El fiscal general de EU dijo que frenar la inmigración ilegal y el tráfico de drogas es necesario para construir un sistema migratorio funcional
LAS CRUCES, Nuevo México
Ante el aumento significativo de cruces ilegales en la frontera con México, el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, valoró positivamente la decisión del presidente Donald Trump de enviar a la Guardia Nacional para reforzar la seguridad y paliar lo que calificó como una crisis en la zona.
El fiscal general participó este miércoles en el encuentro anual de la Coalición de Sheriffs del Área fronteriza Suroeste, celebrado en la ciudad de Las Cruces, Nuevo México, cerca de la frontera con Texas y con México.
Una frontera de 3 mil 220 kilómetros convierte al país vulnerable a organizaciones criminales como carteles de drogas, pandillas callejeras y otros criminales que traen drogas, armas de fuego y violencia de pandillas a nuestras comunidades", manifestó.
Destacó las historias de traficantes detenidos con opioides y cocaína en la frontera con México, y los vacíos legales que han alentado a más inmigrantes a iniciar la travesía.
Esto es inaceptable. No puede continuar", afirmó.
Nadie puede defender la manera en que el sistema opera hoy en día".
Asimismo, alabó la decisión del magnate de militarizar la zona fronteriza para, entre otras razones, frenar la oleada de droga que sufre la nación, alegando que estas sustancias vienen en su totalidad del otro lado de la frontera.
El responsable de Justicia tampoco perdió la ocasión de expresar una vez más la necesidad de construir un muro de concreto entre Estados Unidos y México, y lamentó que esta medida no avance en el Congreso generando un clima de incertidumbre e indecisión.
Sessions es el primer procurador general de Estados Unidos que participa en un evento de la coalición de sheriffs fronterizos en sus aproximadamente 13 años de historia.
En su discurso, ante 31 alguaciles de los estados de California, Arizona, Nuevo México y Texas, insistió en que la falta de un muro motiva a los inmigrantes indocumentados a entrar al país aprovechándose de las lagunas judiciales generadas por la anterior administración.
Al hablar de una crisis en la frontera, Sessions emitió una orden que instruye a los fiscales federales a poner más énfasis en aplicarle cargos a las personas que ingresan ilegalmente al país.
Arremetió nuevamente contra las ciudades santuario, al comentarles a los jefes de policía que es ilógico e insensato que una persona pueda ingresar ilegalmente al país un lunes y llegar el miércoles a San Francisco sin ser deportado.
Indicó que se ha permitido que la crisis se agrave durante décadas mientras los políticos prometían, pero no actuaban para arreglar el sistema.
Según datos oficiales, en marzo se produjo un aumento del 37% en los cruces fronterizos ilegales con más 50 mil personas, el triple que en el mismo período el año pasado. Sin embargo, la cifra sigue siendo más baja que los aumentos en los últimos años del gobierno de Barack Obama y en décadas anteriores.
Por su parte, a las puertas de la reunión, diversas organizaciones defensoras de los derechos de los hispanos se manifestaron, con cánticos en español, por la presencia de Sessions en la ciudad.
Ya en una visita similar en 2017, el fiscal definió a la región fronteriza, tal y como ocurrió en la jornada de hoy, como el "punto cero" en la lucha contra los cárteles y los traficantes de personas.
Los cuatro estados fronterizos con México anunciaron hasta ahora el despliegue de unos 2 mil militares de la Guardia Nacional en cumplimiento de la orden del presidente de combatir la inmigración irregular en la región.
Por el momento, Texas cuenta con unos 300 soldados en el terreno, aunque ya dijo que alcanzará los mil efectivos; Arizona anunció que su dotación estará compuesta por 338 militares y Nuevo México se comprometió a desplegar 80 guardias como primer envío de un contingente que alcanzará los 250 militares.
Y California, que mantiene un agrio litigio migratorio con el gobierno, anunció que enviará 400 soldados de la Guardia Nacional a la frontera con México, pero aclaró que no desempeñarán labores relacionadas de alguna manera con la inmigración irregular.
El viaje de Sessions coincidió también con el comienzo de las obras para reemplazar una valla de 32 kilómetros cerca del cruce fronterizo de Santa Teresa, en el estado de Nuevo México y en el límite con México.