• Como ciudadanos interesados en la educación podríamos comenzar exigiendo mejor contenido en los medios audiovisuales, ahora extendidos a otros dispositivos
Ciudad de México.- Toda la
televisión, todas las televisiones “educan” aunque no se lo propongan
Guillermo Orozco, Académico en
comunicación y educación.
Una metáfora popular combina a
dos objetos mágicos: el fuego y la televisión. La fogata que acompañaba a los
cavernícolas durante las narraciones fantásticas fue sustituida en el siglo XX
por la TV. Además de historias, ambos comparten otro objetivo común: educar.
Los relatos más antiguos: los
mitos, explicaban el orden social. Ellos proporcionaban conocimiento, proveían
hazañas que educaban a través de los tropiezos del héroe. Basta revisar el
recorrido que propone Campbell en “El héroe de las mil caras” para reconocer
nuestro lugar en la sociedad.
Ya en la época moderna están
los cuentos populares. Darnton veía en ellos una utilidad más inmediata y
práctica en “Los campesinos cuentan cuentos”. Lo que se narra a los niños les
enseñará a vivir. Caperucita roja facilitaba explicar el riesgo de confiar en
extraños, evitaba mencionar palabras como rapto o violación y aun así los
prevenía. Educar es un papel que la televisión heredó.
Se habla de la televisión
educativa. Aquí agrupamos a proyectos con una intención pedagógica. Quien
enseña matemáticas o reafirma valores socialmente aceptados educa, pero también
quien muestra violencia o quien discrimina. ¿Qué hacer ante alguien diferente?
Si crecimos viendo comedias de situación quizá lo resolvamos gritando “chusma,
chusma”. Algunos otros sabremos que “hablar como idiota” es su derecho y está
en la constitución.
Si hablamos de niños, estos consumen 4.46 horas
diarias de este medio, según datos del IFT. Además, el programa más visto por
ellos es un melodrama dirigido a un público mayor. Habrá quien esté cómodo en
estas condiciones; sin embargo, como ciudadanos interesados en la educación
podríamos comenzar exigiendo mejor contenido en los medios audiovisuales, ahora
extendidos a otros dispositivos. Es importante recordar que mientras