SAN PETERSBURGO, Rusia

Mientras funcionarios rusos se burlan de que Estados Unidos encausó a 13 rusos por entrometerse en las elecciones presidenciales de 2016, varias personas que trabajaron en la misma "fábrica de trols" de San Petersburgo creen que los cargos penales están bien fundamentados.

Marat Mindiyarov, excomentarista de la Agencia de Investigación de Internet, comentó que el departamento de la organización para Facebook contrataba personas con un dominio excelente del inglés para influir en la opinión pública estadunidense por medio de una campaña en redes sociales.

Su propia experiencia en la agencia lo hace confiar en la acusación formal emitida por Washington.

Creo que así es como ocurrió y que ellos lo hicieron", afirmó.

El encausamiento difundido el viernes acusa a un empresario vinculado con el presidente Vladimir Putin y a otros 12 rusos. Alega que Yevgeny Prigozhin, un acaudalado restaurantero apodado "El cocinero de Putin", pagó la operación de internet que creó cuentas ficticias en las redes sociales y las utilizó para difundir mensajes tendenciosos.

El objetivo de la fábrica era influir en los votantes o socavar su confianza en el sistema político estadounidense, se afirma en la acusación formal de 37 páginas.

Dmitry Peskov, portavoz de Putin, les dijo el lunes a los periodistas que, aunque el encausamiento se enfoca en ciudadanos rusos, no da indicios de que el gobierno ruso estuviera involucrado en esto de ninguna forma.

Mindiyarov comentó que reprobó el examen de idiomas necesario para obtener un empleo en la mesa de Facebook de la Agencia de Investigación de Internet, donde el salario era el doble que en el área enfocada solamente en Rusia.

La sofisticada operación producía contenido que parecía escrito por angloparlantes nativos, señaló.

Estas eran personas con excelentes capacidades lingüísticas, intérpretes, con títulos universitarios", explicó.

Es muy difícil detectar que lo escribió un extranjero porque dominan la lengua maravillosamente".

El examen de inglés que presentó le pedía escribir sobre las posibilidades de que la candidata demócrata Hillary Clinton ganara las elecciones, recordó Mindiyarov.

Escribí que sus posibilidades eran elevadas, y que ella podría convertirse en la primera presidenta".

Indicó que tomó un empleo en la fábrica de troles a fines de 2014 porque estaba desempleado y tenía curiosidad. En esa época, unas 400 personas ocupaban cuatro pisos de un edificio de oficinas y laboraban en turnos de 12 horas.

La mayor parte de la operación estaba enfocada en la insurgencia separatista en el este de Ucrania y en las sanciones occidentales contra Rusia, no en las contiendas políticas de Occidente.

La fábrica tenía departamentos de video y fotografía; los troles recibían su salario en efectivo y operaban en equipos para tratar de captar el interés del público con discusiones falsas.

Después de sólo un par de meses, renunció y dijo que odió el trabajo.

El mundo en esos comentarios estaba dividido en blanco y negro: Estados Unidos era malo, Putin era bueno", afirmó.

Otra extrabajadora de la fábrica de San Petersburgo, Lyudmila Savchuk, también la describió como una empresa eficiente que producía comentarios las 24 horas del día.

Al igual que Mindiyaron, Savchuk laboraba en el área enfocada en Rusia, no en la división internacional. Sin embargo, narró que su experiencia allí coincide con lo que sabe de las acusaciones efectuadas por las autoridades estadunidenses.

Las publicaciones y comentarios son efectuados para formar la opinión de los ciudadanos rusos con relación a ciertos temas, y como vemos también funciona para otros países", declaró.