· ¿Con qué cara, Alfredo Porras se atreve a calificar de que “la alianza del PRD con el PAN es una vergüenza”? · Obsesivo y compulsivo con sus fobias e inclinaciones como político, no sólo ha generado una enorme decepción sino una verdadera pena entre quienes alguna vez confiaron en su cada vez más descarada mitomanía política entre cuyas víctimas se cuenta el propio exgobernador Leonel Cota Montaño
Cuando uno lee las expresiones
que se refieren a la vergüenza o a la moralidad emitidas por sujetos como el
desalmado Alfredo Porras, hoy candidato a diputado federal por el Partido del
Trabajo, francamente no sabes si soltar una sonora carcajada o una verdadera
lamentación por apreciar el nivel de cinismo y el descaro de sujetos de esta
naturaleza que por su entregada pasión al exgobernador Narciso Agúndez, son
literalmente capaces de todo.
Ex colaborador de Narciso
Agúndez durante su gobierno estatal emanado del PRD-PT (2005-2011) en donde
fungió como secretario general y excompañero también de celda en el Cereso de
esta capital Alfredo Porras Domínguez es evidentemente el menos indicado para
calificar de “vergüenza” cualquier acción política de sus opositores.
¿Con qué cara, Alfredo Porras
se atreve a calificar de que “la alianza del PRD con el PAN es una vergüenza”?
Bastaría preguntarle a varios
de sus ex cercanos colaboradores para dejar en claro el pésimo nivel de calidad
moral que Porras Domínguez tiene a estas alturas de su vida política para
levantarse como ícono de moralidad.
Por el contrario, es
justamente Alfredo Porras que como perrita fiel a Narciso Agúndez Montaño quien
ha hecho del PT un verdadero negocio mismo al que traen sumado a esta gavilla a
Ernesto Ibarra y le guiñan el ojo a Víctor Castro Cosío, hoy cuestionado
candidato de Morena al Senado a quien también pretenden utilizar para sumar a
sus esfuerzos la franquicia de morenista.
¿Quién puede calificar de
actos vergonzosos de sus adversarios políticos cuando se ha sentado con el PRI
con el Partido Verde y con quien su desesperación les aconseje para tratar de
impulsar a Ernesto Ibarra y canalizar su frustrada venganza en el municipio de
Los Cabos?.
Solo los cínicos como Alfredo
Porras caminan tan tranquilos por el malecón de nuestra capital y en franca
actitud de burla y de reto a la comunidad se ostenta como paladines de pureza y
limpieza política.
¡Nada más lejos de la verdad!
Alfredo Porras para quienes lo
han conocido de cerca y de lejos en el ámbito político es simple y
sencillamente una especie parecida a las perras bravas que suelen morder la
mano o lo que sea necesario de sus amos en turno con tal de salirse con la
suya.
Obsesivo y compulsivo con sus
fobias e inclinaciones como político, no sólo ha generado una enorme decepción
sino una verdadera pena entre quienes alguna vez confiaron en su cada vez más
descarada mitomanía política entre cuyas víctimas se cuenta el propio
exgobernador Leonel Cota Montaño.
Qué decir del ahora candidato
a diputado federal del PT cómplice de un Narciso Agúndez desgastado y
desesperado por usar el dinero que sea necesario (procedente quién sabe de
dónde) para sacarse la espina de ser hoy por hoy, un político perdedor que no acepta
que su mejor momento cada día que pasa queda más lejano.
Político petista en
decadencia, ahora candidato a diputado federal, es de eso que por menos de lo
que usted se imagina no le sorprenderá cuando más temprano que tarde, se tenga
que atragantar sus propias expresiones. Lo que no sería la primera vez… ni la
última.
Porras Domínguez, quien alguna
vez soñó con ser gobernador de este estado, es de esos actores políticos
arquetipo del representante social que tiene harta a la población.
Con posturas políticas
desvergonzadas e insolentes el hoy abanderado del PT, Porras Domínguez no
resiste ni el mínimo reclamo de quienes alguna vez lo defendieron y hoy son los
más decepcionados.
Ni más que agregar, Porras
Domínguez está condenado al fracaso político y al rechazo unánime de propios y
de extraños.
Ya lo veremos.
¿No le parece así amable
lector?