar y el hombre.
“Estamos en muy buen tiempo de desnudarlo, hasta donde sea posible y que esté flojo el material aplicarle los químicos necesarios y la tecnología para evitar el óxido, frenarlo, protegerlo y volver a armar con material cementante”, aseguró.
Aseguró que de concretarse un buen trabajo de mantenimiento para la piedra, “estamos a tiempo de hacerlo, si lo dejamos más tiempo corremos riesgo”, dijo.
“De que se debilite con acción de los vientos y se vuelva a caer, lo que sería una lástima”, agregó el ingeniero.
Dijo importante el cuidado de la piedra de Balandra pero también de las playas que son contaminadas a un ritmo “inmisericorde”.
En entrevista para Diario El Independiente, el director municipal de Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat) del XVI Ayuntamiento de La Paz, Víctor Martínez de Escobar Cobela, dijo que con apoyo del ingeniero Mancilla se realizará un diagnóstico para el monumento.
Explicó que por instrucción del presidente municipal, Rubén Muñoz Álvarez, se buscará la alternativa más viable para poder prolongar el tiempo de vida de la estructura, ya característica de la playa Balandra, considerada una de las más bellas del mundo.