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Hoy es lunes, 25 de noviembre de 2024

G. K. Chesterton; el temperamento de un polemista

• Reúnen en español nueve ensayos de uno de los autores ingleses más incómodos en la primera mitad del siglo XX

G. K. Chesterton; el temperamento de un polemista

CIUDAD DE MÉXICO.- Recuperan nueve ensayos que revelan al escritor más inconforme de las letras inglesas, al autor incómodo y místico de principios del siglo XX, que hizo de su prosa una herramienta para combatir las ideas anquilosadas y ampliamente difundidas como verdad en su tiempo. Su nombre es Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) quien redimensionó la imaginación y el pensamiento de creadores como William Blake, Lord Byron, Lev Tolstói, Charlotte Brontë, William Morris y Robert Louis Stevenson, compilados en Temperamentos, bajo el sello de la editorial Jus.

 

En entrevista con Excélsior, el editor y traductor Juan Antonio Montiel reconoció que si bien G. K. Chesterton es un autor poco conocido en nuestros días, a principios del siglo XX gozó de mucha fama e influencia entre las letras inglesas y en este momento sus textos gozan de una actualidad que rompe las barreras del tiempo con un extraordinario toque de humor.

 

Y aseguró que la mayor herencia de este autor británico se divide en dos grandes partes: el de autor de los cuentos que protagoniza el Padre J. Brown, uno de los grandes detectives de la literatura universal, y su faceta como ensayista, celebrada por el escritor argentino Jorge Luis Borges.

 

Digamos que en Temperamentos aparece el Chesterton que tanto admiró Borges, un gran pensador que no sólo reivindicó a Blake y a Byron, sino que se esforzó por incomodar a los lectores de su época para combatir las ideas anquilosadas que no le agradaban.”

 

Pero más allá de que este autor siempre quiso incomodar a sus lectores, “la cuestión es que, tras esa incomodidad, les entregaba un pensamiento de un gran compromiso con la verdad, porque el tipo verdaderamente hizo un gran esfuerzo por repensar y redimensionar los autores antes mencionados, con un extraordinario sentido del humor”.

 

Sin embargo, Chesterton no escribió sus ensayos para encumbrar a sus escritores y poetas desde un conocimiento críptico o académico, sino todo lo contrario.

 

Al hablar sobre esos autores, no lo hizo como si fuera una clase de historia de la literatura, así que no podemos colocar sus ensayos en la lista de las cosas que sabemos para mostrarnos cultos. No va por ahí”.

 

Más bien, el interés de Chesterton en torno a estos personajes buscaba encontrar las posibilidades de lo humano y de lo que interesaba al autor británico a partir del complejo engranaje de la imaginación.

 

Porque Chesterton creía en la imaginación como ese lugar donde coincidía lo corporal con lo espiritual y, para él, “la mayor aportación de un hombre o una mujer siempre vendrá de su imaginación”, añadió.

 

Debo decir que la figura de Chesterton es muy peculiar. Porque depende con quién hables es probable que guarde una imagen muy distinta. Algunos son fan de su personaje policiaco, el Padre Brown; otros lo asocian, casi de inmediato, a un autor católico, porque él se convirtió al catolicismo en medio de un país con mayoría anglicana, y esa conversión provocó un movimiento curioso que propició muchas polémicas; y está el Chesterton del que se ocupó Borges”, indicó el traductor.

 

EL INCONFORMISTA

 

De acuerdo con Juan Antonio Montiel, el autor británico sólo escribía sobre los grandes autores, como lo demuestra Temperamentos, volumen que nació a partir de una serie de reseñas que el autor escribió para distintos periódicos.

 

Así que esta selección también habla sobre cómo trabajaba Chesterton, pues hasta donde se sabe, no se medía con autores menores, sino con los grandes autores de la literatura, a partir de los temas que conformaban sus obsesiones.

 

¿Cómo definirías a Chesterton a partir de estos textos? “Digamos que es el maestro del pensamiento, un inconformista y un personaje bastante incómodo que se opuso a todos los tópicos sobre la literatura y los personajes que previamente habían sido impuestos”.

 

¿Cómo describiría su estilo? “El estilo de Chesterton no sólo fue propio de él, sino que formó parte de la escuela del ensayismo inglés que tenía como característica el enfrentarse a los tópicos, es decir, a cualquier idea tópica, de cualquier perspectiva política o idea anquilosada o ampliamente difundida y tomada como cierta, sin que se cuestionase si era verdad o no”.

 

Así que este autor siempre hizo un esfuerzo de pensamiento para oponerse a lo que todo el mundo creía, como cuando se decía que William Blake estaba loco; entonces decidió escribir un texto para probar lo contrario”.

 

¿Qué representa Chesterton en este tiempo? “Es un autor que nos recuerda, en pleno siglo XXI, que no existen verdades sobreentendidas, tal como también lo ha expuesto Thomas de Quincey. Son autores que han enfrentado las creencias más difundidas y cómodas de una sociedad conformista”.

 

Y elegí a Chesterton porque me parece que estamos en una época en la que esa clase de pensamiento vuelve a ser muy imponente, en un tiempo en el que estamos dispuestos a aceptar verdades que parecen evidentes, pero sobre las que nadie quiere cuestionar, indagar o revisar a fondo”, añadió.

 

Finalmente, Juan Antonio Montiel habló sobre la colección Pensamientos de la editorial Jus, donde se ubica Temperamentos.

 

Digamos que con esta colección me interesa quitar el estigma de que es difícil leer ensayos o textos que parecieran difíciles, porque están muy alejados en el tiempo… pero lo cierto es que no lo son, como lo muestra Chesterton, quien es un autor tan actual como vigente”.

 

Y aunque Chesterton haya muerto hace más de 80 años te aseguro que tiene muchas cosas que decirnos, y no sólo porque Borges afirmaba que es un autor importante, sino porque puede leerse como si estuviera vivo y tuviera mucho que decirnos”.