Lo derecho, es lo decente
Lo derecho, es lo decente
Felipe Lara Romero
Muy buenos días estimado
lector, gracias muchas gracias por continuar prefiriendo nuestro periódico El
Independiente. La Democracia no significa que me hagan caso a mí, significa
primero, comunicación, participación, de liberación, vamos a entendernos.
Inicio esta columna comentando
a Usted; para el Partido Revolucionario Institucional, el 01 de julio del 2018,
significo no solo la jornada electoral que trajo consigo la perdida de la
Presidencia de la Republica, sino una fecha determinante en la definición de la
ruta que, como Partido Político deberá trazarse, tomando en cuenta que su
fuerza política y representatividad social de ese Instituto Político, lo hacen
ser un elemento ineludible en la construcción de consensos para la
gobernabilidad del País; su escasa permanencia en la escena política nacional
resulta pues, no tan indispensable como el Partido Acción Nacional, o MORENA.
El PRI, como partido que
nación en el poder y desde el poder se consolido como instancia de
representación política y social, “cumplió ya su ciclo”. Su nacimiento se
inscribió en una coyuntura histórica radicalmente diferente a la actual,
caracterizada por la urgencia de unificar a todos los grupos de poder que a
finales de la década de 1920, se encontraban diseminados en un país
semidestruido por la lucha armada, circunstancia que dificultaba el proceso
para la reconstrucción nacional y la definición de su agenda de futuro, de su
rostro político y económico. La capacidad del entonces Partido Nacional
Revolucionario (P.N.R.), y sus sucesores el Partido de la Revolución Mexicana
(P.R.M.) y el PRI, para aglutinar los intereses de los diferentes sectores de
la sociedad, tuvo su consecuente en el prolongado lapso de ejercicio del poder
público; sin embargo, los intereses y las necesidades de la sociedad mexicana
fueron combinando y otras fuerzas políticas comenzaron a hacerse presentes,
dando como resultado un alejamiento paulatino de los ciudadanos con el PRI,
aunando la pérdida de credibilidad del mismo instituto político. El modelo de
Partido hegemónico comenzó agotarse, en este contexto el 01 de julio de 2018
concluyo con su declive electoral.
La capacidad de representación
universal y de aglutinación de interés sociales diversos, logada hace 90 años
por el P.N.R., y que fue heredada y ejercida por el P.R.M., y el PRI, no tiene
ya la viabilidad en la nueva coyuntura histórica y política, lo que pone de
manifiesto la necesidad de realizar un profundo trabajo de autocrítica que
conduzca por un tránsito, hacia la renovación y pueda seguir respondiendo a las
expectativas de una sociedad cada vez más preparada, plural y demandante. Para
tener viabilidad como opción política es urgente abrirles la puerta a los
jóvenes, a las mujeres, a los grupos emergentes de la sociedad, que demandan un
espacio de representación; así como a nuevas ideas, a prácticas modernas que
faciliten el libre tránsito hacia la constitución y consolidación como partido
político innovado.
Concluyo: para mi, la fuerza
democrática de un parido, no se encuentra en el Presidente de la Republica, se
representa en el congreso, ahí es donde están representados los intereses del
partido. Porque cuando el ejecutivo se percata que debe gobernar para todos los
grupos económicos, políticos, sociales, culturales y de interés; atender los
reclamos de todos los factores reales de poder que expresa la sociedad, atender
las demandas y las presiones de orden internacional, para poder gobernar el
Pais.