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La actualidad del campo exige, acercar más  a los campesinos con el Gobierno Federal y que juntos impulsen una  nueva reforma agraria que responda a las necesidades concretas de producción del campesino, para que se garantice el beneficio de la tierra y se oriente a quien la trabaje, y se logre un conciudadano más próspero. En el campo basta de permitir el abandono, un dique para que no subsistan injusticias, sobreviven campesinos que batallan contra el acaparamiento, burocratismo, la corrupción y problemas para articular la producción agraria con el desarrollo, se les agudiza el problema de salud, de abasto, de vivienda, de servicios de electricidad, educación.

Todo ello demanda honestidad y responsabilidad, compromiso con los gobiernos Federales, Estatales y Municipales, serio compromiso de las Instituciones encargadas de entregar insumos oportunos al campo, con el fin de lograr una modernización que permita a los campesinos ser gentes productivos de la mayor eficacia en el medio rural. Esto significa sustituir el paternalismo que frena acciones y socava la marginación, por una solidaridad esforzada, activa, reciproca, creativa, que desarrolle las enormes potencialidades de los hombres que laboran la tierra. Implica dignificar al hombre del campo, dar estima a su actividad, y restaurarle el orgullo de ser, una vez más, actor fundamental en el avance del país.

Desde hace muchos años las comunidades mayas reclaman más apoyos para hacer fructificar sus tierras. Y sobre todo uno de los grandes reclamos en este momento es que los productores rurales indígenas les quiten de sus espaldas la pesada carga de las carteras vencidas. Esto es algo en lo que el virtual Presidente de la Republica LIC. ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR, tiene que trabajar para encontrar una solución verdadera, que dure, que verdaderamente venga a fructificar en más producción en el campo campechano. Hoy es el tiempo de que el Articulo 27 de la Constitución se exprese en bienestar, justicia y libertad para los hombres del campo; es el momento de acabar para siempre con todo vestigio de latifundio; ya es hora de dar certidumbre al ejido; a las tierras comunales y a la pequeña propiedad. Es el momento de impulsar la reforma agraria; de promover más y mejor inversión en el campo mexicano; de alentar de manera mejor y más eficaz la participación de los campesinos; de dar solución a las carteras vencidas, del crédito escaso y caro, mas uniones de crédito y de poner en marcha nuevos mecanismos de comercialización.

De algo tiene que estar consiente el virtual Presidente LOPEZ OBRADOR, que la improductividad en el campo no solo afecta a quienes la padecen, a los campesinos, a los productores rurales, sino también a quienes habitan en las ciudades. No se tiene que olvidar que buena parte de las causas de la migración del campo a las ciudades, la falta de oportunidades por parte de los campesinos, falta de oportunidades en sus lugares de origen. LOPEZ OBRADOR, en su campaña observo un campo empobrecido, endeudado, pero con una gran capacidad de reaccionar, de rendir frutos, si se establecen y se arraigan los incentivos adecuados. Tiene que haber un cambio en el campo con gran vocación productiva que está llamado a jugar un papel decisivo en la nueva etapa de progreso para nuestro país.

Concluyo: se tiene, necesariamente en esta presente administración, que acelerar el paso; meterle el acelerador en la solución de producción, de productividad, de tecnologías, de comercialización, de apoyo crediticios a tasas competitivas, de esquemas de asociación que hagan competitivos a los productores del campo mexicano y, de esta manera tener un verdadero equilibrio entre el campo y la ciudad. ¡¡¡ Tienen que apoyar decididamente al campo!!! “En el campo mexicano existen reclamos cuyas respuestas no pueden esperar más.”