La Paz, Baja California Sur.- Como cada 21 de enero, los fieles católicos alistaron sus prendas blancas que envuelven un deseo particular para el inicio del año: que la tranquilidad reine en Baja California Sur y en el resto de México. 

Camisas, pantalones y zapatos blancos, agregados al espíritu que evoca una marcha pacífica que haga alusión la paz que fue característica de la media península. 

El reloj marcaba las 16:00 horas de ayer domingo, cuando uno a uno comenzaron a llegar los creyentes católicos al Santuario de Guadalupe de la Capital del Estado. La tradicional marcha que realiza la institución religiosa ya había iniciado entre cantos y los últimos preparativos para la peregrinación. 

Miles de católicos que se habían congregado en el Santuario avanzaron por el paseo costero Álvaro Obregón. Las pancartas con leyendas y ofrendas para pedir que la paz sea la materia prima de las familias fueron una vez más el sello característico de la marcha que realiza anualmente la Iglesia Católica en la ciudad capital. 

Algunos decía que eran 7 mil, otros que 4 mil. La realidad es que era imposible contar cada partícula del mar blanco que invadía el paseo costero. 

El malecón de La Paz se vistió de blanco. Los cantos religiosos fueron la banda sonora para cubrir el júbilo de los participantes. Con un cielo que anunciaba que la noche llegaría en breve, los manifestantes caminaron pacíficamente hacia la Catedral, para culminar el evento. 

"Peregrinamos para pedir por la paz del mundo, de la ciudad y por la paz de nuestras familias", con esta frase iniciaba la misa para cerrar con broche de oro la marcha por la paz, además de celebración por el cumpleaños del Obispo de la Diócesis de La Paz, Miguel Ángel Alba Díaz. 

Alba Díaz expuso en su sermón que los sudcalifornianos hemos tenido miedo, la violencia de las armas que ya no permiten que La Paz haga honor a su nombre. 

“Hemos tenido miedo por la violencia de las armas que se ha venido incrementado de una manera horrible y espantosa. Ya no son eventos extraordinarios, ya no son hechos aislados. Ha crecido el número de las víctimas y el espectro de las características de las víctimas” enfatizó el pastor de la entidad.

“Hoy también hay víctimas entre los familiares, amigos, policías, funcionarios y custodios, también entre las víctimas colaterales. No sólo es la violencia de las armas, la violencia ha invadido nuestros corazones” ”, compartió con los fieles creyentes. 

Asimismo, el obispo comentó que el Papa Francisco pidió que los fieles rezaran por los conflictos que se han suscitado en el mundo, ante el temor de que se desate una nueva guerra por la tensión que hay entre Estados Unidos y Corea del Norte. 

El máximo representante de la Iglesia Católica en BCS hizo hincapié en la violencia que se vive por grupos radicales islámicos; por el conflicto entre judíos y palestinos; por la crisis política y humanitaria que atraviesa Venezuela. 

“En el mundo comienzan a surgir nuevas expresiones de racismo, que han llevado al mundo a guerras anteriormente. Nuevamente se ve al que tiene otro color de piel como al enemigo, como alguien a quien temer” precisó en su mensaje dentro de la homilía y agregó “en Estados Unidos ven a los mexicanos migrantes como traficantes de drogas y de armas, miembros de bandas delincuenciales, violadores y sienten la incertidumbre de la deportación”.

“Somos racistas. Vemos con sospecha a quienes vienen de las zonas pobres e indígenas a buscar un futura en nuestra tierras, les damos lo trabajos más pesados y los peores salarios. Cuando algo malo sucede los señalamos con el dedo”, acusó el obispo. 

Por último, Miguel Ángel Alba Díaz invitó a los creyentes católicos a fomentar la paz en cada hogar, para que haya un cambio trascendente en la vida de los sudcalifornianos