Los escritores Vicente Molina Foix, Lorenzo Silva y Ray Loriga trazan un mapa literario y social de la capital española; la llaman ciudad generosa y campo de batalla
GUADALAJARA.
Una ciudad generosa, sin complejos, de encuentros, abierta a las diferencias; una urbe de cruce, de refugio, un polo de atracción; un campo de batalla, de confrontación y resistencia; pero, sobre todo, un “escenario con sustancia literaria”. Esto ven en Madrid los escritores Vicente Molina Foix, Lorenzo Silva y Ray Loriga.
Un valenciano y dos madrileños dieron cuenta ayer de qué significa para ellos la capital española, que han habitado y recorrido la mayor parte de su vida, y cómo ha nutrido su obra. Invitada de honor de la 31 edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Madrid estuvo en boca de sus narradores.
Considerar a cualquiera madrileño por pleno derecho, sin ningún tipo de suspicacias, de recelo, de reserva, de repliegue, es una saludable seña de identidad de la ciudad. Nadie te hace sentir que no eres de aquí”, comentó el novelista Lorenzo Silva (1966).
Madrid es un espacio abierto, de cruce, pujante. Pero también fue considerada la plaza oficial del régimen de Francisco Franco. Como sustancia literaria da para mucho y seguirá dando, porque brotan en ella innumerables historias”, agregó el autor de novelas policiacas.
Quien estudió Derecho en la Universidad Complutense de Madrid dijo que en los últimos 50 años de la historia de España han sucedido cosas, “muy tristes y deplorables”, que le han venido bien a Madrid. “Como las intenciones separatistas del País Vasco y Cataluña, que generaron un gran éxodo de talentos y empresas hacia la capital”, afirmó.
“Hubo una manifestación terrorista que quería marcar el rumbo de una de las comunidades de España, el País Vasco, a través de la violencia, y decidió golpear muy fuerte a la capital. Afortunadamente, la organización fue liquidada policial y judicialmente. Esto generó un gran éxodo de vascos y Madrid se convirtió en una tierra de recibida”, indicó.
“Hemos tenido en los últimos meses otro acontecimiento”, prosiguió, “el irresponsable e insensato independentismo catalán, que se me hace muy deplorable y que también ha traído gente y empresas”, aseguró.
El autor de El alquimista impaciente y La flaqueza del bolchevique añadió que esta urbe “atrae tanto, devora tanto, tiene un peso tan grande, que en cierto modo Madrid está vaciando, por circunstancias ajenas a su voluntad, la realidad del resto de España. Creo que uno de los desafíos de esta capital para el futuro sería rellenar, desde su pujanza económica, cultural, social, a esa España vacía que se ha hecho a su alrededor”.
Indicó que, por antonomasia, Madrid es un espacio para la novela negra, a pesar de que no sea una ciudad muy violenta. “El año pasado, sólo hubo 300 homicidios en un país de casi 50 millones de habitantes. Para mí es un territorio de inspiración. Mis novelas se mueven por toda España. Me interesa ese viaje de ida y regreso de Madrid a varias regiones el país”.
El poeta y dramaturgo la describe como una ciudad de aluvión, porque atrae a las personas que van a trabajar o a estudiar. “Antes todo estaba más centralizado en Madrid y además tenía la presencia de un régimen odioso, el del general Franco, que imponía a la capital un tufo oficial. Con la caída del franquismo y la entrada de la democracia esto cambió.
La Guerra Civil tuvo gran presencia en libros, poemas, y con ella Madrid, Barcelona y Valencia. Antes de la guerra el viaje idílico de los escritores latinoamericanos y mexicanos se hacía a Madrid, y en los años 60 a Barcelona”, señaló.
El también cineasta destacó que “las actuales incertidumbres territoriales que hay en España coinciden con una mayor afirmación madrileña como lugar de acogida, de recepción”.
vaya que Sí pasaron
Y Ray Loriga (1967) contó que nació en Madrid y se crió en la época del fin del franquismo. “Cuando se habla de dictadura se piensa siempre en esta capital y eso me molesta. La identificación de Madrid con la parte más negra de nuestra historia, cuando se usa a la ciudad como insulto. Esto se viene repitiendo se manera absurda.
En Madrid se luchó hasta la última bala y se escribió No pasarán, pero vaya que sí pasaron, pero fue a su pesar, no estaban invitados. Fue el símbolo final de la resistencia de la República”, añadió.
El Premio Alfaguara de Novela 2017, por su libro Redención, narró que los chicos de su generación veían a Madrid demasiado chica, castiza, y miraban hacia Londres en busca de una urbe más cosmopolita, en la que cohabitaran varias culturas y razas. “Tras regresar de Nueva York, la vi totalmente transformada. Ahora ofrece algo más allá de la hospitalidad. Es una ciudad sin acentos, donde cada acento se incorpora, donde caben todos”, concluyó.
Molina Foix imparte hoy la charla Sucedió en Madrid, a las 17:00 horas, y presenta su libro El joven sin alma, a las 19:30 horas. Silva tiene un encuentro con jóvenes de Ecos de la FIL, hoy a las 17:00 horas. Y Loriga dictará mañana, a las 10:00 horas, la conferencia Madrid, espacio para la ficción y, a las 18:30 horas, hablará sobre Pasillos y trampolines: claves sociales del éxito literario.