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Demandan a sello mexicano por no pagar la renta desde hace 10 años

En 2013 la AML interpuso una demanda contra las editoras Jus y Fincen, que desde hace una década se ha negado a pagar por el arrendamiento del edificio de Donceles 66, que además subcontratan

Demandan a sello mexicano por no pagar la renta desde hace 10 años

 MÉXICO.

Tras un lustro de litigio legal en contra de las empresas editoras Jus y Fincen, debido a que dejaron de pagar la renta de la casona ubicada en Donceles 66, en el Centro Histórico, los miembros de la Academia Mexicana de la Lengua (AML) esperan recuperar este año el edificio colonial de su propiedad, que fungió como su sede de 1957 a 2002, si bien aún no existe una fecha precisa.

De dos plantas, construido en 1828 en una superficie de mil 498 metros cuadrados, según el registro del Sistema de Información Cultural, este inmueble fue adquirido por la Academia el 7 de agosto de 1956 gracias a un patrimonio en fideicomiso concedido por el gobierno de la República el 22 de diciembre de 1952, fecha en que se constituyó como asociación civil.

Posteriormente, gracias a la creación de la Fundación Pro Academia Mexicana de la Lengua, el organismo fundado en 1875 cambió su domicilio a la calle de Liverpool 76, en la colonia Juárez, el 19 de noviembre de 2002, y decidió rentar Donceles 66 para contar con un ingreso extra.

Se hizo un contrato de arrendamiento con la editorial Jus hacia 2004. Y unos cinco años después dejaron de pagar la renta, así de fácil. Y finalmente se buscó a un abogado para entablar un juicio”, comenta en entrevista con Excélsior Gabriel Yáñez, gerente de la AML.

Así, según los datos que aparecen en la página PoderJudicialVirtual.com, la Academia promovió el 22 de agosto de 2013 una Controversia de Arrendamiento Inmobiliario en contra de Editorial Jus, S.A. de C.V. y Fincen, S.A. de C.V., en el Juzgado 40 Civil del Distrito Federal, donde se abrió el Expediente 732/2013.

El documento, se detalla, cuenta a la fecha con 347 notificaciones, entre acuerdos y amparos: 25 interpuestos en 2013, 41 en 2014, 47 en 2015, 136 en 2016, 89 en 2017 y nueve en lo que va del 2018. El último fue del pasado 25 de abril.

Hemos ganado todas las instancias en las que estas personas han puesto obstáculos para devolvernos el predio que de manera indebida está en sus manos. Hace años que no nos pagan renta”, afirma el poeta y filósofo Jaime Labastida.

El director de la Academia desde 2011 agrega que, a pesar de que todas las sentencias les han sido favorables, aún no ha habido una sentencia definitiva. “Debe haber un récord Guiness de apelaciones”, dice.

El también editor añade que sólo falta la última instancia para dictar la sentencia definitiva. “Hace años que el edificio está en manos de Jus, por un contrato que no debió haberse firmado en los términos en que se firmó. Lo hicimos sobre la base de confianza, pero defraudaron nuestra confianza y no tengo empacho en decirlo. Jus se ha portado de una manera verdaderamente vergonzosa”.

El gerente Gabriel Yáñez coincide con Labastida en que la querella se ha tardado mucho. “El problema es que nunca apareció el original del contrato y eso alargó el asunto. Tenemos una copia. Nunca apareció el original. Yo creo que no nos lo dieron.

Además, ellos han interpuesto infinidad de recursos. Siempre hay artimañas para prolongar un juicio. Le dan largas. Le buscan algún detalle a la demanda para alargar el proceso, porque saben que no tienen la razón”, señala.

Aclara que la renta acordada no era alta. “Tengo entendido que una parte era en efectivo (20 mil pesos) y la otra en especie (equivalente a 20 mil pesos), haciéndole mejoras a la casa. Pero el monto de las mejoras no se especificó en el contrato, quedó libre. Muchas cosas se hicieron de buena fe y ahí estuvo el problema”, detalla.

Sin embargo, el hijo del escritor y político jalisciense Agustín Yáñez (1904-1980), quien dirigió la Academia los últimos siete años de su vida, no sabe con precisión cuándo se podrá recuperar el inmueble.

