• En entrevista, el escultor tapatío ofrece un adelanto de lo que será la pieza que desarrolla actualmente dentro del programa de Arte Público; en tanto que Mario Martín del Campo aún no tiene fecha ni ubicación de su pieza
Ciudad de México.- El programa
de Arte Público del Ayuntamiento de Guadalajara continúa y la escultura de
Jorge Méndez Blake es una de las siguientes piezas que se instalará en la
ciudad durante la primera quincena de julio en el corredor de Avenida México
(cruce con la calle Beethoven).
Méndez Blake señala que el
costo de su pieza, “Biblioteca vacía”, ronda los dos millones 700 mil pesos,
monto que será pagado por el Ayuntamiento de Guadalajara como parte del programa
de Arte Público. Dicha pieza es una de las obras pendientes del programa que,
prácticamente, está en los últimos detalles para ser instalada.
Desde hace más de un año, el
artista tapatío comenzó a trabajar en la escultura que en su inicio estaba
pensada para ser colocada en la cuchilla de la calle Juan Manuel entre los
cruces de Gregorio Dávila y Frías, aunque después se pensó que la mejor idea
sería en la plazoleta de Libertad, siendo finalmente el corredor de Avenida
México el sitio que más se adecuaba a las dimensiones y concepto de la
escultura para la recuperación y aprovechamiento de ese espacio público.
“Cambiamos de lugar varias
veces, mi proyecto en este programa, a diferencia de otros, siempre ha estado
íntimamente ligado a donde estará, de alguna manera responde al espacio, a las
circulaciones de las calles, si es un parque o camellón y el Ayuntamiento me
había propuesto espacios hasta que se llegó a Avenida México y Beethoven,
adecuado como un cruce peatonal bastante grande”.
Distintas lecturas
“Biblioteca vacía” es una
escultura con perspectiva arquitectónica que en su totalidad será hecha de
concreto y completada en los bordes superiores con placas metálicas que, a
decir de su creador, ayudarán a que la pieza tenga un envejecimiento y desgaste
natural para que la obra tenga diversas lecturas desde el día de su instalación
y con el posterior uso e interacción que los ciudadanos tengan con la obra.
Previo a su instalación, el
camellón ya estaba acondicionado con piso, jardineras y árboles que, según
Méndez Blake, serán analizados para un posible cambio de posición o reemplazo
por especies que hagan un juego más estético con el nuevo entorno artístico y
brinden diversas formas de apropiación del espacio pensado en la posibilidad de
realizar actividades.
“La idea era hacer un proyecto
que se acoplará al espacio y partí de eso, quiero un proyecto de arquitectura
que se integre a lo que ya estaba en la medida de lo posible. Quiero jugar con
la idea de los libreros, hicimos cinco pruebas de concreto, porque lo que me
interesa también es cómo envejecerá, es un proyecto de obra pública, por lo que
es importante el mantenimiento, que los materiales no requieran casi nada de
mantenimiento”.