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Hoy es lunes, 25 de noviembre de 2024

En busca de la poeta uruguaya Alcira Soust Scaffo

• El MUAC convoca a todos aquellos que tengan información sobre la poeta, quien pasó 15 días encerrada en los baños de la Torre de Humanidades de la UNAM

En busca de la poeta uruguaya Alcira Soust Scaffo

CIUDAD DE MÉXICO.- De Alcira Soust Scaffo (Uruguay, 1924-1997) se sabe mucho y nada: fue profesora de educación básica en su país natal y llegó a México en 1952. Fue maestra en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM donde repartía sus poemas en carteles. Durante la entrada del Ejército a Ciudad Universitaria en 1968, se ocultó entre diez y 15 días en un baño de la Torre de Humanidades; sobrevivió tomando agua del sanitario y comiendo papel higiénico. Se convirtió en musa y figura para intelectuales, como Roberto Bolaño quien la tomó como personaje de sus novelas Los detectives salvajes y Amuleto.

 

Pero se desconoce de un posible matrimonio con un doctor en Michoacán, no se saben detalles de su estancia en México antes de ingresar a la UNAM, sus vínculos con artistas, escritores e intelectuales de la segunda mitad del siglo XX, su estancia en un siquiátrico, su regreso a Uruguay. “Hay huecos en su historia”, ataja Amanda de la Garza, curadora del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC). Para llenar estos vacíos en la biografía de la poeta, el recinto inició la búsqueda de los rastros de Soust Scaffo para presentar una exposición documental sobre su vida y obra, programada para agosto próximo.

 

Se trata de la convocatoria Rescatando la memoria de Alcira Soust Scaffo, que invita a quienes conocieron a la artista aportar cualquier documento, testimonio o material que arme el rompecabezas de su vida. Se busca en particular material sobre el proyecto Poesía en Armas, traducciones de poemas, notas o referencias a sus intervenciones poéticas, collages literarios y fotografías, en particular del Jardín Cerrado que hizo en la UNAM entre 1971 y 1978 y del Jardín Emiliano Zapata  de entre 1979-1988.

 

El proyecto sobre Alcira forma parte del programa 68 que estamos desarrollando en el museo. Alcira es más conocida por el episodio de su vida de cuando quedó encerrada en los baños de Ciudad Universitaria en 1968 en la Torre de Humanidades, pero lo que nos interesa más allá de este episodio, que recoge Roberto Bolaño, es entender el papel de Alcira en diferentes movimientos estudiantiles y las conexiones con intelectuales y artistas del país en ese periodo tan importante”, señala De la Garza.

 

La propuesta de la exposición es recuperar parte de su archivo personal para enfatizar la relación entre su militancia política y poética a través de sus poemas-acción y poemas gráficos. Pues, explica la curadora, Soust encontró en un mismo camino y modo de acción la protesta social y la expresión lírica. Hizo de una misma misión escribir poesía y luchar por causas sociales. Así fue parte de la resistencia en la UNAM durante la ocupación militar en 1968 y en otras luchas sociales, hasta su retorno a Uruguay al inicio de los 90.

 

Creemos que es un personaje interesante que permite una lectura muy amplia a lo largo de diversas décadas sobre este vínculo entre activismo político, estudiantil y las artes, en particular la poesía”, recalca sobre quien llegó a México con una beca del Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe, (CREFAL), para asistir al curso de formación de Especialistas en Educación Fundamental en Pátzcuaro, Michoacán.

 

Si bien se le asocia con escritores, Soust mantuvo amistad con artistas como Rufino Tamayo, con quien estudió muralismo en Michoacán al terminar su curso de educación.

 

También fue cercana del director de orquesta Eduardo Mata, de Juan José Arreola, participó en programas de Radio UNAM, asistió a talleres de literatura en Casa de Lago con Juan José Arreola y fue fiel admiradora del poeta español León Felipe.

 

Es alguien que buscaba estos vínculos y desplegó una red de afectos y relaciones amplias que es lo que nos interesa reconstruir en la exposición”, precisa sobre la muestra que se titula Escribir poesía y vivir dónde.

 

DE JARDINES Y POESÍA VISUAL

Quien fuera alumno o profesor de la Facultad de Filosofía y Letras entre las décadas de los 60, 70 y 80 bien recordará a Soust en los pasillos con hojas sueltas que repartía a diestra y siniestra. No eran volantes o publicidad; eran sus poemas visuales que difundía de la manera más básica, de mano en mano. Papeles con vocales de colores de una tipografía especial que ella misma diseñó. Hoy esta acción parece tan habitual, pero a finales del siglo pasado resultaba performático, y ella lo hacía hasta en mítines políticos.

 

Admiradora de León Felipe, fue figura central del movimiento infrarrealista que fundó Roberto Bolaño y Mario Santiago Papasquiaro en los 60; Soust fue representante de la juventud radicalizada de la época.

 

Con el mismo empeño puesto en la palabra, la poeta encontró en la jardinería un símbolo de paz y fue autora del Jardín Cerrado y del Jardín Emiliano Zapata, éste último sirvió como cementerio histórico, recuerda De la Garza. Pero también en memoria de la matanza estudiantil en Tlatelolco, la poeta promovió sembrar una jacaranda en la facultad de Filosofía y otra en la de Psicología como hermandad entre las escuelas. Los árboles aún se conservan.

 

Aunque la uruguaya jamás abandonó la UNAM, su condición tras 1968 se fue deteriorando. Se sabe que tras la salida del ejército, Rubén Bonifaz Nuño, quien ese año era coordinador de Humanidades, realizaba un recorrido por la Torre de Humanidades junto con Miguel León-Portilla, y encontró a Soust en condiciones de salud graves físicas y sicológicas. Hay leyendas que dicen que perdió la dentadura y sufría de paranoia. “En realidad su vida peligró durante el tiempo que estuvo escondida”, señala De la Garza.

 

En 1988 regresó a Montevideo en un frágil estado de salud, y falleció el 30 de junio de 1997 a los 74 años: “Alcira tuvo una vida muy difícil en México, y los amigos cercanos decidieron que era mejor que regresara a su casa de Uruguay con su familia, no fue una decisión propia sino de gente cercana, porque ya había estado a la fuerza en un hospital siquiátrico y estaba en una situación de precariedad en muchos sentidos”.