México ocupa el octavo lugar del mundo en ese delito, según datos oficiales
CIUDAD DE MÉXICO.
El robo de identidad se ha convertido en un grave problema para las instituciones y la población del mundo, y México no es la excepción.
Datos del Banco de México revelan que el país ocupa el octavo lugar global en este delito, el cual ocurre porque las personas pierden
sus documentos, les roban carteras y portafolios o bien porque toman su información directamente de una tarjeta bancaria.
Para Pedro Lara, miembro del equipo de Marketing de Negocios e Innovación en Latinoamérica de Gemalto, una forma para luchar contra este delito se encuentra en el uso de la biometría y, por fortuna, las autoridades mexicanas están siguiendo este camino.
Al platicar con Excélsior, recordó que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores impulsó a los bancos, a través de una regulación emitida en agosto pasado, a incorporar tecnología biométrica y validar esa información con los registros del Instituto Nacional Electoral (INE).
Esto significa que cuando un cliente llegue al banco para abrir una cuenta, la institución tendría que tomar su huella dactilar y corroborar con el instituto si realmente pertenece a la persona que dice ser.
Después de todo, hemos visto que el robo de identidad ha ido al alza justamente porque se confía en los documentos que se presentan, por ejemplo al pedir un crédito, los cuales pueden ser falsificados. En cambio, un parámetro biométrico como es la huella dactilar muy difícilmente puede alterarse.
DESCONFIANZA
Lara sabe que algunos ciudadanos pueden temer que su información biométrica también sea robada o hackeada, por lo que les recuerda que ya existen muchos métodos para evitar dicha situación y su beneficio es enorme.
Los ciudadanos en algún momento tendremos que evaluar si preferimos que alguien valide nuestra identidad a nivel de huellas dactilares o que exista la posibilidad del robo de la credencial del INE y se sufra una suplantación de identidad”, advirtió el especialista.
El INE ya ha dado varios pasos para tener listo el motor biométrico que permita a las instituciones financieras hacer la validación de sus clientes, reveló.
La base de este proyecto es que el instituto ya lleva varios años recabando las huellas dactilares de cada ciudadano al que le entrega una credencial, por lo tanto ya existe una base de datos en la que se está apalancando esta regulación”, explicó.
El siguiente paso será que las instituciones financieras cuenten con la infraestructura necesaria para “comunicarse” con las autoridades y hacer, de forma segura, la verificación de las huellas dactilares, para lo que cuentan con 12 meses desde que se emitió la regulación.
Además deberán comenzar a formar su propia base de datos de usuarios, luego de que el INE haya verificado su identidad.
Gemalto está trabajando con las instituciones financieras para ayudarlas a instalar la infraestructura y tecnología necesaria para todo este proyecto que es “bastante ambicioso y de vital importancia en materia de seguridad”.
OTRAS OPCIONES
Además de la huella dactilar y el reconocimiento facial, Lara consideró que también existe una oportunidad en el iris y la voz para autentificar o verificar la identidad de las personas. Esto gracias a que ya hay smartphones en el mercado cuya cámara puede reconocer el iris, a lo que se añade un mayor avance en los algoritmos para el reconocimiento de voz.
Sin olvidar otras opciones que también se están abriendo camino, como los biométricos de comportamiento, es decir, cómo una persona escribe en su teclado, camina o se mueve, para verificar su identidad.