• En su más reciente novela, Fractura, el autor argentino-español manifiesta su amor por el viaje y por la frontera
CIUDAD DE MÉXICO.- Las
fronteras y las cicatrices, en sus múltiples significados y metáforas, son la
materia prima con la que fue confeccionada Fractura (Alfaguara), la sexta
novela del escritor argentino-español Andrés Neuman (1977).
El también poeta y cuentista
entrega una obra de largo aliento cuyo protagonista, el japonés Yoshie
Watanabe, un sobreviviente de la bomba atómica de Hiroshima, revisa las grietas
de su vida tras experimentar el terremoto de 9 grados que sufrió su país en
2011. Pero este misterioso anciano también es retratado por cuatro amantes que
tuvo en distintos países, cruzando idiomas, geografías y culturas.
Pongo de manifiesto mi amor
por el viaje y la frontera, y la convicción de que la frontera es el lugar
siempre más interesante, intenso y conflictivo de cualquier territorio. Es
decir, que me interesa menos la pureza de un territorio, el centro, que sus
bordes y sus posibles diálogos, intercambios y conflictos con el territorio de
al lado”, afirma en entrevista el narrador.
Creo que el arte hace de la
frontera una identidad. Vivimos una época en la que las fronteras significan un
problema. A nivel político y social pareciera que son lugares indeseables que
hay que militarizar y controlar. Ninguna institución tiene confianza en la
riqueza de la frontera. Lo que hace el arte es revalorarla”, agrega el también
ensayista.
El autor de las novelas
Bariloche, La vida en las ventanas, Una vez Argentina, El viajero del siglo y
Hablar solos aclara que hay fronteras y cicatrices hacia el interior de la
persona misma.
Se habla mucho de las
cicatrices físicas y emocionales, pero éstas no definen nuestra identidad.
Somos un conjunto de cicatrices más o menos visibles. Y éstas trazan una
frontera entre quienes fuimos antes del daño y en quienes el daño nos convirtió”,
añade.
Explica que Fractura narra la
historia de distintas cicatrices: las de un país, una familia o las de un amor
roto. “Cuenta cuatro historias de amor, cómo se rompieron y cómo son
recordadas”.
Y detalla que el sismo japonés
es una metáfora. “A todos los países se les mueve, literal o figuradamente, el
piso. Y en ningún lugar se puede estar seguro del suelo que se pisa. Hay países
donde el suelo se abre literalmente y otros donde el suelo se abre para
desaparecer a las personas. Debemos detectar las fallas tectónicas de cada
sociedad y pensar qué hacer para que no se repitan”.
REALZAR LA GRIETA
Quien ha escrito además cuatro
títulos de cuentos, ocho poemarios, dos volúmenes de aforismos, un diccionario
satírico, así como un libro de viaje dio vida a esta trama inspirado en la
ancestral técnica del kintsugi, que es el arte de reparar la cerámica realzando
sus grietas con oro o metales preciosos.
Todo individuo es como la suma
del objeto y el artesano del kintsugi. Todo individuo está roto y tiene la
misión de repararse a sí mismo. Lo que pasa es que no todos conocemos la
técnica para hacerlo”, sentencia.
Dice que milita en favor de la
visibilización de las cicatrices. “Estamos en un momento histórico, político y
estético en el que hace falta combatir el Photoshop. No sólo como instrumento
de manipulación de las imágenes, sino como lógica cultural. La lógica del
disimulo, de la imperfección, del planchado del pliegue. Todo eso nos
deshumaniza”.
Piensa que “una de las
misiones del arte es reescribir la belleza, es decir, poetizar esos lugares de
los que nos avergonzamos, tratar de construir otro paradigma de belleza”.
Neuman destaca que, además, le
interesaba contar historias de amor de gente más anciana. “Se cuenta desde el
primer amor de juventud de Watanabe hasta un amor en edad de la jubilación. Me
parece importante ampliar el foco del deseo, la vida sexual y del amor de los
personajes. No puede ser que nos conformemos con comedias románticas
protagonizadas por veinteañeros”.
Andrés Neuman adelanta que ya
trabaja en un libro que habla “de la belleza de los cuerpos imperfectos, de la
poeticidad de lo que el canon considera feo; es un intento de releer el cuerpo
desde otros lugares, menos tradicionales y menos opresivos”.