• Los galardones reconocen la labor de difusión del patrimonio de los dos homenajeados
Ciudad de México.- Todavía
quedaba un evento más para los coleccionistas que la pasada semana visitaron
Madrid con motivo de Arco y las ferias y exposiciones que a su abrigo
transcurren en la ciudad. Ayer se entregaron los Premios Iberoamericanos de
Mecenazgo que recayeron en Carmen Thyssen y en Carlos Slim por “su reconocida
labor en la conservación, promoción y difusión del patrimonio y el talento
artístico en Iberoamérica”.
Estos galardones, impulsados
por la Fundación Callia y su presidenta —Carmen Reviriego—, son una incubadora
de grandes mecenas en la que los premiados inspiran a los presentes en la
ceremonia, una cena de unas 200 personas en el hotel Ritz de Madrid, entre los
que se encontraban grandes empresarios que aún no son coleccionistas, “pero
pueden llegar a serlo”, aseguró Reviriego en una charla con este periódico; grandes
coleccionistas, “que todavía no son mecenas pero que lo serán, es fácil cuando
encuentren la suerte de dar”, incide la presidenta haciendo alusión al título
de su primer libro de charlas con filántropos; o mecenas que ya lo son.
Reviriego habla sin complejos
del papel que juega el dinero en el coleccionismo, dice que hay un falso pudor
si no se quiere mencionar y que esto es más frecuente en España que en América,
“los americanos son más pragmáticos”, apostilla. “Toda esta gente puede hacer
la diferencia: tienen el sentido más profundo y bello del arte pero también
tienen esa necesaria parte empresarial”.
La presidenta de la fundación
mezcla constantemente los conceptos de tiburón de las finanzas y de
sensibilidad y emoción y los hace compatibles, “son lo profano y lo sagrado”,
explica. “Claro que la ley de mecenazgo es necesaria, el tema fiscal es
importante, pero no es la primera motivación para practicar la filantropía”.
Reviriego tiene una manera muy gráfica de definir lo que es el arte: “Es una visita
inesperada, una que se queda en el quicio de la puerta esperando que la invites
a entrar o no. Tienes que estar predispuesto para dejarla entrar, para sentir
esa emoción que te va a provocar”.
Los reconocidos
Carmen Thyssen —que sigue en
negociaciones con el Ministerio de Cultura sobre la cesión de su colección en
el Museo Thyssen de Madrid—, en la misma línea que Reviriego, ha declarado que
lleva 40 años siendo mecenas, dando a conocer su colección, esto casa con la
idea de transcendencia. “Como coleccionista privada, siempre me ha gustado
compartir el arte con el público porque como siempre digo: los pintores, para
mí, no pintan para uno solo”.
Slim ha recibido este
reconocimiento por su compromiso social con el arte, ya que a través de la
Fundación Carlos Slim acerca la cultura a la sociedad. Un ejemplo es el Museo
Soumaya, “con el que queremos hacer llegar el arte europeo a muchos mexicanos
que no lo conocen porque no pueden viajar y porque no abunda en otros museos
del país”, sostiene el empresario. A los dos galardonados de esta cuarta
edición les han precedido Carlos Fitz-James Stuart, duque de Alba; Patricia
Phelps de Cisneros; Elena Ochoa; Bárbara Garza; Mayte Spínola Barreiros y
Solita Cohen.