La Paz, Baja California Sur.- Guadalupe Calderón, quien desde hace décadas se dedica a la pesca, asegura que el hostigamiento por parte de inspectores Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) ha continuado. 

Hace una semana Guadalupe Calderón denunció que un inspector de Conapesca le decomisó 200 almejas y lo multó con mil pesos, sin embargo, al llegar a la dependencia el pescador fue notificado que debía pagar más de 30 mil pesos. 

Hoy Guadalupe Calderón, ante trabas y nulos asesoramientos para conseguir una licencia de pesca, optó por realizar una actividad económica histórica en La Paz: vender las famosas ciruelas que crecen en El Mogote. 

Al no poder pescar libremente por la falta de regularización, Guadalupe recolectó ciruelas para prepararlas con chile, limón y sal y así ofrecerlas en las calles de la colonia Esterito. 

Cuando el pescador se encontraba cortando el tradicional fruto paceño, se sorprendió que el mismo inspector lo seguí nuevamente. Ahora ni pesca ni ciruelas. 

Guadalupe asegura que fue obligado a devolver las ciruelas y fue multado nuevamente, sin saber la razón, simplemente atendiendo instrucciones de la autoridad procedió a dejar el fruto. 

Los representantes legales que han auxiliado a pescador, de 69 años de edad, comentan que la Conapesca está mostrando autoritarismo, falta de humanidad y se está excediendo en sus facultades. 

Guadalupe pertenece a un sector vulnerable debido a que no sabe leer ni escribir. A pesar de ello no ha sido asesorado correctamente para tramitar su licencia como pescador libre. 

Hoy su bolsillo se ve apretado ante las limitaciones laborales que le han surgido y se dice temeroso ante el hostigamiento, cuando su arte de pesca o su recolección de ciruelas no se traduciría en un dañino impacto ambiental para la bahía. 

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