• El escritor presenta su nuevo volumen de cuentos, editado por “Páginas de Espuma”
Ciudad de México.- Con
personajes en los que el lector puede reconocerse a sí mismo, el español José
Ovejero vuelve al cuento, tras una década de silencio en este género, con “Un
mundo extraño”, oscilando entre el amor o el dolor, o la risa y la agresión.
“Un mundo extraño” fue
presentado en noviembre pasado en la Feria Internacional del Libro de
Guadalajara y llegará a las librerías el día de hoy, editado por “Páginas de
Espuma”.
En entrevista, Ovejero, quien
ha publicado novelas, poesía, teatro, cuento, ensayos y libros de viaje,
manifestó su satisfacción porque “Un mundo extraño” expresa “una especie de
delirio imaginativo” y en los anteriores tenía la impresión de haber estado
haciendo cuentos realistas. “Me gustaban, pero me parecía que tenía que ir un
poquito más allá, la literatura te sirve para ir a distintos sitios y si te
quedas siempre más o menos en el mismo es empobrecedor”.
Expuso que como no acababa de
encontrar la manera de hacer esto con el cuento, se dedicó “durante un tiempo más al ensayo y a la
novela y ahí sí empecé a expandir un poco mis posibilidades”.
Puso como ejemplo novelas como
“La Comedia Salvaje”, que están emparejadas con su nuevo libro y en las que de
pronto “decidí darme la libertad de hacer lo que quiera con la novela y hacer
que mis personajes leviten, de inventarme sectas extrañas en medio de la Guerra
Civil, de no tener ningún respeto por la representación realista”.
Eso no le impide continuar con
lo que llama “mi vena”, pues “yo creo que hay dos caminos en mi literatura, una
que era más tradicional mía, que era una vena más intimista, más psicológica,
más realista, como ‘La Invención del Amor’, pero luego empiezo a disfrutar
mucho esta otra”. En “Un mundo extraño”, Ovejero combina esas dos posibilidades
concediéndose mucha libertad, lo que le está resultando muy enriquecedor.
Personajes reales
Sobre si en sus cuentos
pretende reflejar el caos del mundo actual, el escritor, quien en 2013 ganó el
XVI Premio Alfaguara de Novela, explicó que “el mundo siempre ha sido caótico y
ha estado desbordado siempre de formas distintas”.
“Yo creo que los personajes
que aparecen en mis cuentos no son tan distintos de nosotros, lo que pasa es
que acentúo una parte de ellos, suelo utilizar el ejemplo de los espejos
deformantes con un espejo cóncavo, otro convexo, y al pararte frente de ellos
de pronto sales con una narizota enorme o altísimo o anchísimo pero te
reconoces”, dijo.
“Lo que hago es fijar la
atención en un aspecto, en exagerarlo y sin embargo, sucede como con los
espejos cóncavos, que nos parecen la figura que vemos o terrorífica o
divertida, o las dos cosas, pero nos estamos viendo, nos reconocemos a nosotros
mismos”, insistió.
Al aclarar que no tiene
pretensiones específicas cuando se pone a escribir, aseguró que “acaban
saliendo cosas que tu no sabías que estaban ahí o que no sabías que iban a
salir, como mis obsesiones, mis deseos, pero lo que procuro no es hacer una
literatura centrada tanto en lo que yo siento, como en aquello que creo que
resuena en los demás”, remató el histrión.