• Mañana se presentarán tres libros publicados de forma simultánea y que abordan, desde la crítica, la obra del autor de El seductor de la patria
CIUDAD DE MÉXICO.- Enrique
Serna (Ciudad de México, 1959) aceptó que la crítica diseccionara su trabajo
narrativo. El resultado de ese ejercicio son tres libros que mañana presentará,
a las 13:00 horas en el Salón de Actos del Palacio de Minería, dentro de la 39
Feria Internacional del Libro de Minería (FILPM). Se trata de La sonrisa
afilada. Enrique Serna ante la crítica, La crueldad cautivadora. Narrativa de
Enrique Serna y Seducciones y polémicas. Lecturas críticas sobre la obra de
Enrique Serna.
En entrevista con Excélsior,
el autor dijo que, tras leer esos textos, se sintió por primera vez ante una
mesa de operaciones, donde su literatura era intervenida a corazón abierto, con
un instrumental teórico que a veces coincidía con sus intenciones conscientes.
En el primero de los libros
yace un instante confesional, es decir, una biografía mínima que sus lectores
deberían saber, como el hecho de que su único antepasado literario fue su
abuelo materno, Eusebio Rodríguez Salas, quien dirigió El liberal de Murcia,
escribió la obra de teatro La dama de cartón y, tras exiliarse en México,
dirigió la revista Paquita de jueves.
Además, Serna fue el
argumentista de las telenovelas Cuna de lobos, Tal como somos, En carne propia,
La sombra del otro y Sin pecado concebido, los cuales escribió para el
libretista Carlos Olmos.
¿Diría que su abuelo orientó
su pasión por la escritura?, se le preguntó al también autor de La sangre
erguida. “Mi abuelo era periodista, escribió una obra de teatro y ya en México
trabajó en Paquita de jueves, una revista femenina de la cadena García Valseca.
Eso fue a finales de los años 40, pero nunca tuve la intención de emularlo”.
¿Alguna vez volverá a trabajar
un guión para la pantalla chica? “El año pasado escribí una adaptación para una
serie televisiva basada en mi novela La doble vida de Jesús. Este trabajo fue
para la cadena Blim de Televisa”.
¿Qué le atrae de estos
libretos? “Son una alternativa para llegar de golpe a millones de espectadores;
es algo que la literatura no te puede ofrecer y, en ese sentido, a mí sí me
interesa escribir libretos para televisión. Para este caso debí inventar
subtramas, añadir personajes apenas esbozados en la novela. Serán tres
temporadas de 10 capítulos”.
¿Por qué las telenovelas han
perdido todo rastro de originalidad? “Porque los productores quieren ir a la
segura y repiten la fórmula hasta el cansancio. Esto ya mató a la gallina de
los huevos de oro y por eso las telenovelas mexicanas no se venden tanto en el
extranjero, como sucedía en la época de Cuna de lobos. Digamos que en el pecado
llevan la penitencia”.
¿Por qué las telenovelas son
vistas con desprecio por el mundo intelectual? “Yo lo atribuyo a su pedantería.
Sin embargo, sabemos que García Márquez era un admirador del género y que Mario
Vargas Llosa le rindió un homenaje en La tía Julia y el escribidor”.
FRUTA PODRIDA
Serna también se refirió a la
literatura policiaca, que hoy domina el mercado editorial, los políticos de
nuestro tiempo y lo que busca al momento de elaborar sus tramas.
¿Considera que el mercado de
la novela policiaca se ha sobrecargado? “Es inevitable que la tragedia
delincuencial llame la atención de los escritores. El reto es ver cómo se
articula la vida privada con la pública, es decir, la intimidad con la vida
social, porque eso es lo que puede aportar la novela. La novela, decía Balzac,
es la historia de la vida privada de las naciones. Y si un escritor logra
explorar a fondo cómo ha alterado nuestra forma de vivir, de amar y las crisis
que ha provocado en las familias, puede salir algo interesante. Pero va más
allá de la mera descripción de escenas sangrientas. Eso es lo que está
volviéndose repetitivo”
¿Qué novela destacaría de este
género? “Leopardo al sol, de Laura Restrepo. Para mí es la mejor novela de
narcotráfico que se ha escrito en América Latina. He leído otras pero no están
a esa altura”.
¿Qué político de hoy llevaría
a la narrativa? “Acabo de escribir una novela sobre un personaje de ficción que
es candidato a la alcaldía de Cuernavaca y tiene una tórrida pasión con un
travesti. Pero no lo haría con un personaje actual, pues la mayoría de los
políticos mexicanos son terriblemente mediocres y tienen una inmerecida
sobreexposición en medios. No merecen ser tan famosos. Yo prefiero olvidarlos
para siempre”.
¿Qué error que evita al crear
a sus personajes? “Pienso que las tramas no deben traicionar la sicología de
los personajes. Últimamente he visto muchas series de televisión y, de
inmediato, detecto que los guionistas traicionan la sicología de un personaje
para dar un golpe dramático, pero con una acción que va contra las propias
premisas que estipuló el guionista”.
¿Que busca en tus tramas?
“Construir tramas en donde el alma del personaje sea el motor de sus acciones y
no falsear esa sicología. Eso es fundamental para que una historia sea
verosímil, sobre todo para que haya una ilusión de que los personajes están
vivos”.
Por último, habla sobre su
relación con el escritor Carlos Olmos: “Esa experiencia (a los 19 años) me
sirvió como tema para mi novelaFruta verde; no tengo por qué ocultarla, forma
parte de mi biografía. Sin embargo, en mi novela tiene un tratamiento
literario”.
¿Escribirá la segunda parte de
esa novela? “No sé. Me da un poco de pena. Se titularía Fruta podrida, pero
quizá lo haré en el futuro”.