La Paz, Baja California Sur.- Este 26 de julio, agencias de información confirmaron que la Corte Internacional de Comercio de los Estados Unidos (EEUU) ordenó prohibir la importación de productos marinos mexicanos de empresas que usan redes agalleras en el Golfo de California.

Como un esfuerzo de conservación para la vaquita marina, cetáceo en peligro de extinción, se prohíben productos como: camarones, corvina (pez tambor), sierra (caballa española) y chano (o patudo) de la zona, obtenido a través de redes de enmalle o “agalleras”.

Señalan que este tipo de redes para totoaba son causantes del declive de la vaquita marina, ya que estas cuelgan en el agua y “atrapan indiscriminadamente tanto a los peces objetivo como a otras criaturas marinas”.

En 2017 las autoridades mexicanas reportaron 32 avistamientos de estos animales, pero la organización que presentó la demanda calcula que sólo hay 15 vivas y señala que podría extinguirse para 2021.

“Con las vaquitas al borde de la extinción, estas sanciones económicas son dolorosas pero necesarias para presionar a los funcionarios mexicanos”, añadió Sarah Uhlemann, directora de programas internacionales del Centro para la Diversidad Biológica y criticó que “durante 20 años, el gobierno mexicano prometió salvar a la vaquita pero no tomó medidas significativas”.

Esto en un esfuerzo por conservar al mamífero marino mexicano, la corte determinó “una medida cautelar que requiere que el gobierno, en espera de la adjudicación final de los méritos, prohíba la importación de todos los pescados y productos marinos de las pesquerías comerciales mexicanas que usan redes agalleras dentro del rango de la vaquita”.

Para Giulia Good Stefani, abogada del Consejo de Defensa de Recursos Naturales que presentó el caso ante la corte estadounidense, esta decisión es “la línea de vida que la vaquita necesita desesperadamente”.

“Colectivamente, nuestras organizaciones han pasado más de una década trabajando para salvar a la vaquita, y nunca se ha sentido tan cerca de la extinción, pero ahora, la marsopa más pequeña y en peligro de extinción del mundo tiene su última oportunidad”, añadió, de acuerdo con un comunicado.

Pescadores niegan ser responsables de la extinción de la vaquita marina

La principal causa de la mortandad de la vaquita marina (Phoconea sinus) no son los pescadores, sino la obstrucción del flujo de agua dulce del río Colorado en el Alto Golfo de California por parte del gobierno de los EEUU mediante la presa “Hoover” en la decada de 1930, ocasionando alta salinidad en el hábitat natural de esta especie protegida.

Así coincidieron la Cámara Nacional de la Industria Pesquera (Canainpesca) y la Confederación Mexicana de Cooperativas Pesqueras (Conmecoop), señalando que la construcción del sistema hace más de 4 décadas ha afectado el ecosistema del cetáceo, de acuerdo a lo manifestado por Humberto Becerra Batista, líder del sector industrial y José Jesús Camacho, del sector ribereño.

No obstante a pesar de esta situación, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) del gobierno federal se ha negado a aceptar estos señalamientos ante las autoridades norteamericanas, con el único fin de evitar conflictos diplomáticos con el vecino del norte, señalando entonces a los pescadores como principal “chivo expiatorio”.

“El tema de la vaquita marina nos preocupa muchísimo, porque ha sido la excusa más fuera de lugar para sacar a los pescadores de sus áreas tradicionales de pesca. La vaquita es una especie que vive en la desembocadura del río Colorado, es su hábitat porque desemboca agua dulce que se mezcla con la salada y se forma un ecosistema muy limitado”, dijo Becerra Batista.

“Ahí encuentran las mejores condiciones para desarrollarse y vivir, pero hace más de 40 años se represó el agua por la presa Hoover para destinarla a la agricultura y zonas urbanas en Estados Unidos”, agregó el líder industrial.

Expuso que fue hasta entonces que la vaquita marina comenzó “a morir” debido a la modificación de su medio ambiente, situación que no ha permeado al interior del gobierno mexicano para la elaboración de los estudios técnicos correspondientes, que arrojarían el verdadero impacto que tuvo el represamiento del río Colorado.

No descartaron que la pesca ilegal sea otro factor que influya en la posible extinción de esta especie, debido a que algunos ejemplares han sido detectados con signos de enmallamiento, los cuales mueren por el negocio clandestino y no por las actividades debidamente reguladas ante la ley y las autoridades pesqueras.

El polígono de veda para la vaquita marina fue ampliado recientemente a mil 841 kilómetros cuadrados, con el fin de permitir y fomentar la “recuperación” de la población, aseguró Becerra Batista, en donde existen entre 10 y 12 especies comerciales; sin embargo reconoció que el gobierno invierte entre 80 y 90 millones de pesos como remuneración a pescadores por evitar trabajar en dicha zona.

Recalcó que existen estudios académicos elaborados por instituciones serias, como la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), que coinciden en que la falta de afluencia del río Colorado influyó en la muerte de las vaquitas, por lo que todo esfuerzo hasta el momento para salvarla no ha funcionado.