• Dos volúmenes reúnen algunos relatos en honor a estos dos grandes acompañantes de la humanidad
CIUDAD DE MÉXICO.-La
literatura está repleta de perros y gatos. Personajes entrañables hechos de
papel y tinta que habitan el continente de la imaginación y que sirvieron como
pretexto para llevar a cabo la compilación de los libros Dejar huella. Perros
de papel, de la memoria, de la imaginación y Una sombra en el andén. Relatos fantásticos
de gatos y trenes, bajo el sello editorial Cal y Arena.
Uno de los perros más
conocidos es Argos, el amigo de Ulises, quien protagoniza en La Odisea
—compuesta hacia el siglo VIII a.C.— una de las escenas más antiguas y
paradigmáticas, que describe la fidelidad extrema entre del perro hacia el
hombre.
La escena coloca al viejo Argos sobre un
montón de estiércol, casi ciego y habitado por las pulgas, quien descubre a su
viejo amigo tras una ausencia de 20 años, para sólo levantar las orejas y mover
la cola, mientras Ulises derrama una lágrima para luego verlo morir a sus pies.
También está el gran Colmillo
Blanco de Jack London, el perro lobo salvaje que, tras superar una etapa como
perro de pelea, y casi morir, es finalmente domesticado; o el temible sabueso
de los Baskerville, de Arthur Conan Doyle, aquella bestia negra de mandíbula
prolongada y dientes muy afilados.
O la historia de Canis Novus,
de Naief Yehya, que cuenta cómo fue transmutado el perro en cyborg, y en ese
proceso la mascota se convierte en un iCan al que se le instala un software con
la identidad del perro que fue.
Los gatos no podían quedar
atrás. Ahí está La Squaw, el relato donde Bram Stoker cuenta la historia de una
gata que vive en la calle y contempla la muerte de su cachorro en manos de
Elias P. Hutcheson, un hombre que accidentalmente lanza una roca y aplasta la
cabeza del minino, desatando la rabia y la venganza de la madre, un animal
oscuro y de ojos esmeralda que llevará a Hutcheson a un desenlace inesperado.
Además, está el célebre relato
de El gato negro, escrito por el famoso Edgar Allan Poe, que ha sido señalado
como uno de los cuentos más siniestros del autor estadunidense; o incluso El
gato de Brasil, Arthur Conan Doyle, dentro de la saga protagonizada por Sherlock
Holmes, el más famoso de los detectives de ficción