• La intérprete mexicana charló acerca de su debut con la OFUNAM y del carácter intempestivo de la obra del danés Carl Nielsen
CIUDAD DE MÉXICO.- Ha surgido
una nueva solista de la flauta en México. Su nombre es Ana Emilia Castañeda
(Ciudad de México, 1997) y tiene 20 años. Ya ganó el concurso de Jóvenes
Artistas del Festival Latinoamericano de Flauta de Toronto, fue flautista
principal de la Orquesta Sinfónica Estanislao Mejía de la Facultad de Música
(OSEM-UNAM), bajo la batuta de Sergio Cárdenas Tamez, y hace unos días debutó
con la Orquesta Filarmónica de la UNAM (OFUNAM).
En entrevista con Excélsior
habló sobre su debut con la OFUNAM, el repertorio que le interesa explorar y el
trabajo de perfeccionamiento que requirió su interpretación del Concierto para
flauta y orquesta, de Carl Nielsen (1865-1931), obra con la que ganó ambos
concursos.
¿Cómo lograste tocar con la
OFUNAM sin haber concluido la carrera de música? “El concurso fue una
eliminatoria en la Facultad de Música de la UNAM; la eliminatoria fue con
pianista en la escuela y los finalistas tocamos en la Sala Nezahualcóyotl,
donde fuimos calificados por un jurado encabezado por Massimo Quarta. Entonces
fui seleccionada y toqué con la OFUNAM los días 12 y 13”.
¿Cuándo empezaste a estudiar
el Concierto para flauta y orquesta de Carl Nielsen? “Cuando tenía 17 años, es
decir, hace tres años, cuando mi maestro me la puso. Era una obra obligatoria
dentro de mi semestre y la tuve que aprender de memoria, pero poco a poco la
fui descubriendo mejor y me percaté cómo me hacía crecer y conocer otros
aspectos del instrumento. Entonces empecé a escuchar más música de este
compositor y quedé cautivada”.
¿Qué descubriste en esta obra?
“Lo que más me gusta de la obra es su diálogo entre instrumentos; es un poco
como música de cámara, porque, a pesar de que la flauta es un instrumento
solista, hay partes donde el clarinete y la flauta van solos, o la viola y la
flauta, creando pequeños diálogos sin importar las dimensiones de la orquesta.
“Al final siempre hay
conversaciones más pequeñas en la obra y eso es lo interesante. Aunado a esto,
descubrí que el carácter intempestivo de Nielsen siempre retorna a la calma.
Eso me gusta, y aunque ésta es una obra un poco violenta, al final siempre
regresa a la calma y a la inocencia, por así decirlo”.
¿Qué otro repertorio te
interesa abordar? “Lo que más me interesa es la música contemporánea, la música
moderna del siglo XX hasta nuestros días, la de compositores mexicanos poco
conocidos, aunque obviamente seguiré estudiando las piezas que son ‘de cajón’
para el instrumento, que incluye las sonatas de Johann Sebastian Bach y de
Philippe Gaubert. Pero en el futuro buscaré estrenar y abrir los horizontes de
la flauta hacia nuevos compositores o música que ya existe y ha sido ignorada”.
¿Qué compositores quisieras
rescatar? “Me interesa el trabajo de compositores contemporáneos, en particular
el de algunos franceses, como Guillaume Connesson, un creador bastante activo,
y también de compositores mexicanos, como Eduardo Angulo, Horacio Uribe,
Gabriela Ortiz, Mariana Villanueva y Armando Luna”.
¿En qué momento de tu carrera
te encuentras? “Sólo me falta año y medio para terminar la licenciatura y
después trataré de hacer un intercambio académico para estudiar en otro país,
quizá en Francia o Suiza, porque en ambas naciones existe una tradición
interesante de la flauta transversa, un semestre por lo menos, y luego buscar
convocatorias y propuestas para tocar en festivales, concursos y hacer
audiciones. Tocar con la OFUNAM fue un paso importante en mi carrera, pero debo
seguir buscando oportunidades como cualquier otro músico”.
¿Por qué existen pocos
solistas de la flauta? “Hay bastantes o, por lo menos, están en camino de serlo.
Lo que falta es el enfoque y la oportunidad de difundir más el trabajo que
hacen los solistas de este instrumento, además de proyectos que lleven la
flauta a tener una mayor participación en el medio musical”.
¿Cómo descubriste tu
instrumento? “Recuerdo que mis papás escuchaban mucha ópera desde que era muy
niña. Supongo que en algún momento escuché el sonido de alguna flauta, porque
me gustó de pronto y a los nueve años empecé a pedir una flauta para tocar,
hasta que cierto día uno de mis tíos me regaló una y así empecé, sin mucha
conciencia”.
¿Y profesionalmente? “Fue a
los 13 años, cuando conocí a mi maestro Miguel Ángel Villanueva, a quien
escuché tocar, luego fui a algunos de sus conciertos y entonces me quedó claro
que sí se podía vivir de la música y que podía hacer una carrera”.
DECEPCIONANTE SEPARACIÓN
Ana Emilia Castañeda fue una
de las alumnas más destacadas de Sergio Cárdenas Tamez, el exdirector de la
Orquesta Sinfónica Estanislao Mejía (OSEM-UNAM), quien fue separado
arbitrariamente de la agrupación por el Consejo Técnico de la FaM, bajo el
argumento de que no quiso colaborar con el montaje de la ópera Reynaldo y Elina
o la sacerdotisa peruana, obra del compositor mexicano Manuel Covarrubias, en
enero de 2018.
¿Cuál es tu opinión de Cárdenas
Tamez?, se le cuestionó a la joven instrumentista. “El maestro Cárdenas Tamez
ha sido una persona muy importante en mi desarrollo, porque es de los maestros
a los que más le he aprendido. En la FaM fue uno de los músicos a los que más
le aprendí; él es un brillante músico de orquesta y la experiencia de ser
seleccionada (por él) para ir a Berlín resultó muy enriquecedora”.
¿Es cierto que es un músico
muy exigente o conflictivo? “Diría que el maestro Cárdenas es una persona que
sabe muchas cosas; para él la música es algo realmente superior. Siempre vi en
él a una persona que le gustan las cosas bien hechas. Sí, puede llegar a ser
exigente, pero está muy bien justificado y los resultados hablan por sí solos”.
¿Qué opinas de su separación
laboral de la OSEM-UNAM? “En verdad fue algo decepcionante… porque el maestro
Cárdenas es un gran académico, de los mejores maestros que he tenido en la FaM;
yo le aprendí lo que pude. Seguramente pude aprender más de él, pero las
oportunidades no siempre se dan”.
¿Debería volver a la
OSEM-UNAM? “Eso ya no depende de mí… son asuntos de la escuela y los alumnos
estamos aparte de eso. Y, aunque tengamos una opinión, lo mejor es mantenernos
al margen”.
LECTURA Y PINTURA
Ana Emilia reconoce que,
además de vivir inmersa en la música, es una incansable seguidora de los libros
de Yukio Mishima, de Julio Cortázar, Juan Rulfo y Virginia Woolf, aunque
prefiere estar más cerca de la poesía, en particular de poetas como Francisco
Hernández, David Huerta, Carlos Pellicer, Pablo Neruda y Lord Byron. “No creo
que los músicos seamos personas aisladas. Hay algunos que así lo eligen, pero
en mi caso prefiero mantenerme cerca de otras artes; por eso acudo a la poesía
y a las artes visuales. Por ejemplo, recuerdo mucho la reciente exposición de
Otto Dix en el Museo Nacional de Arte (Munal), que en verdad me encantó”,
concluyó.