• La espiral de huesos humanos descubierta en terrenos de la Universidad Pontificia de México, metro y medio bajo el sitio que ocupó el oratorio, datan de hace dos mil 400 años
CIUDAD DE MÉXICO.- Una espiral
de huesos humanos, restos óseos de una decena de personas que fueron
entrelazadas en la muerte hace dos mil 400 años, fueron hallados durante las
labores de salvamento que especialistas del Instituto Nacional de Antropología e
Historia (INAH) realizadas en la zona de Tlalpan.
Se trata del hallazgo más
peculiar que ha realizado en Instituto en la llamada aldea preclásica de
Tlalpan, desde que iniciaron los trabajos de salvamento arqueológico en
terrenos de la Universidad Pontificia de México, y se suma a otras que dan
nuevos bríos a los estudios del periodo formativo en esa área de la Ciudad de
México.
El descubrimiento se registró
metro y medio bajo el sitio que ocupó el oratorio y es el primer entierro con
esa cantidad de individuos reportado a la fecha en la zona, detalló el
Instituto, en un comunicado en el que detalló que es la arqueóloga Jimena
Rivera Escamilla quien tiene la oportunidad de ampliar el conocimiento de este
asentamiento temprano.
Rubén Bonifaz Nuño (1923-2013);
'Nos Falta su ejemplo'
Ello, luego de confirmar su
periodo de ocupación a lo largo de 500 años, en el llamado periodo Formativo
Medio y Tardío, entre las fases Zacatenco (700-400 a.C.) y Ticomán (400-200
a.C.), y que se trató de una de las aldeas establecidas al oriente de
Cuicuilco, cuando éste iniciaba su crecimiento y cobraba relevancia a nivel
regional.
Para la especialista de la
Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH, se puede estar de nuevo ante un
momento muy importante para los estudios sobre los periodos Preclásico o
Formativo en la Cuenca de México, como lo fue entre las décadas de 1960-1990,
cuando se excavaron sitios como Tlatilco, Temamatla y Tlapacoya o
Terremote-Tlatenco.
En este milenio, otros
hallazgos de contextos preclásicos, como la zona de enterramiento en Zacatenco,
próximo al Acueducto de Guadalupe, en 2017; y las exploraciones en Tlalpan, dan
nuevas perspectivas a estas investigaciones.
Jimena Rivera comentó que hace
dos años tuvo la oportunidad de dirigir el salvamento arqueológico en el número
185 de la calle Benito Juárez, donde se ubicó otra sección de la aldea
preclásica de Tlalpan, la cual posiblemente tuvo sus inicios hacia 800 a.C., en
la fase Tetelpan.
Estos fechamientos parten de
la cerámica asociada a estos contextos y que ha sido ampliamente documentada,
por lo que no hay duda que se está ante una unidad doméstica rural del periodo
Formativo, con sus áreas de habitación y de entierros. Otros de los indicadores
de la temporalidad del sitio son los alineamientos hechos con cantos de río.
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para todos
En el salvamento arqueológico
realizado en 2006 por Alejandro Meraz, en la parte suroeste de los terrenos de
la UPM se detectaron 18 fosas troncocónicas. Cabe explicar que estos elementos
excavados hasta llegar al tepetate o suelo natural, son llamados así por su
forma de cono truncado o botellón, es decir, tienen un diámetro mayor en el
fondo que en la boca, y servían como lugares de almacenamiento, depósitos o
tumbas, o eran reutilizados para todos estos fines.
Tras cinco meses de tareas de
salvamento en la UPM, el equipo coordinado por la arqueóloga Jimena Rivera ha
localizado más de 20 fosas troncocónicas, casi todas en una misma área; seis
contenían entierros individuales, en su mayoría de adultos. La experta hizo
hincapié en los círculos perfectos que lograban quienes excavaban estas fosas,
logrando diámetros de 1.20 metros o 1.50, hasta de 1.80 a 2.30 m.
En un frente de excavación
aparte, próximo a la barda de un terreno contiguo a la UPM, Rivera Escamilla y
su colega, la arqueóloga Martha García Orihuela, descubrieron el entierro
múltiple en una fosa con dos metros de diámetro. Se observan los restos de 10
individuos que debieron ser enterrados en un mismo momento, hace más de dos mil
500 años.
Las antropólogas físicas Lucía
López Mejía y Sonia Rodríguez Martínez detallan que hasta el momento se han
identificado 10 esqueletos, dos corresponden a individuos femeninos y uno
masculino, a la espera de determinar el sexo de los restantes. En su mayoría
son subadultos (adultos jóvenes), también se encuentra un adulto, un infante
que tenía de entre tres y cinco años de edad al momento de morir, y los restos
óseos de un niño de meses de edad.
A partir de lo observable, un
par de individuos presentan deformación cefálica intencional, también se
detecta mutilación dental en algunos casos, patologías como osteocitos en las
vértebras y un desgaste dental generalizado. A estos personajes, abundó, les
fueron ofrendados cajetes, cuencos, ollas y tecomates, miniaturas y grandes. A
algunos les colocaron esferas cerámicas y piedras en las manos.
Rivera recordó que los
salvamentos arqueológicos permiten recuperar información sobre las sociedades
del pasado, aunque la excavación resulta segmentada o limitada a los espacios
donde se erigirá obra constructiva (como es el caso de la UPM), un adecuado
registro ayuda —una vez que inicia el análisis— a proponer interpretaciones
sobre los procesos, dinámicas y relaciones sociales. La aldea de Tlalpan se suma
ahora, con mayor nitidez, al mapa de los asentamientos del periodo Formativo de
la Cuenca de México.