Zelda Perkins renunció a la empresa de productor, Miramax, en 1998 junto con una colega que acusó al productor de tratar de violarla
LONDRES.
La ex asistente británica de Harvey Weinstein dijo el miércoles que la orden mordaza que tuvo que firmar cuando dejó la empresa del productor “era inmoral en todos los sentidos”, y no impidió que el empresario acosara y abusara de mujeres.
Zelda Perkins renunció a la empresa de Weinstein, Miramax, en 1998 junto con una colega que acusó al productor de tratar de violarla. Cada una recibió 125 mil libras esterlinas (177 mil dólares) como parte del acuerdo legal que firmaron el cual incluía cláusulas de confidencialidad.
Perkins dijo a una comisión de legisladores británicos que se sintió “defraudada” por el acuerdo que también contemplaba cláusulas creadas con la intención de impedir que Weinstein acosara o abusara sexualmente de su personal.
Con el acuerdo Weinstein se comprometía a asistir a terapia y requería que su empresa actuara si pagaba a otras personas por supuestos delitos. Perkins dijo que no tenía evidencias de que esas acciones se llevasen a cabo.
Múltiples mujeres han acusado a Weinstein por supuestos incidentes de acoso y abuso sexual cometidos a lo largo de muchos años. Él niega todas las acusaciones por sexo no consensual.
Creí que habíamos hecho lo mejor que podíamos en términos de detener su comportamiento”, dijo Perkins a la Comisión de Igualdad y Mujeres del Parlamento Británico. “Esencialmente fuimos defraudadas”.
La comisión investiga el acoso sexual y el uso de acuerdos de confidencialidad.
Estos acuerdos son comunes en el mundo corporativo, pero Perkins dijo que su experiencia muestra que podían ser usados para permitir que los perpetradores se salieran con la suya al cometer delitos mientras que silencia a las víctimas.
El problema es que se usan de manera abusiva ... y no existe una regulación suficiente y no existe un marco para proteger a las víctimas de la situación”, dijo.
El acuerdo que firmó Perkins la mantuvo en silencio sobre Weinstein por casi 20 años. Él siguió siendo uno de los más poderosos productores de Hollywood hasta finales del año pasado, cuando mujeres — incluyendo estrellas de la meca del cine — lo acusaron públicamente de toquetearlas, exhibirse e incluso obligarlas a tener sexo.
Desde entonces Weinstein ha sido despedido de la empresa que cofundó y expulsado de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas. La policía en Estados Unidos y Gran Bretaña investiga múltiples acusaciones de acoso y abuso sexual.
Perkins era una veinteañera y no conocía mucho de Weinstein cuando comenzó a trabajar para Miramax en Londres. Dijo que como jefe era complicado.
Todos sabían que era ojo alegre y que se aventaba con las mujeres”, dijo. También tenía un carácter aterrador y no respetaba los límites normales de las oficinas, a veces caminaba desnudo o en ropa interior, dijo.
Tenía 22 años y decía ‘OK así debe ser en las grandes ligas’”, dijo Perkins. “Este tipo es realmente importante así que no tiene tiempo de ponerse los pantalones”.
Perkins dijo que no estaba al tanto de las acusaciones por abuso sexual hasta que una colega más joven llegó asustada con ella durante el Festival de Cine de Venecia en 1998 y dijo que Weinstein había tratado de violarla. Ambas regresaron a Inglaterra y fueron con unos abogados “suponiendo que lo iban a enjuiciar en la corte”.
Cuando les dijeron que no podrían presentar los cargos en Inglaterra porque el supuesto crimen ocurrió en Italia ambas negociaron un acuerdo por el que cada una recibió 125.000 libras esterlinas (177 mil dólares ahora).
Aunque Perkins logró que el acuerdo impusiera condiciones para Weinstein, dijo que el proceso de negociación “fue humillante y degradante. Me hacían sentir que estaba mal por tratar de exponer su comportamiento”.
Le dijeron que sería responsable si su familia o amigos revelaban detalles sobre el comportamiento de Weinstein. Tampoco podía ver a un terapeuta a menos de que el terapeuta firmara también un acuerdo de confidencialidad. A Perkins ni siquiera le dieron una copia del acuerdo que firmó.
Perkins dijo que la experiencia la dejó “atrapada en un torbellino de miedo”.
Creo que apenas ahora estoy empezando a darme cuenta de lo que me robó”, dijo Perkins sobre su experiencia con Weinstein y los abogados del productor. “Me robó mi fe y la confianza en mí misma y en la sociedad”.
Perkins dijo que los movimientos Me Too y Time's Up contra el acoso y la inequidad de género, que han surgido tras las revelaciones sobre Weinstein, la han hecho sentir “enormemente liberada” y le han devuelto la esperanza en la sociedad.
“El hecho de que Harvey fuera el comienzo de esta bola de nieve es para mí algo completamente emocionante”.