Hoy se cumplen 30 años del estreno de la serie que hace una parodia del Conde Drácula y que tiene el humor mexicano en su doblaje
CIUDAD DE MÉXICO.
El amante de la sangre por naturaleza es el vampiro. Sobrevive en las tinieblas y vuela para llegar a sus víctimas, en espera del momento preciso y atroz para atacar con sus largos colmillos. Por lo menos esa es la figura que parte de la literatura y el cine crearon de estos personajes.
Sin embargo, el protagonista de la caricatura británica El Conde Pátula sale por completo de tal estereotipo: gusta de las zanahorias, es un pato con linaje de vampiro, aunque más bien desea ser artista o héroe, y tiene a su servicio a una tierna, pero brusca nana, que de tan grande y distraída nunca entra por la puerta y rompe, sin querer, los muros a su paso, y a un mayordomo como mentor, Igor, quien se empeña en hacer de él un ser malévolo, sin mucho éxito.
Estrenada hace 30 años, el 6 de septiembre de 1988, la caricatura hizo una parodia al Conde Drácula, con aves antropomorfas como personajes, y lo convirtió en un adolescente sarcástico de piel verde, con copete partido a la mitad y totalmente vegetariano.
Miedoso, amante de la armónica, juguetón y curioso, el también llamado Patolín por su nana Nanny, es el consentido gobernante de un castillo en Transilvania, que evita el peligro a toda costa y se teletransporta, con todo su hogar, a cualquier sitio desde un ataúd mágico, haciendo lo lúgubre a un lado.
Las cuatro temporadas que completaron los 65 episodios de la caricatura, trasmitida en la década de 1990, contaron para Hispanoamérica con el doblaje de voces mexicanas, que no sólo le imprimieron su estilo sonoro, sino también un sentido del humor peculiar.
No faltó el albur y las claras referencias a México. Por ejemplo, el Conde Pátula refiere que tiene un tío llamado Germán Dobles y lo hace en homenaje al actor Germán Robles (qepd), protagonista de la película mexicana de terror El vampiro, de 1957. Además, en el primer episodio, una de las diosas involucradas en la trama lleva por nombre Arribaella.
En entrevista con Excélsior, el actor de doblaje Luis Alfonso Mendoza, quien realizó la voz para Hispanoamérica del Patolín, destacó que el sarcasmo y humor de la caricatura en esta versión en español, tuvo mucho que ver con el equipo mexicano. “Me tocó trabajar en esta serie cuando aún se hacia el doblaje de antaño, con todos los actores en el atril al mismo tiempo, así que lo que no se le ocurría al señor Álvaro Tarcicio (qepd), quien interpretaba a Igor, se nos ocurría a nosotros. También, estaba la señora Carmen Donna-Dío (qepd), que era Nanny. Afortunadamente la serie fue muy bien aceptada. Había un poco de doble sentido, para que lo entendieran los adultos sin ofender a los niños.
Acerca de Germán Robles, él era el Drácula de México, así que para rendirle un homenaje hablamos de él como Germán Dobles. Referíamos a lo que teníamos en la década de 1980 como la versión de Luis Miguel de Cuando calienta el sol, es decir, nos permitíamos cantar lo del momento. En la versión original El Conde siempre está cantando y aquí cantaba ‘...y si Adelita se fuera con otro...’, jugamos con lo que vivíamos”, expresó Luis Alfonso Mendoza vía telefónica.
El personaje llegó a las manos del actor cuando tenía un año de dedicarse al doblaje.
Fue uno de los primeros trabajos que realicé. Admiraba a Jorge Arvizu El Tata (quien también hacía doblaje) y quería hacer una caricatura en la que pudiera salirme un poco del guión para hacer una adaptación hacia nuestra cultura”, dijo.
Entre diálogos había porras, figuras mexicanas conocidas y lugares como el Auditorio Nacional, uno de los escenarios en el mundo en los que El Conde Pátula quería presentarse.
“La serie es inglesa y tenía su humor, pero no el que le pusimos nosotros. La adaptamos para que sonara a eso. En los capítulos hablamos de Patónica Castro (Verónica Castro), Patún Velasco (Raúl Velasco) o emulamos al Indio Fernández. Fuimos mexicanizando (sic) muchas cosas.
“Todas las porras para viajar en el tiempo fueron inventadas por un servidor como ‘castillito, castillito, castillito del terror, vámonos ahora con Nicanor.”
Para Mendoza, quien ha dado voz a Joey en Friends y Sheldon en La teoría del big bang, entre otros— El Conde Pátula sigue vigente. “Nos satisface porque se deja una historia en las voces, en las series”, concluyó.
hch