• Morena ante el reto será cumplir las expectativas generadas en campaña y que el desgaste natural del ejercicio del poder no le afecte, así como la confrontación natural de los grupos que ahora están en ciernes, en la lucha por los espacios que estarán en juego en el 2021 • Para dirigir el PAN se perfilan líder Javier Bustos que podría repetir en esta posición, la aún diputada local Maritza Muñoz, el secretario general del ayuntamiento de Los Cabos, Luis Alberto González y Carlos Rochín, que hasta antes de la elecciones se desempeñó como jefe de la oficina del ejecutivo estatal • Para el tricolor, la debacle está tan grave que hasta la posibilidad de que se aplique una refundación que incluya el cambio de nombre o de siglas es realmente factible, pero sobre todo con decisiones que sean renovadoras, verdaderamente de fondo y no solo como maquillaje
Mientras que algunas de las
trascendentales y polémicas decisiones del presidente electo de México Andrés
Manuel López Obrador, no terminan por ser bien aceptadas o incluso
suficientemente bien entendidas, en la entidad los grupos políticos que
conforman la propuesta política de Morena, se adaptan a su nuevo estatus desde
donde ya consideran que pueden perfilarse para llegar con suficiente fuerza
electoral para el 2021. Mientras tanto, los partidos que perdieron la elección,
principalmente el PAN y el PRI, tendrán que iniciar lo más pronto que puedan
alguna estrategia que les permita ya desde ahora trabajar en la recomposición
interna y externa para no perder su potencial competitivo demostrado en la
pasada contienda y anteriores procesos electorales.
Por supuesto que para Morena,
que ganó abrumadoramente la elección hace un mes, primero se tendrá que tomar
protesta formal en los respectivos cargos para los que fueron electos sus
candidatos antes de perfilarse hacia la elección del 2021, aunque dicho sea de
paso, parece que esa acción efectivamente será mero trámite, pues antes de esas
tomas de protesta algunos ya tiene como argumento el tema de la próxima
elección estatal.
Desde luego que para quienes
no obtuvieron la mayoría de los votos, el trabajo debe iniciar literalmente de
inmediato con un contacto con la población que sea mayor, mejor y más eficiente
que el demostrado hasta el proceso del pasado primero de julio.
En el 2021 no se podrá llegar
con la misma actitud mostrada hasta ahora.
Para Morena el reto será
cumplir las expectativas generadas en campaña y que el desgaste natural del
ejercicio del poder no les afecte tanto, así como la confrontación natural que
seguramente los grupos que ahora están en ciernes, tendrán que experimentar en
la lucha por los espacios que estarán en juego en esa elección.
De la misma manera tanto para
el PRI y sobre todo para el PAN que tiene un potencial político-electoral
importante, será sumamente necesario además de ese inventario y autoanálisis
profundo y sincero, definir las decisiones que tomar enfocados a fortalecer de
la unidad interna y hablar con claridad del objetivo fundamental para la
próxima jornada electoral dentro de tres años.
Y sobre todo, que quede bien
claro quién será quien encabece de manera formal la dirigencia partidista que
encabece esos esfuerzos.
Vale decir que para el caso de
tricolor, la debacle está tan grave que hasta la posibilidad de que se aplique
una refundación que incluya incluso el cambio de nombre o de siglas es
realmente factible, pero sobre todo con decisiones que sean renovadoras,
verdaderamente de fondo y no solo como un maquillaje más, tal como ha sucedido
en los últimos años con resultados por demás desastrosos en prácticamente todo
el país.
El tricolor no soporta una
capa más de maquillaje.
En Acción Nacional por su
parte existe un potencial político en diversos actores que han podido armar
equipos competitivos que seguramente buscarán su denominador común para
trabajar bien compactados en los próximos 36 meses que restan de la actual
administración estatal.
Por ello seguramente es que ya
se conocen los nombres de quienes pudieran dirigir el destino corto, mediano y
largo plazo del blanquiazul en la entidad, por lo que hasta ahora, además de su
actual líder Javier Bustos que podría repetir en esta posición, también se han
manejado los nombres de la aún diputada local Maritza Muñoz, el secretario
general del ayuntamiento de Los Cabos, Luis Alberto González y Carlos Rochín,
que hasta antes de la elecciones se desempeñó como jefe de la oficina del
ejecutivo estatal.
Está claro que ese trabajo
político de quienes ahora serán oposición en los ayuntamientos, senadurías,
diputaciones federales y en el congreso estatal, tendrá que realizarse de la
manera más inmediata posible precisamente para enfrentar con mayor éxito los
despliegues políticos que realicen los representantes morenistas desde las
diversas posiciones que ahora encabezarán.
Veremos cuál es el desempeño
de los diversos actores políticos tanto de los nuevos ganadores como de
perdedores hacia la competencia electoral del 2021 que aunque para muchos
parecieran estar distante lo cierto es que definitivamente es ya un tema que
ocupa a quienes saben que en la próxima contienda electoral no tendrá cabida el
exceso de confianza ni la subestimación de ninguno de los potenciales
competidores electorales.
Para los integrantes de Morena
que ahora tendrán nuevos cargos de elección popular el gran reto será cumplir
con las expectativas generadas a la población para conservar ese apoyo
electoral demostrado en las elecciones pasadas, mientras que para el PRI y
sobre todo para el PAN, la tarea será reconquistar la confianza ciudadana y
convertir esa confianza en sufragios efectivos.
Veremos qué sucede en las
próximas semanas en torno a este tema de la reconformación de los diversos
equipos políticos con miras a desempeñarse de la mejor manera posible en la
segunda mitad del actual sexenio estatal.
Ya veremos qué sucede.