Esperemos que no pase de este año. Nuestro abogado, Aarón Pasol, dice que ya estamos cerca. Le tenemos confianza. Lo único que queda es esperar. Ojalá esto termine de la mejor forma”, indica.

 

CULTURA Y PIZZAS

Ubicada entre las calles de Palma Norte y República de Chile, la primera sede de la Academia Mexicana de la Lengua recibe al visitante con el escudo de este organismo en la fachada, en el que se lee su misión respecto al idioma español: “Limpia, fija y da esplendor”.

De 2004, año en que fue arrendada, a la fecha, la casona ha albergado a distintos proyectos culturales y comerciales, además de las oficinas de la editorial Jus y la librería del grupo, que permanece abierta en la planta baja.

El Sistema de Información Cultural tiene registrado que el 1 de mayo de 2008 se fundó el Centro Cultural Donceles 66, “que cuenta con teatro, salas de exposiciones, auditorio, librería, biblioteca, café, restaurante y salones para talleres, cursos y presentaciones de diversa índole”.

Y lo describe como “un espacio abierto a toda la comunidad y, al mismo tiempo, representa una convocatoria para todos los creadores, aunque de manera especial para los jóvenes, con el fin de que hagan de éste su foro y escaparate de expresión”.

En la página de internet Donceles 66. Encuentro y conversación se detalla, en la Agenda cultural, las actividades realizadas sólo durante 2013, 2014 y 2015 en los rubros de cine, exposiciones, ferias y eventos, presentaciones de libros, teatro, talleres y tertulias. Pero no está actualizada.

En un recorrido realizado por Excélsior, se observó que actualmente en la mayor parte de la planta baja del edificio histórico opera la Pizza Del Perro Negro, que comparte espacio con la Librería Jus y una pequeña sala de exposiciones dedicada al arte callejero.

Y, en el segundo piso, funciona el Centro Cultural Panteón, que se inauguró en febrero de 2017, que en seis salas exhibe obra de distintos artistas, como Alegoríasde Diego Andrade y Un nuevo mundo de Ricardo Cavolo, que permanecerán abiertas hasta el 5 de junio próximo.

El contrato era para una editorial, no para poner un restaurante. Pienso que el uso del suelo no les permitiría abrir un restaurante. Yo creo que aquí sí están en falta. Aunque hay que ver, a lo mejor sí tienen los permisos”, destaca Gabriel Yáñez.

Pero lo que a nosotros nos interesa es recuperar el inmueble. Y luego hay que ver cómo lo entregan. Si hay que meterle dinero. Esto ha sido muy injusto. Después, con el consenso de los académicos, decidiremos qué hacer con él, darle el uso adecuado para la Academia”, concluye el gerente.

La AML, cuyas oficinas se encuentran hoy en Iztaccíhuatl 10, en la colonia Florida, está en espera de los permisos para iniciar la construcción de su sede definitiva en Coyoacán.

Mientras tanto, ha tenido que hacer sus sesiones públicas de manera itinerante, entre la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, el Museo Rufino Tamayo y la Casa Lamm. Y su acervo bibliográfico y los objetos que integrarían su museo interactivo permanecen en bodegas, por falta de espacio.

 

DEUDOR CON SOLVENCIA Y CRECIMIENTO

Con más de 80 años de historia, el sello Jus –que nació primero como revista universitaria, a iniciativa de Manuel Gómez Morín, fundador del Partido Acción Nacional, hacia 1938, aunque algunos afirman que fue en 1933, y se convirtió en editorial hacia 1942– ha realizado en los últimos cuatro años importantes convenios de crecimiento.

El 26 de junio de 2014, se anunció el inicio de actividades entre Jus y la editorial española Malpaso. Óscar García, gerente de ventas y marketing de Malpaso, y Alejandra Alvarado, gerente de ventas de Jus, detallaron en aquella ocasión que la jugada inicial “es la puesta en circulación de títulos y autores a la altura de las exigencias del buen lector mexicano”.

Y el 23 de enero de 2017, la editorial Jus compró el 80 por ciento de la Biblioteca Nueva (1896) y subsidiarias (Salto de Página y Minerva), al suscribir una ampliación de capital y llegar a un acuerdo con los accionistas de la empresa encabezados por Antonio Roche.