CIUDAD DE MÉXICO.

En la Antigua Roma, el Circo Máximo abrió sus puertas para exhibir las populares carreras de carros y la libertad de algu­nos esclavos estaba en juego en la competencia. Grandes gla­diadores se batieron a muerte, hubo ejecuciones, teatro y ce­remonias, hasta existe una ver­sión, según NatGeo, que dice que el Rapto de las Sabinas, el secuestro de las mujeres más bellas, sucedió ahí.

Hay mucha historia detrás del mayor centro de aquella civilización, abierto aproxi­madamente en el año 530 por el rey Lucio Tarquinio Prisco y después mejorado por Julio César, y, en julio próximo, Lau­ra Pausini se sumará a las pá­ginas como la primer mujer en ofrecer un concierto en solita­rio en sus dominios, sólo el Live 8 en 2005, Genesis en 2007 y The Rolling Stones en 2014 lle­varon ahí conciertos masivos.

Qué mejor manera de pro­mover el próximo lanzamiento de su disco Hazte sentir, pro­gramado para el 16 de marzo.

“Tengo mucho miedo”, con­fiesa la cantante a Excélsior vía telefónica, “porque toda esa responsabilidad de ser siem­pre la primera mujer en hacer cosas es bellísimo, pero arries­gado. En el momento que no lo haga bien me van a matar di­ciendo que todas las otras mu­jeres no lo pueden hacer.

“He aceptado el reto porque no quiero aburrirme ni con­formarme con la vida que he tenido, quiero descubrir más cosas. Hasta ahora no era po­sible ir al Circo Máximo, pero ahora me dijeron que la ciu­dad de Roma me quiso invitar a ser la primera mujer en can­tar, no pude decir que no. Es un derecho que yo tengo y un de­ber para quien me ha traído hasta aquí”, agrega la italiana de 43 años.

Sus dos noches están pro­gramadas para el 21 y 22 de julio. Ya empieza a armar la lis­ta de canciones, porque a los transalpinos les gustan cancio­nes que aquí no son populares y viceversa. La producción será elegante, adelanta.

Los nervios se la comen, pero además de tener la opor­tunidad de dar la cara por el sexo femenino, también puede sepultar con el único problema que ha tenido con sus paisanos en 25 años de carrera y 13 dis­cos publicados.

“Los italianos me tratan como si yo fuera Madonna”, se ríe antes de seguir, “pero en mi tierra sólo me cuesta expli­car que no hay problema el que me vaya en va­rias ocasiones, porque acá se lamentan que paso más tiempo fuera. Es ab­surdo, porque deberían de es­tar orgullosos”, dice.

La digitalización le hace pensar que hacer un DVD pue­de que no sea una opción, quizá sólo para que ella lo vea cuan­do esté viejita, considera. Tiene tiempo para pensar esa parte, mientras que hoy estará ocu­pada y atenta a la recepción de su nuevo sencillo y clip Nadie ha dicho, el primer adelanto a su nuevo álbum, que también la traerá a la Arena Ciudad de México el 4 de agosto.

Cuenta que su canción le ha hecho reflexionar mucho, por aquello de plasmar la his­toria de una persona que tiene que dejar, enfrentarse a la caí­da y pensar en un cambio. Un pensamiento bello para dar a conocer un disco que propone una explosión personal.

“Es un disco autobiográfico en el sentido de que el tiempo me ha hecho aprender cómo hacerme sentir. Es una invita­ción a que las personas saquen todo a nivel físico, emocional, talento. Es un consejo. Esta canción cuenta cómo una per­sona toma una elección, se torna drástico y difícil, pero ex­plotas tu esencia. Si uno tiene miedo a hacerse sentir, nadie podrá conocerte”, explica.

Una idea que se apega mu­cho al contexto que ahora se vive con el despertar de varias mujeres que están denuncian­do casos de acoso y abuso se­xual, tales son los casos del movimiento #MeToo en Ho­llywood y de las 155 víctimas que testificaron sobre los ac­tos del exmédico del equipo de gimnasia estadunidense, Larry Nassar.

Aunque su disco no tiene aspectos feministas, Pausini aplaude este tipo de actos para que su género se haga sentir.

“El valor con el que es­tas personas eligieron gritar y exigir justicia es una manera grande de hacerse sentir, se­guramente es parte del sig­nificado aun cuando no hay canciones sobre esto. Perso­nalmente, no he vivido este tipo de problemas ni alguien que me haya molestado, por suerte las veces que los hom­bres se han acercado a mí lo han hecho muy elegante, gentil y caballerosamente.

“Estoy firme en que las per­sonas deben explotar quiénes son, sin miedo; porque tene­mos sólo una oportunidad de vivir y no dura 100 mil años, debemos sentirnos ahora”, señala.