Fernando Magaz Negrete quedó arrestado bajo fianza supuestamente por besar y tocar a una adolescente inmigrante de 14 años en un centro de detención en Phoenix
CIUDAD DE MÉXICO.
Un miembro del personal de Southwest Key, la organización sin fines de lucro que opera un centro de detención de inmigrantes en Phoenix, fue arrestado y detenido bajo fianza después de supuestamente haber agredido a una niña de 14 años bajo custodia federal.
Según la NBC News, el miembro del equipo, Fernando Magaz Negrete, de 32 años, ingresó al dormitorio de la adolescente una noche de junio, la besó y la tocó frente a su compañera de cuarto, quien dijo que presenció el incidente. Negrete, quien fue arrestado por la policía a principios de esta semana, fue acusado de tres cargos por presunta agresión: abuso de menores, abuso sexual y agresión con daños físicos graves. Un comisionado de la corte estableció su fianza en 150 mil dólares el miércoles.
"Cuando un niño nos habla de un comportamiento inapropiado, inmediatamente llamamos a la policía y comenzamos una investigación interna según corresponda", le dijo Jeff Eller, portavoz de Southwest Key, a la NBC News. "Eso es lo que sucedió en este caso. Southwest Key siempre trabaja con la aplicación de la ley para hacer recaer todo el peso de la ley cuando esté justificado".
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Southwest Key no ha dicho si la niña de 14 años había sido internada en el establecimiento como parte de las prácticas de separación familiar de la administración Trump, pero el suyo es al menos el segundo informe de abuso sexual que sale a la luz después de la política de inmigración de "cero tolerancia" del presidente Donald Trump.
La semana pasada, The Nation recibió un documento firmado por una niña de seis años en detención de inmigrantes, diciendo que se mantendría alejada de la persona que presuntamente abusó sexualmente de ella: otro niño detenido en el mismo centro.
La niña, de solo seis años, firmó el documento con su inicial, "D". Junto a su jeroglífico, el adulto que completó el resto del documento, especificó que "era muy pequeña".
"Me sentí terriblemente mal, su madrele dijo a The Nation en una entrevista traducida. "No podía hacer nada por ella, porque estábamos separadas. Es muy pequeña, probablemente estaba muy asustada, probablemente tenía miedo de decirle algo a alguien. Fue una total pesadilla para mí".
El abuso sexual ha sido un problema constante en la frontera, en la detención del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) y en los centros de detención de inmigrantes del país, incluso antes de la represión de la inmigración ilegal por parte de la administración Trump. Entre 2013 y 2017, el ICE ha presentado mil 310 denuncias de abuso sexual, un número que los defensores de los derechos de los inmigrantes insisten es mucho más alto, teniendo en cuenta la frecuencia con la que no se denuncia el abuso sexual.
Muchos de los aproximadamente 2 mil niños separados de sus padres durante junio y julio fueron enviados a instalaciones que ya han acumulado una letanía de acusaciones de abuso. Algunos de sus padres se encontraron en condiciones similares, y según los informes, los agentes de inmigración enviaron a docenas de mujeres al Centro Residencial T. Don Hutto, el centro de detención de Texas quizás mejor conocido por su historial de presunto abuso sexual.
"Con los esfuerzos y éxitos constantes del movimiento #MeToo, debemos asegurarnos de que los que están en detención migratoria también estén protegidos", Thomas A. Saenz, presidente de la Mexican American Legal Defense and Educational Fund, una organización que convoca al Departamento de Justicia de los Estados Unidos a investigar al centro T. Don Hutto, dijo en una declaración en junio.
"En las instalaciones de detención que están conscientemente aisladas de la vista pública, las mujeres inmigrantes enfrentan serias amenazas, y nuestra nación debe actuar para garantizar que estén protegidas de los depredadores que tienen un poder significativo para intimidar y violar".