El gobierno despliega a las fuerzas de seguridad para restablecer el orden luego de violentos enfrentamientos entre musulmanes y cingaleses budistas en el centro del país
COLOMBO.
El Gobierno de Sri Lanka declaró hoy el estado de emergencia después de que en los últimos dos días se produjeran varios enfrentamientosentre musulmanes y cingaleses budistas en el centro del país en los que hubo dos muertos, decenas de detenidos y una veintena de negocios quemados.
El presidente ha promulgado el estado de emergencia hace un momento para reconducir la situación de seguridad insatisfactoria en el país", indicó la oficina de información del mandatario, Maithripala Sirisena, en la red social Twitter.
La Policía y las Fuerzas Armadas han recibido poderes para tratar "con elementos criminales en la sociedad y restablecer urgentemente la normalidad", añadió el texto.
La declaración de la oficina de Sirisena se produjo después de que el primer ministro de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, informara en el Parlamento de que el Gobierno estaba valorando aplicar la medida de excepción.
Me gustaría informar que el Gabinete de Ministros decidió imponer el estado de emergencia durante siete días, en caso de ser necesario, junto con otras normas y regulaciones pertinentes durante un corto tiempo", dijo el primer ministro.
El Ejecutivo se reunió hoy en un encuentro aparte de la habitual sesión del gabinete ante el aumento de la violencia comunal entre musulmanes y cingaleses, mayoritariamente de religión budista, en el centro del país.
Esta mañana apareció en Teldeniya, en la provincia de Kandy, el cuerpo sin vida de un musulmán de 28 años quemado dentro de su casa, donde quedó atrapado tras lograr sacar a sus padres por un fuego supuestamente provocado por radicales budistas.
La casa, que también era negocio, fue uno de los alrededor de 20 comercios que fueron incendiados junto a una mezquita por radicales.
Las autoridades de Sri Lanka impusieron ayer el toque de queda y arrestaron a más de veinte personas en Kandy por disturbios violentos tras la muerte de un budista en enfrentamientos con musulmanes.
El cingalés murió también en Teldeniya en una pelea con cuatro musulmanes y tras ser enterrado ayer se desencadenó una ola de disturbios en esa zona.
La violencia incendió en 2014 las calles de dos ciudades del sur de la isla con el resultado de cuatro muertos y 16 heridos en enfrentamientos de budistas con musulmanes, a los que se añadieron la quema de numerosos negocios y propiedades de personas de esa última comunidad.
El grupo ultranacionalista Bodu Bala Sena (BBS), liderado por el monje Galagoda Atthe Gnanasara, fue señalado entonces como culpable de instigar la violencia contra los musulmanes.
El año pasado, extremistas budistas se manifestaron de forma violenta frente a un hogar de acogida de 31 refugiados rohinyás dirigida por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), a los que la Policía tuvo que evacuar.