· Se desfonda el PRI en Los Cabos con la renuncia de su precandidata la alcaldía. La dirigencia estatal de Gabriela Cisneros paga ya su incapacidad e inexperiencia · El desmoronamiento del tricolor cabeño allana el camino de alcalde Arturo de la Rosa a la reelección · Priistas confrontados, desunidos y desanimados por ambiente de derrota que ya se percibe al interior de su partido
Luego de conocerse la renuncia a la
precandidatura del PRI a la alcaldía de Los Cabos de Ana María Avilés García,
una perfecta desconocida en el ámbito de la política, uno no sabe si reírse o
lamentarse por las expresiones de la dirigencia de este partido que con la cara
larga y el rostro desencajado se atreven a decir que este partido “está
fortalecido”.
Nada más lejos de la verdad.
Lo cierto es que el PRI atraviesa
por una más de sus difíciles etapas en donde aún no ha podido conformar un
cuadro de precandidatos que tengan posibilidades reales de obtener la victoria
en las próximas elecciones.
Encima de ello, la precandidata
priista a la alcaldía de Los Cabos, que entró como cuña y que finalmente provocó
que Ernesto Ibarra buscara la candidatura a la alcaldía cabeña por el Partido
Verde separado del tricolor, se ha esfumado con la consecuente afectación política
y ahora se tendrá que buscar a otra mujer para que asuma el reto de enfrentar
la propuesta del PAN encabezada por el alcalde Arturo De la Rosa que fortalece
con este descuadre priista, aún más la posibilidad de reelegirse en el cargo.
Obviamente el tricolor tendrá
que reponer esta renuncia con otra mujer, justamente porque los partidos por
acuerdo con la autoridad electoral, llevarán a las precandidaturas a las
alcaldías a tres propuestas femeninas y dos masculinas.
Así que la renuncia de Ana
María Avilés García, cuyo nombre fue ubicado finalmente por propios y extraños,
paradójicamente el día de su renuncia (antes muy pocos conocían el nombre de la
ahora ex precandidata), pinta claramente la grave crisis que se registra a
interior del tricolor sudcaliforniano.
Los priistas de la media
península ahora tendrán que digerir, seguramente a duras penas, no sólo el
hecho de que su candidato presidencial, José Antonio Meade Kuribreña, se encuentra
en un tercer lugar en las preferencias, según la encuesta publicada este jueves
por el periódico Reforma, sino además las consecuencias de colocar en la
dirigencia estatal a una Gabriela Cisneros de muy bajo perfil político y con una
incapacidad política evidente y nula experiencia en procesos electorales como
el que ahora se está viviendo.
No se requiere ser experto en
lenguaje corporal para observar a los dirigentes del tricolor y a la mayoría de
sus candidatos para advertir que ya desde ahora saben que no podrán obtener la
victoria electoral. Simplemente no hay condiciones para ello.
Hemos dicho que las mejores
propuestas de este partido están personalizadas en la figura de Juan Alberto Valdivia
Alvarado que será una competencia respetable por la Senaduría y un José Hevia
en laucha por la alcaldía de La Paz, que en pocas semanas tratará de hacer lo
casi imposible en el tricolor, para construir una propuesta competitiva que ya
desde ahora está muy abajo en las preferencias ciudadanas frente a la propuesta
de Acción Nacional, Marco Antonio Almendáriz Puppo.
Está claro que el escenario
actual y en lo que resta de actual proceso político electoral, no es nada
halagüeño para un tricolor que está desfondado donde sus liderazgos
tradicionales aún mantienen su estilo de sólo trabajar para sus intereses
particulares y la unidad, aún es la mercancía más escasa en ese organismo
político.
Así que la dimisión de la abanderada
del PRI a la alcaldía de Los Cabos, no sólo puso de manifiesto los graves problemas
que no ha podido resolver su dirigente Gabriela Cisneros y su líder político,
el senador Isaías González Cuevas, sino que allana al mismo tiempo el camino
del alcalde panista Arturo De la Rosa, para ganar la reelección sin mayores
complicaciones.
Aunque aún falta mucho por
ver, podemos decir que el partido Acción Nacional ganará otra vez en Los Cabos
no sólo porque los partidos de oposición como ahora el tricolor y el propio
Partido Verde no han podido armar propuestas competitivas, sino porque además
el ayuntamiento cabeño, refleja el orden administrativo y del control del gasto
con buenos resultados.
Veremos cómo los priistas
tratan de justificar la salida de Avilés García, sin que causen pena o de plano
una sonora carcajada de la clase política local y por supuesto del electorado
en general.
Ya veremos.