Día de los Santos Inocentes, que recuerda la masacre de niños, ordenada por Herodes, que buscaba asesinar al niño Jesús, para evita que ese niño, al convertirse en adulto lo destronara y se convirtiera en rey de los judíos.
Fueron centenares
los pequeños asesinados por los soldados de Herodes, que murieron decapitados,
ahorcados o estrellados contra paredes y suelo de sus hogares o en las calles.
Pero fue una muerte casi o totalmente instantánea. Realmente fueron pocos
los minutos de su sufrimiento. La pena, la angustia y el dolor fueron
para sus padres y su familia, que no pudieron hacer nada para
impedir ésta masacre… Pero en el mundo actual hay millones de niños torturados,
explotados vilmente por sus propios padres, familiares y secuestradores.
En todas las naciones y
en todo los estratos sociales, en todas las razas y religiones, pero
obviamente los que pertenecen a los sectores vulnerables son los que surten las
estadísticas de “niños mártires”. Para ser justos y muy apegados a la
realidad, todos los días de año y no solo cada 28 de diciembre debía
consagrarse para recodar a estos niños mártires. Esos que la
humanidad tortura y asesina las 24 horas de todos los días de todos
los años, como si en lugar de ser las crías de su especie, las sucesoras para
que la humanidad sobreviva, el “homo sapiens”, el “rey de la
creación”, el ente pensante del planeta tierra, las aniquila, las excreta
como desperdicios inmundos. Jesucristo, Hijo de Dios, tu sacrificio, el
martirio que sufriste por la salvación de la humanidad ¿habrá sido
en vano? No, desde luego, por millones de pecadores siempre habrá justos
que merecían y merecen ser salvados para justificar tu calvario… Nuestras
fraternales condolencias para Jesús Chávez Jiménez y su familia por la desaparición
física de su padre, don Francisco Chávez Villalba.
El patriarca de la familia
Chávez Jiménez con el que tuvieron la fortuna por la gracia de Dios, de
compartir gran parte de sus vidas. Descanse en paz… También un saludo fraternal
para la familia Tuchman Payén y Farías Tuchmann, por el sensible fallecimiento
de Ma. Elena “Nena” Tuchmann de Farías….También falleció Ignacio Ayala, miembro
de la familia Ayala Lucken, el mayor del clan. Descanse en paz… Y cuando
escribimos esta columna nos llega la mala noticia de la muerte de Raúl Olachea
Lucero, un buen amigo desde nuestros lejanos años juveniles, al que recordamos
con afecto. Fue también amigo de mi esposo Felipe. Asistimos a su boda, con
Esthelita Villalobos. Nacieron sus hijos y su hija. Raúl,
descansa en paz y para tu familia nuestra solidaridad con su pena. Hasta
la semana próxima, Dios mediante.