San Miguel de Comondu, Baja California Sur.-Cuando Fernando Jordan llego aquí en 1948, en  su jeep como parte del recorrido por el Otro Mexico como él llamaba al Territorio Sur, no solo quedó extasiado por la belleza de estos Oasis, sino también de la gente. La vasta cultura de los hombres y mujeres, le sorprendió y lo plasmó en su obra literaria.

Jordan,  al gozar del embrujo del agua, de los frutos- dátiles, uvas, vinos- herencia de los Jesuitas, comparó a Los Comondu, con el paraíso. Escribió “James Hilton, en su novela Horizontes Perdidos, recreó el mito y lo llamó Shangri-La. Estos lugares son el paraíso.”

A más de medio siglo aquí, en estos lugares, el tiempo se detiene. Y a la vez la paradoja del destino se revelan a la modernidad, pero creando un mundo diferente. Este se basa en el escuchar el llamado de la Sierra para trascender.

Aquí se da forma a un silente movimiento impulsada por una mujer emprendedora: Jackeline Verdugo Meza, es una mujer sudcaliforniana  trascendente. Autentica, heredera de la tradición familiar que proviene de los auténticos fundadores de San Miguel de Comondu. Fue procreada en este bello oasis perfumado con el agradable olor de las frutas y el sonido emitido por el agua que golpea contra las piedras y la música producida por el viento que mece las palmas datileras.

Maestra de profesión y a la par promotora

Infatigable del desarrollo de las comunidades serranas y misionales. La maestra Verdugo llega a la región de los Comondús e inicia una tarea de rescate de las tradiciones, de la cultura, la historia y el aprovechamiento de los recursos con n los que cuentan estos pueblos como lo son frutales y otros más como artesanías. La maestra Verdugo es una mujer emprendedora y hace más de cuatro alos levanto con todo el apoyo de su familia dos obras trascendentes.

La primera un museo de sitio, extraordinario que es el primero que nace en el estado de este tipo. En este se encuentran los vestigios de nuestros antepasados. En este museo destaca el vestido que identifica a la mujer sudcaliforniana - traje de pitaya- y otros objetos que muestran las diferentes etapas de nuestra historia. Un capítulo especial guarda este museo son periódicos únicos entre ellos el número uno del  editado por el héroe sudcaliforniano Pablo L. Martínez. 

Y el segundo un ejemplar del diario editado por don Rogelio Olachea Arriola que tenía la particularidad de que era hecho a mano. Se encuentran en este lugar muestras de un pasado que no debemos olvidar.La segunda es un hotel llamada Don Mario en honor de su padre. Un lugar donde se atiende con cariño y esmero a todos los que buscan estas riquezas en esos Oasis. No puedo dejar de mencionar el rescate de las tradiciones como la elaboración de la panocha de gajo en la molienda de la caña de azúcar de donde se saborea el guarapo. Estos son a grandes rasgos de la obra tangible de una gran Mujer sudcaliforniano. Lo comento porque hacen muchas faltas mujeres como la maestra Verdugo que ayuden a detonar pueblos que al igual que los Comondús están a la espera de su oportunidad de trascender.

Esta obra que se siente ya en estas regiones serranas faldas de la majestuosa la Giganta, debe ser el principio de un alcance estatal donde se incompetente todas estas comunidades que se distinguen igual por un rico pasado por tesoros naturales que deben ser aprovechados para mejorar las condiciones económicas de los lugareños.

Se requiere solo voluntad de todos los que caen en el embrujo de estos Shangri Las. Y entre ellos estamos los moradores, las autoridades de todos los niveles.  Unidos si es posible el despertar de estos paraísos que conquistaron a Fernando Jordan.