• Fueron 60 mil las obras y objetos recuperados desde Alemania que regresaron a Francia desde el término de la guera en 1945, de las que unas 45 mil se devolvieron a sus dueños antes de 1950
PARÍS.- El Museo del Louvre ha
lanzado una inédita iniciativa para corregir el expolio que sufrieron muchas
familias durante la II Guerra Mundial: la apertura de dos salas con 31 cuadros
sustraídos por la Alemania nazi con las que se busca facilitar la conexión con
sus legítimos descendientes.
Dos pequeñas salas situadas en
el ala oeste del pabellón Richelieu del Louvre acogen esas pinturas procedentes
de la Alemania del III Reich, que se había hecho acopio de ellas expoliando a
sus propietarios, la mayoría de ellos judíos.
Piezas que datan del siglo XVI
al XX están, por primera vez y de forma permanente, en esos "dos
íntimos" espacios situados cerca del grandioso emplazamiento dedicado al
maestro Pedro Pablo Rubens, explicó a periodistas Sébastien Allard, director
del departamento de pinturas del Louvre.
El objetivo es, por una parte,
facilitar que estas obras puedan encontrar a sus dueños. Nuestro objetivo es
devolverlas. Y por otro, también se trata de una espacio de memoria,
intimista", añadió Allard.
Estas 31 pinturas están
incluidas en el lote de 807 que gestiona el museo parisino y que han sido
incluidas por el Estado francés en el programa MNR, Museos Nacionales de
Recuperación, que comenzó al término de la II Guerra Mundial con la meta de
devolver a sus legítimos dueños las obras que robaron los nazis.
Estas pinturas no pertenecen
al Louvre, no están en nuestros inventarios. Están a la espera de encontrar a
sus dueños", aclaró el director, quien señaló que hay otras 76 esparcidas
en otras zonas del museo, mezcladas entre colecciones de la pinacoteca.
Sobresale la de "Portrait
de Lionne" (siglo XIX), de Théodore Géricault, un retrato de una leona de
melancólica mirada que acoge el Louvre desde 1950.
De entre la treintena de
cuadros MNR, Allard destacó "La source du Lison", de Théodore
Rousseau, un bucólico lienzo a pastel y carboncillo que data del siglo XIX y
que perteneció al marchante francés Hector Brame y sus hederemos, que tuvieron
que deshacerse de él en 1939, un poco antes del estallido de la guerra.
Una gran parte son expoliados,
que procedían de familias judías, aunque no podemos decir que todos los que
están aquí hayan sido expoliados, algunos circularon en el mercado de arte
durante la guerra", apuntó el historiador del arte.
Fueron unas 60 mil las obras y
objetos recuperados desde Alemania que regresaron a Francia desde el término de
la contienda, en 1945, de las que unas 45.000 se devolvieron a sus dueños antes
de 1950.
De entre los que no fueron
reclamados, una gran parte se vendió y otra, unos dos mil, quedó al cuidado de
los museos franceses debido a su interés artístico.
Desde 1951 hasta hoy, el
programa MNR no ha cejado en su empeño de restaurar las obras a sus legítimos
descendientes.
Francia reforzó su acción a
partir de 1999 con la creación de la Comisión de Indemnización de las Víctimas
de la Expoliación, encargado de indagar la procedencia de las obras para
determinar cuáles han sido expoliadas.
En estos casi 70 años ya se
han devuelto a sus legítimos herederos 112 pinturas, aunque ha habido altibajos
en las demandas de restitución, pues entre 1957 y 1994 se devolvieron apenas un
puñado.
A mediados de los noventa, a
partir de la caída del Muro de Berlín y la reunificación alemana, se
reactivaron las devoluciones de obras.
Los propietarios son
"esencialmente descendientes de personas extranjeras, originarias de la
Europa central" que se habían refugiado en Francia después de que los
nazis ocupasen sus países, indicó el Ministerio de Cultura.
La última pieza devuelta fue
este mismo lunes, cuando la titular de Cultura, Françoise Nyssen, entregó a un
estadunidense nieto de un judío un tríptico atribuido al taller del pintor
flamenco Joachim Patinier (siglo XVI) que estuvo en posesión de los nazis.