• Murió la académica e investigadora universitaria que dedicó cinco décadas a crear y actualizar el monumental Diccionario de Escritores Mexicanos
CIUDAD DE MÉXICO.- La
investigadora y académica mexicana Aurora M. Ocampo (1930-2018) fue, ante todo,
un ejemplo de tenacidad. Además de ser una de las pioneras en edificar la
historia de los escritores nacionales de los siglos XX y XXI, supo convertirse
en amiga y aliada de la mayoría de sus entrevistados.
Así recuerdan el investigador
Héctor Perea y el periodista Humberto Musacchio a la mujer que murió la noche
del lunes pasado a los 88 años y dedicó casi 50 años de su vida a crear,
elaborar y actualizar el Diccionario de Escritores Mexicanos, título con el que
se publicó la primera edición en 1967.
Tranquila, en la Residencia
Geriátrica Las Fuentes, ubicada en Cuernavaca, la maestra en letras y doctora
en filología por la UNAM falleció a causa de padecimientos naturales
relacionados con su edad. Sus restos mortales fueron velados la tarde de ayer
en la Funeraria Gayosso de Félix Cuevas.
Pilar Mandujano Jacobo,
coordinadora de la versión digital del posteriormente titulado Diccionario de
Escritores Mexicanos del siglo XX, del que Ocampo editó nueve tomos impresos
entre 1988 y 2007, detalla que la especialista tuvo dos hijos, Sergio y Ricardo
Ocampo; pero sólo le sobrevive el primero, quien ayer llegó de Atlanta para
estar presente en los funerales.
Mandujano, quien trabajó con
Ocampo de 1982 a 2015, año en que la integrante del Instituto de
Investigaciones Filológicas de la UNAM se jubiló, destaca que de ella aprendió,
en primer lugar, el respeto por la universidad y, en segundo, el respeto por el
trabajo, la disciplina.
Nos legó un gran capital cultural,
el conocimiento de nuestros hombres de letras, de nuestros intelectuales.
Siempre trabajó con ética, con compromiso, con solidaridad. Supo mantener unido
a su equipo”, añade.
Pilar Mandujano, al frente de
un equipo de cinco técnicos académicos, prepara la versión digital de los nueve
tomos del diccionario, que en total integró a dos mil 300 escritores. “Estamos
actualizando las entradas; incorporaremos a autores nuevos, que ahora ya son
reconocidos, pero que cuando se cerró el tomo con su letra aún no tenían dos
libros publicados, que era el requisito para ser contemplados. También habrá
videos, fotos y entrevistas con los escritores compendiados”.
Mandujano dice que a finales
de 2018 entregarán el material para su evaluación y la idea es que esté disponible
en línea a principios de 2019. “Ya se había subido en 2016, pero se bajó para
complementarlo sin interferencias. Y agregaremos una especie de segundo
Diccionario de Escritores Mexicanos del siglo XXI, con autores nacidos a partir
de la década de los 70”.
El diccionario enciclopédico
de Aurora Ocampo no sólo incluía la biografía de los literatos, sino
comentarios sobre su obra y la hemerografía con las referencias y críticas a
sus libros. Todo esto, considera Mandujano, queda muy bien en formato digital,
pues se podrán hacer actualizaciones de manera constante.
Hay autores como Carlos
Fuentes, Juan Rulfo, Alfonso Reyes y José Revueltas cuyas entradas abarcan unas
300 cuartillas”, admite la entrevistada, quien subraya que se cuenta con el
respaldo del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación
Tecnológica.
EXPERIENCIA Y SENCILLEZ
Héctor Perea, investigador de
Filológicas de la UNAM, comenta que fue “una maravilla” poder contar con una
persona “muy seria en su trabajo, con tanta experiencia y tan accesible,
amable”.
Indica que Ocampo fundó, en
1956, junto con Julio Jiménez Rueda y María del Carmen Millán, el Centro de
Estudios Literarios, que dirigió durante más de 20 años.
Para el diccionario formó
muchos equipos, que después se integraron al instituto. Ella les enseñó cómo
mantener siempre esa mirada exhaustiva frente a los temas, en este caso, frente
a la historia de los escritores”, apunta.
El valor máximo de este tipo
de diccionarios, además de ser el pionero en su campo, es que es el más
completo de todos; es una enciclopedia de escritores, más que un diccionario de
consulta inmediata”, dice. Y agrega que doña Aurora no sólo supo hurgar en la
vida de los escritores y rescatar lo más valioso, sino que se hizo amiga de
ellos.
Aclaró que, además de su
proyecto monumental, Ocampo también se dedicó desde 1957 a la investigación,
rescate, estudio y difusión de la cuentística mexicana, especialmente la
escrita por mujeres, así como a la crítica de la novela mexicana contemporánea y
la bibliografía de la literatura mexicana en general.
Por su parte, Humberto
Musacchio coincide en definir como “monumental” la tarea realizada por quien
dio clases en la Universidad de California y en el Darthmouth College de
Hanover, de 1962 a 1975.
La elaboración del diccionario
le llevó muchos años, desde fines de los 60 hasta el 2007. Ella se empeñó en
trabajar sin computadoras, lo cual habla de su entrega, pues no es nada fácil
hacer las cosas de ese modo. Tenía una gran cantidad de fichas en papel, en
tarjetas, era la época antes de internet”, comenta.
El que aun así haya hecho el
diccionario me parece un gran servicio a la cultura mexicana, con todas las
deficiencias que se le quieran ver. Tuvo la tenacidad para llevarlo adelante.
El resultado está a la vista y nos sirve a quienes andamos en estas cosas”,
detalla el autor de diversos diccionarios enciclopédicos, entre ellos Milenios
de México.
Musacchio evoca a Ocampo como
“mujer sencilla, afable, muy metida en su trabajo, entregada. Pero, sobre todo,
muy tenaz. La UNAM debe estar muy agradecida con ella y también quienes nos
dedicamos a escribir”, concluye.