Falaz y engañoso, de cara y cruz, -haciendo honor a su apellido-, sin duda que Gustavo Rodolfo Cruz Chávez, ha demostrado ser un tipo astuto.
Muy astuto.
Y lo dejó mucho más claro la
mañana de aquel 14 de mayo de 2015, cuando, moviendo astutamente sus hilos,
el Consejo General Universitario (HCGU) de la Universidad Autónoma de
Baja California Sur lo reeligió, -incluso-por unanimidad--, para el periodo
2015-2019.
Pero para entonces, este Mexiquense,
que un día llegó aquí cubriéndose con sus manos, y que de inmediato fue
cobijado por Jesús Druk, ya desde antes, había adoptado como parte de
su gran sabiduría, la meta de cuidar y proteger, -hasta la saciedad y la
ignominia- la gallina de los huevos de oro. Cuya gallina, (léase
Rectoría) nuestra patria le había dado como destino para engordar, nada menos
que desde el 2011.
Ya desde entonces, Gustavo
Rodolfo Cruz Chávez, había aprendido a tejer muy finito. Y sabía que sus
redes eran de un fuerte nailon.
Y el tiempo le dio la razón.
Pero también nos la dio a
nosotros para darnos cuenta de los nefastos alcances de un tipo sagaz como
este.
El jugoso sueldo que por más
de 2 millones y medio de pesos anuales hoy percibe, -por cierto superior a lo
que obtiene el propio gobernador del estado-- es una muestra de que Gustavito,
aprendió muy bien las artes de la bellaquería.
Sin duda que a eso se debe la
cara amable, seria y adusta, pero sonriente, grata, amena y
agradable, que Gustavo Rodolfo Cruz Chávez, presenta en cada uno de los actos
políticos a los que asiste.
Sin duda que a eso se debe ese
rostro encantador, garboso y cautivador, además de simpaticón y gracioso
que asoma Gustavo Rodolfo Cruz Chávez, durante las festividades a donde acude
representando a nuestra máxima casa de estudios.
Pero retomando aquello de cara
y cruz, habría yo de dejar claro que justamente este tipo al que hoy hago
referencia, es de dos caras, y que allá en el fondo, no me cabe la
menor duda, que Gustavo Rodolfo Cruz Chávez, es desconfiado, ladino,
malicioso.
Y también tengo la certeza de
que, -muy allá en el fondo-, tiene algo de malignidad, de perversidad e
hipocresía.
Y no es para menos.
La bien lograda y bien
investigada nota aparecida en diario El Independiente, de este 14 de agosto de
2018, afirma que Gustavo Rodolfo Cruz Chávez, como rector de
la UABCS obtiene un jugoso sueldo mensual de 221 mil 328 pesos mensuales.
Es decir, más de 2 millones y
medio de pesos anuales, más lo que se acumule por aguinaldos, primas
vacacionales y demás prestaciones. Lo que deja en claro que gana más que
cualquier funcionario local, incluyendo al propio gobernador.
Esos son los motivos que
mueven al exitoso rector al ahorro de agua, de energía eléctrica, de
combustibles, de gastos telefónicos Etc., dentro del campus universitario. Y no
es para menos, porque como las toninas, todo quiere para él.
Por todo esto, ¿cómo no
criticarse que la UABCS sea considerada una de las universidades más caras del
país?
¿Cómo no aceptarse el retraso
académico, cuando hay jóvenes que no pueden cubrir los costos de una
carrera?
En fin, en todo esto estriba
la perversa ambición de Gustavito por buscar la reelección.
Y tras esto, de pronto unos
días después, saltó un defensor de oficio. De esos que pretendan defender
lo indefendible.
Fue nada menos que Dante
Arturo Salgado, quien en ese intento de salvar a su protector, se enredó en su
propia piola al decir que dicha cantidad que obtiene el rector como salario,
corresponde al concepto de “costo”, y no el concepto de ingreso en donde al
primero se suman además los pagos por prestaciones laborales e instituciones de
crédito. Y sepa Dios lo que quiso decir.
Y fue más allá al señalar que
“no hay sueldo de rector, de secretario general un de secretario de finanzas”.
Sino que –según él- hay un rector profesor investigador, un secretario general
profesor investigador y un secretario de finanzas profesor investigador.
Yo diría que es una mágica y
astuta forma de simular cuantiosos ingresos, como los que hoy percibe el
rector.
Y en ese mismo afán de
defender lo indefendible, Dante Arturo Salgado, hizo referencia solamente a lo
que son sus ingresos. Es decir los de él como secretario general. Más
nunca dijo lo que en realidad gana el rector.
En fin, solo me resta decir
que ojala y esos grandes tentáculos reformadores que conllevan deseos de
honestidad y anticorrupción, que Andrés Manuel López Obrador, trae entre
manos como parte de esa cuarta transformación del país, pasando por la Reforma,
la Independencia y la Revolución, traspasen –algún día-- también las fronteras
de la UABCS.
Y que sea por salud propia de
esa noble institución; de todos esos honrados catedráticos que empeñan su
esfuerzo por el bien y la superación del país; del estudiantado en general, y
de Baja California Sur.
Ojalá.