CIUDAD DE MÉXICO.

Hace 25 años el mundo cono­ció por primera vez a la banda británica Radiohead, su carta de presentación era su prime­ra placa producida en Oxford, Inglaterra, y la probadita de los 12 temas que incluyó Pablo Honey fue Creep, que colocó a los ingleses bajo los reflec­tores hace un cuarto de siglo.

De este álbum temas como Anyone Can Play Guitar, Blow Away y Stop Whispering, ade­más de Creep, se convirtieron en composiciones icónicas de la historia de la música, parti­cularmente del rock británi­co, con las cuales Thom Yorke, Jonny Greenwood, Colin Gre­enwood, Ed O’Brien y Philip Selway se fueron abriendo un espacio en la industria musi­cal de los años 90.

El debut del disco hizo que la prestigiada revista británica New Musical Expresscomen­tara que la banda “era una de las esperanzas más brillantes del rock” y con esto las com­paraciones entre los sonidos de los ingleses de Radiohead fueran comparados con aquellos que los estaduni­denses de Nirvana ya habían establecido como el género dominante de la década: el grunge.

Pablo Honey no obtendría el aplauso generalizado de las versiones posteriores de Ra­diohead, como OK Computer y The Bends, los dos siguien­tes discos, pero recibió una reacción crítica en general fa­vorable. El álbum fue produci­do por Paul Q. Kolderie y Sean Slade, quienes descubrieron el potencial de la banda.

“Sean y yo hemos hecho muchos discos en Estados Unidos que fueron muy gran­des en Inglaterra como Dino­saur Jr. y Buffalo Tom, así que pensamos en ir a Inglaterra a hacer trabajo por allá. Nues­tro mánager nos puso en con­tacto con Nick Gatfield, de EMI, quien en ese tiempo nos dijo que tenían una banda lla­mada Radiohead y estamos intentando tener sonidos más grandes de guitarra con ellos, que si nos gustaría intentarlo. Nos tocaron un par de demos, pero pudimos escuchar que la voz de Tom era increíble, así que decidimos hacerlo.

“Así que conocimos a Ra­diohead y la primera cosa que recuerdo de ellos es que eran increíblemente jóvenes, bási­camente acababan de salir de la escuela, pero habían sido amigos desde que estaban en la primaria. Me llamaba la atención su unidad, parecía que estaban juntos por las ra­zones correctas: eran amigos, se querían y querían hacer música juntos y eso se podía escuchar y percibir hasta en sus primeros demos”, seña­ló Kolderie en una entrevista para MTV en 2013.

Entre los diversos recono­cimientos que ha recibido Pa­blo Honey está la decisión de la revista Q por colocarlos en el número 61 de su conteo de los mejores discos de 1998, el 100 de una lista parecida de Virgin, el puesto 26 de la lis­ta de los mejores debuts de la historia, hecho por Amazon. com y, de acuerdo con la re­vista Metal Hammer, es uno de los mejores 20 álbumes de 1993.