Arriesgaron su vida intentando salvar la de otros, pero la inclemencia de la tormenta, dificultó sus operaciones
Cabo San Lucas (CSL), Baja California Sur.- Se determina “Alerta Roja”, de acuerdo a los manuales y protocolos internacionales en materia de protección civil cuando un huracán se acerca y golpea directamente una ciudad; en resumen, “Alerta Roja”, significa refugiarse y no exponerse, por ningún motivo. Esta alerta, quedó lejos de ser tomada en cuenta por efectivos del Cuerpo de Bomberos de Cabo San Lucas durante el impacto del huracán “Odile”, hace ya cuatro años.
Narran los rescatistas, quienes recuerdan con respeto la fuerza que tenía “Odile”, a su paso sobre el destino turístico, esta tormenta enseñó mucho sobre el cómo actuar ante un huracán tan poderoso, pues señala el bombero René Jiménez, quien vivió el fenómeno meteorológico en todo su esplendor desde un camión extintor, nunca imaginaron la destrucción que ocasionó.
“Odile creo que nos deja mucho aprendizaje sobre todo, en lo particular a mí me deja la lección que la naturaleza merece respeto y no miedo, sino respeto por lo poderosa que puede ser. [...] Si me sentó, por decirlo así Odile, porque cuando estábamos en el Ojo del Huracán salimos a un llamado, no medimos, nos mandan al llamado y vas bien fuerte que vas a poder contra todo pero no medimos que tanto tiempo teníamos disponible en un Ojo del Huracán, no debimos hacernos el valiente, es el Ojo, no va a pasar nada, no es una decisión muy segura que se debe tomar a la ligera”.
De igual manera, Jorge Barrera Castro, oficial de la corporación, quien atendió al menos cuatro servicios de emergencia en las horas críticas de “Odile”, fue totalmente voluntaria la decisión de salir a ayudar, quedando atrapados, en medio de la tormenta por horas, sin saber, ya no el ayudar a los demás, sino salir vivos.
“Nadie nos puso una pistola esa noche para salir, y tomamos la decisión de salir a hacer un par de rescates, le quisimos ganar tiempo al huracán, pero nos dimos cuenta que no fue suficiente y estuvimos atrapados por así decirlo en un camión de bomberos y todavía lo recuerdo como si fuera ayer; los vientos y los compañeros arriba y que fue muy fuerte porque en esos momentos piensas que ya no vas a salir de ahí, porque no podíamos darle ni para enfrente o atrás, la segunda racha del huracán lo vivimos ahí, encerrados dos o tres horas en el camión”.
Concluye el bombero, responsable hoy del Departamento de Estrategia y Educación Preventiva, “Odile”, dejó una enseñanza muy clara a todos los rescatistas, el valorar a tu familia y determinar si tendrás “cabeza fría”, para ayudar a otros.
“Fue muy fuerte porque fue uno de esos momentos en que piensas que no vas a volver, piensas en tu familia. Te genera un sentimiento de angustia por mi hermano, que en mi caso también es rescatista, pero pues afortunadamente no le pasó nada pero te preocupas. Tienes que tratar de tener la cabeza fría y no pensar en esas cosas porque te perturban y tú vas a hacer un trabajo de rescate, de riesgo, y tienes que estar claro”.
La noche del huracán “Odile”, el H. Cuerpo de Bomberos de Cabo San Lucas recibió incontables llamados a través de las líneas convencionales, a los que se suman, mensajes de texto, “por whatsapp” hasta donde el internet permitió, de peticiones de auxilio de toda la ciudad. No se sabe con exactitud cuántos pudieron haber sido, o cuántas personas habrían estado heridas o en peligro esa noche, pues únicamente, la corporación pudo concretar, tres servicios.