Escurrimiento y anticoagulantes” llega al Vivian Blumenthal, a partir del 12 de mayo
Ciudad de México.- Todos los
sábados y domingos del 12 al 17 de mayo, en el teatro Vivian Blumenthal (calle
Tomás V. Gómez 125), se presentará el montaje “Escurrimiento y
anticoagulantes”, una reseña psicológica de un asesinato a partir de “Crimen y
Castigo” de Fiódor Dostoyevski. El texto es de David Gaitán y la dirección de
Daniel Constantini.
En el elenco participan
Mauricio Cedeño —quien es el protagonista “Raskólnikov”—, Karla Constantini,
José Jaime Argote, José Alberto Sigala, Dario Rocas, Coralia Manterola y
Fernando Sakanassi, estos dos últimos conversan en entrevista que la obra de
teatro se montó en 2015 y debido al éxito la han vuelto a retomar para esta
corta temporada, donde de momento en preventa los boletos cuestan 100 pesos y
se pueden adquirir a través de Ticketmaster.
“Vamos a cumplir 50 funciones
desde que comenzamos en mayo del 2015 —hace tres años— tuvimos ya dos
temporadas aquí en Guadalajara, una en la Ciudad de México y funciones también
en Monterrey. Y luego de haber parado dos años con el montaje, regresamos.
Somos un par de compañías trabajando juntas, Teatro Nómada y Teatro Estudio y
en ese tiempo que hemos estado colaborando, nos hemos hecho de un repertorio:
‘Escenas de una mentirosa y su perro’, ‘El amor de las luciérnagas’, ‘Juana
Inés: paráfrasis de sí misma’ y ésta con la que hemos cosechado bastantes
premios, nacionales e internacionales”, destaca Fernando.
De hecho señala que dejarla
descansar fue a propósito, por el éxito y las muchas funciones que tuvieron;
sin embargo, la retoman porque hay un público que aún no la ve y para la gente
que ya la tiene en la mente, han cambiado algunas cosas, sobre todo, en el
terreno de los actores; por ejemplo, con la participación de José Jaime Argote.
En lo personal, Coralia
comparte que le gustan todos y cada uno de los elementos que dan forma a la
puesta en escena. “Es un montaje al cual le tengo mucho cariño y respeto. Es un
gran reto en muchos sentidos, desde lo físico, porque implica mucha precisión
en trazo escénico y que es algo que caracteriza al director en sus obras. Es
una proyección dinámica donde todo el tiempo están pasando cosas a detalle,
tanto a nivel actoral como profundas y orgánicas que requieren nuestro trabajo
con mucha concentración”.
Este montaje, además, aborda
la línea delgada entre lo bueno y lo malo y también lleva a una catarsis en
estos momentos político-electorales y con los problemas de seguridad como las
desapariciones de personas, una dramaturgia que invariablemente lleva a la
reflexión. “Estamos viviendo el horror en el país y es muy desafortunado que
sea tan vigente. Cuando una obra tiene que ver con el pensamiento universal, es
vigente siempre. Se habla de la condición humana, del hombre y de la mujer, de
hasta cuándo el fin justifica los medios”.